Por Susana Vega López
Los dorados y los rojos intensos predominan en los adornos que cuelgan en la calle de Dolores, localizada al pie de uno de los pulmones (la Alameda) y el corazón de la Ciudad de México, donde se centra el barrio chino el cual acaba de celebrar el Año Nuevo Chino 2020 que comenzó formalmente el pasado 25 de enero. Este año se dedica a La Rata, un animal muy inteligente, ágil, rápido, perspicaz y hábil.
Son dos calles las principales: una, adornada con un gran marco rojo y la otra que termina con unas letras chinas, las que cada día llaman la atención de personas que acuden a comer, tomarse un té, comprar algún recuerdo, o simplemente caminar y mirar las tiendas que ofrecen diversos productos de origen chino. Esta zona es muy llamativa y representa un atractivo turístico de la Ciudad de México que ha ido creciendo con el paso de los años.
Curiosos, los visitantes admiran muñequitas de geishas de cara blanca y peinado alto, vestidas con sus kimonos de seda de llamativos colores; los calendarios chinos, las figuras de dragones, gatos, perros, y sobre todo ratas y ratones (porque este 2020 es el año de la Rata de metal), así como grandes abanicos que se usan para adornar alguna pared, o pequeños para mitigar el calor.
Allí encuentras comida china, llaveros, inciensos, masajeadores, mantras, una tienda de banderas y astas banderas, billetes de metal llamados “el dólar de la suerte” o “el euro de la suerte”; o la tienda de feng shui donde la gente encuentra objetos y te dan consejos de cómo mejorar el ambiente donde te desenvuelves, ya sea en la casa o en el trabajo.
También hay runas, una especie de parches, calcomanías o pegotes que ayudan en el amor, la abundancia, la suerte, la felicidad, el trabajo y más; que se colocan en alguna parte de la casa o del cuerpo. Por ejemplo, está la runa del Martillo de Thor que sirve para romper con obstáculos y problemas, que además brinda fortaleza, poder, valor, resistencia y protección. Se coloca en la puerta de entrada. La runa de Disparador de Radiaciones se utiliza para neutralizar la energía nociva de los aparatos electrónicos como el horno de micro ondas, el refrigerador, el televisor, la computadora, o el celular, entre otros.
Muchos conocemos los cafés y el pan chino, las galletas de la suerte, la imagen de Buda, la danza del dragón, los restaurantes de comida china; sabemos del kung fu, el arte marcial que se practican en China, o el Tai chi (también arte marcial que se ejercita con movimientos lentos y fluidos, una práctica físico-espiritual para mejorar la calidad de vida física y mental).
Pero pocos hemos oído hablar del Falun gong: una práctica de meditación y ejercicios energéticos de movimiento lento y respiración regulada; o del bao, un pan al vapor de hermosos colores pastel que bien puede ser dulce o salado elaborado a base de harina de arroz. Los tradicionales son el Chac siu, un platillo de lomo de cerdo bañado de salsa agridulce; y el de frijol dulce, un frijol rojo, chino, aunque también el bao es frutal: de fresa, durazno, piña, zarzamora, uva-queso, o bien, de taro, crema pastelera, chocolate, chocomenta, baily’s, moca, queso y oreo, explica Frida Ocaña, comerciante.
En Dolores existe un callejón muy peculiar, el Callejón de Dolores, donde se encontraba la casa Bravo Reyes, fundada en 1894, un sitio dedicado a la creación de vestuario, utilería y telonería para los principales teatros de la capital hasta su última producción, la ópera Ambrosio de J.A. Guzmán, en el Palacio de Bellas Arte, en 2006. Ahora es una casa de huéspedes.
Resulta que, aunque son marcadas las diferencias en China y el resto del planeta, el objetivo de la humanidad es el mismo: ser felices. En esa cultura son cinco los elementos de gran importancia: el agua, la tierra, el metal, la madera y el fuego, y doce animales los que componen el calendario chino.
Tomoy Yu, quien desde hace 35 años está al frente de los festejos del Año Nuevo, comenta que comenzó de manera familiar y luego los comensales se comenzaron a involucrar, “les gustó y ahora compartimos todos. Es como traer un pedacito de China a México”.
“Es un festival anual que realizamos para recibir el Año Nuevo, junto con la Alcaldía Cuauhtémoc. Organizamos en conjunto las actividades que no siempre caen en la misma fecha pero que se hace en los últimos días de enero, y principios de febrero”.
Explica que los chinos se basan en el Sistema Lunar compuesto por 12 meses de 28 días y que este 2020 el sistema ya cumple 4 mil 718 años con el manejo del calendario lunar que se acopla con el calendario solar. “El año pasado fue del Jabalí, estamos en Rata y viene el del Toro, todos acompañados de algún elemento”, dijo y agregó que conforme el año que naces es que te toca tal o cual animal y un elemento que van a influir en tu vida.
Cuenta que cuando se terminó la creación del mundo, Buda se despidió y llegaron 12 animales a despedirse: el primero en llegar fue la rata, siguió el toro o buey, el tigre, el conejo o liebre, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra u oveja, el mono, el gallo, el perro y el cerdo o jabalí que fue el último en llegar. Y conforme a ese orden es como se gobierna. “Se asemejan al cábala, o a los 12 signos del zodiaco”.
Cabe señalar que de 2012 a 2018, el número de turistas chinos a los destinos mexicanos pasó de casi 48 mil a 168 mil visitantes, que para México significó el 0.8 por ciento del total de turistas registrados en el territorio nacional y los empresarios mexicanos tienen mucho interés para que los turistas chinos visiten México.
El Año Nuevo Chino cada vez gana mayor popularidad. La gente se acerca, curiosa, y atraída por los colores, las danzas, la música, la comida y demás a la calle de Dolores para celebrar el Año Nuevo que permite la renovación del pasado, es de reunión familiar y de buenos deseos y una forma diferente, un re-comienzo de año con diversión y alegría.