La Lucha Contra el Narcotráfico
Por Horacio Armando Hernández Orozco
“Tráfico” (“Traffic”), película dirigida por Steven Soderbergh, protagonizada por Michael Douglas (Juez Robert Wakefield) Benicio del Toro (Javier Rodríguez), Catherine Zeta-Jones (Helena Ayala), Don Cheadle (Montel Gordon), Tomas Milián (General Arturo Salazar), Jacob Vargas (Manolo Sánchez), Erika Christensen (Caroline Wakefield), Topher Grace (Seth Abrahams), Steven Bauer (Carlos Ayala), Clifton Collins, Jr. (Francisco Flores), Luis Guzmán (Ray Castro), Miguel Ferrer (Eduardo Ruiz) y Benjamin Bratt (Juan Obregón); cuyo estreno fue en el 2000.
Robert Wakefield es nombrado por el Presidente de los Estados Unidos como Zar antidrogas y deberá coordinarse con las autoridades mexicanas; pero descubre que su hija se ha convertido en una drogadicta; al sur de la frontera, en Tijuana, el agente mexicano Javier Rodríguez intenta librar su propia batalla contra la droga, mientras que Montel Gordon, agente de la DEA, hace lo propio en San Diego.
La cinta está basada parcialmente en una serie de televisión británica llamada Traffik de 1989, y relata tres historias sobre distintos personajes entrelazados por el mundo de las drogas y el narcotráfico entre México y los Estados Unidos, algunos de ellos inspirados en personas de la vida real; fue filmada en Tijuana, Ciudad de México, San Diego, El Paso y Washington, D.C.
EL BUEN POLICÍA
En Tijuana, Javier Rodríguez, un policía estatal, junto con su compañero Manolo Sánchez detienen a los pasajeros de una camioneta cargada de cocaína, pero son interrumpidos por el general Salazar, quien les quita la droga y a los detenidos, ofreciéndole posteriormente a Javier que realice un ‘trabajito’.
En el combate al narcotráfico están inmersas prácticamente todas las autoridades policiacas, pero la coordinación entre ellas siempre ha sido un factor para lograr el mejor desempeño de sus labores; hasta antes de agosto de 2009, los delitos contra la salud eran de la exclusiva competencia federal, y a partir de esa fecha se volvió una materia concurrente en lo que tiene que ver al llamado narcomenudeo, cuando se incorporó a la Ley General de Salud el CAPÍTULO VII, llamado Delitos Contra la Salud en su modalidad de Narcomenudeo.
El General Jesús Gutiérrez Rebollo trabajaba para la entonces Procuraduría General de México, donde fue nombrado oficial de máximo nivel en la interdicción de drogas en el país en 1996 como jefe del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD); precisamente el personaje de la película identificado como el general Salazar está inspirado en Gutiérrez Rebollo.
El ‘trabajito’ consiste en que detenga a Francisco Flores alías ‘Franky Flowers’, un asesino a sueldo a fin de torturarlo y obtener información sobre los hermanos Obregón, que encabezan el Cártel de Tijuana; obviamente, estos hermanos se inspiran en los Arellano Félix.
EL ZAR ANTIDROGAS
Robert Wakefield, un juez conservador de Ohio, es nombrado jefe de la Oficina del Presidente de la Política Nacional de Control de Drogas, asumiendo el título de zar de las drogas; Robert es advertido por su predecesor y varios políticos influyentes que la guerra contra las drogas es imposible de ganar.
Para el combate a las drogas, es necesario tener un líder que coordine a todas las instituciones que intervienen frontalmente como fuerzas represivas del narcotráfico; al juez Wakefield se le advierte de que la labor es prácticamente imposible, porque la lucha es abierta y sin tregua, pues el problema de alto consumo de drogas no sólo se ataca con campañas preventivas, sino que se tiene que ir a la raíz de la distribución de las mismas.
Es un hecho de que los Estados Unidos es un país con mucho consumo de drogas, y que México es el exportador de las mismas, por lo cual debe existir una coordinación entre ambas naciones, y así se ve en la cinta, cuando Robert tiene una visita oficial a México, él se siente alentado por los esfuerzos exitosos del general Salazar en atacar a los hermanos Obregón.
Pero hay una lucha más fuerte que afrontar, cuando se da cuenta que su hija, Caroline, una estudiante con honores, ha estado usando cocaína y desarrolla una adicción a la heroína que su novio Seth le proporciona.
Durante el rodaje, el hijo de Michael Douglas fue detenido por posesión de cocaína.
EL AGENTE DE LA DEA
Montel Gordon y Ray Castro, dos agentes de la DEA, realizan en San Diego una investigación encubierta en la que detienen a Eduardo Ruiz, un traficante que se hace pasar por un empresario atunero, quien decide denunciar a su jefe: el narcotraficante Carlos Ayala, el mayor distribuidor de los hermanos Obregón en los Estados Unidos
Es obvio, que frente a un gran consumo de droga habrá un gran distribuidor de la misma; puede pensarse que, en San Diego, por su proximidad a Tijuana, sea un mexicoamericano, pero igual y puede ser cualquier otro ciudadano, de hecho, las escenas filmadas en Cincinnati hacen ver a la gente afroamericana son los vendedores de droga.
Helena, esposa de Ayala, se entera de las actividades ilícitas de su esposo, pero no obstante que es ajena a ello, decide involucrarse para salvar a su marido, primero contrata a Flores para asesinar a Eduardo Ruiz, poco después hace un trato con Juan Obregón, señor del cartel de la droga en Tijuana, que perdona la deuda de los Ayala y mata a Ruiz envenenándolo.
El epilogo es: el jefe del cártel de Juárez, quien supuestamente había fallecido en una cirugía plástica, es atrapado, al igual que el general Salazar; aunque Carlos Ayala queda en libertad, pero no por mucho tiempo.
El personaje de Porfirio Madrigal está basado en Amado Carrillo Fuentes.
La cinta muestra que el combate a las drogas comienza en casa, que no es cuestión de estratos sociales, pues en las familias más conservadoras o mejor acomodadas se puede dar el problema del consumo; que la infiltración en las autoridades policiacas es un punto neurálgico, y que se necesitan de todas las fuerzas públicas y privadas para combatirlo.
Hace más de 20 años en que se filmó la cinta, Amado Carrillo Fuentes, los hermanos Arellano Félix y el propio Gutiérrez Rebollo ya han muerto, pero el problema de las drogas sigue vigente, y probablemente con más violencia que antes, lo cual hace pensar que ha fallado la estrategia de las autoridades o ¿será acaso que como le advirtieron al juez Wakefield es una guerra imposible de ganar?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…