México, un Desastre

Yo Campesino

*Monseñor Samaniego Afirma que no hay Quien Guíe a las Instituciones

Por Miguel A. Rocha Valencia

Posiblemente a López Obrador no le importe lo que diga la Iglesia Católica, pues finalmente no es su credo, pero si a muchos millones de mexicanos que escuchan en la voz de los obispos líneas capitales de conducta y guía en todos sentidos.

López Obrador les diría conservadores, mochos, corruptos y toda la retahíla que acostumbra contra quienes opinan distinto o contra lo que él piensa, pero deberá tener cuidado, porque a pesar de todo, hay más de 30 millones de católicos en México, algunos sólo de palabra, pero muchos que sí son fieles y militantes.

Por eso, cuando monseñor Carlos Samaniego, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, afirma que nuestro país es un “desastre” porque no hay quien marque el rumbo de las instituciones y se realizan propuestas de fundamentalismos so pretexto de la democracia, debe ser escuchado, por lo menos, aunque el gobierno tenga otros datos.

Monseñor Samaniego López no es ningún improvisado; su palmarés académico es voluminoso lo mismo que su actividad en defensa de los baluartes de la Iglesia Católica, en especial de la familia y la vida. Está hecho en la práctica incluso del derecho, tanto que fue titular del Departamento Jurídico y Apoderado legal de la Diócesis.

Al hablar de los Reyes Magos, Samaniego López dijo que, a aquellos, hubo un astro que los guió y en ese sentido “México es un desastre por no tener una guía, una ilusión, un sueño. Una estrella guía al marinero para tener buen puerto”.

Criticó las iniciativas que se han impulsado para despenalizar el aborto, en búsqueda de garantizar el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, argumentando -dijo- “sus propias verdades”, y que, “como el rey Herodes, buscan matar al niño”.

“Hay instituciones que andan buscando matar a los niños con el tema del aborto, hay familias que quieren matar al niño. En los abortorios llevan, los papás o aquel que es el novio, a las hijas, las acompañan; porque tampoco pueden ir solas. Una sociedad, un país, una nación que mata a sus niños, no tiene futuro”, expresó el obispo.

Claro, quienes se dicen progresistas dirán que monseñor Samaniego López pertenece a la época de las cavernas, que es retrógrada y demás, pero el llamado de atención trasciende la esfera religiosa, llega a la social y se confronta a política públicas, como hoy, lo religioso trasciende la esfera gubernamental y se vuelve dogma desde Palacio Nacional.

Muchos incluso, valorarán entre sus creencias y cultura y sus rencores políticos o sociales.

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