¿Qué pasará con el gas que Bolivia le dejará de vender a Argentina?

El Gobierno de Argentina aseguró que dejará de comprar gas al Estado Plurinacional, tras la inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK). Pero actualmente ambos países acuerdan el envío del hidrocarburo para 2024, hasta que concluyan las obras para ampliar la infraestructura energética y llevar este recurso al norte argentino.
Con la inauguración del GPNK en Argentina, se impuso la incertidumbre en la vecina Bolivia, ante las palabras del ministro de Economía argentino y candidato a presidente Sergio Massa. «Ya no habrá necesidad de importar gas en barco, porque vamos a usar el gas de nuestro subsuelo, así como tampoco se importará gas de Bolivia, a raíz de que el norte argentino va a estar alcanzado por el gas de Vaca Muerta», declaró.
Pero el gasoducto de 573 kilómetros inaugurado el pasado 9 de Julio, Día de la Independencia de Argentina, llega solamente hasta la provincia de Buenos Aires. Para enviar gas al norte del país, así como potencialmente a Chile y Brasil, es necesario «revertir» el funcionamiento de las cañerías que siguen trayendo el combustible desde Bolivia.
Es más: se prevé que cuando esté habilitado el gasoducto del norte, Argentina no solo dejará de depender del gas boliviano, sino que comenzará a competir por el mercado industrial brasileño.
«La apuesta de Sergio Massa es construir el reversal, para enviar gas de Argentina hacia Bolivia. Luego, seguir por los gasoductos bolivianos hasta Brasil, sabiendo que allí el principal consumidor de gas es [el estado de] Sao Paulo, donde se encuentra la industria más poderosa de América Latina», afirmó ante Sputnik el investigador Damián Andrada.
El presidente de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), Armin Dorgathen, se reunió el 12 de julio con la secretaria de Energía argentina, Flavia Royón, para charlar sobre el volumen y precio del hidrocarburo a intercambiar hasta finales de 2024, cuando estarían concluidas las obras de reversión, que serán licitadas a fines del presente mes de julio.
Para Dorgathen, todo estaba previsto: «Es normal que cualquier país trate de abastecer su mercado y tener soberanía energética. Es algo que ya sabíamos hace varios años que iba a suceder. Nosotros también trataremos de participar en Vaca Muerta», dijo a la prensa el funcionario gubernamental boliviano antes de conversar con la secretaria energética de la vecina Argentina.
Se preveía que las obras del GPNK estarían concluidas en 2026. Pero el interés del Gobierno de Alberto Fernández para dejar de comprar gas y usar el propio aceleró el trabajo hasta tener concluido la obra en unos 10 meses.
El presidente de YPFB ya advirtió que se venderá a Brasil el gas que deje de exportar a Argentina. Sin embargo, «a Bolivia no le gustaría tanto que haya un competidor de gas para Brasil, porque Brasil paga mejores precios que Argentina. Ahí puede haber algunas rispideces», evaluó Andrada.
El analista, magíster en ciencia política y sociología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Argentina, adelantó que primarán las buenas relaciones entre ambos países, afianzadas luego del golpe de Estado de 2019, cuando se refugiaron en suelo argentino decenas de funcionarios del Gobierno de Evo Morales (2006-2019), incluido el expresidente derrocado, en defensa de su integridad ante la toma de posesión de Jeanine Áñez, hoy encarcelada.
Por ello, Andrada evaluó que este debate se solucionará cuando Argentina abone el impuesto correspondiente a Bolivia por el uso de su gasoducto con destino a Brasil de los recursos del yacimiento de Vaca Muerta, en la provincia argentina de Neuquén (oeste).
La última adenda firmada entre La Paz y Buenos Aires, a comienzos de 2023, establece que Bolivia envía a Argentina cuatro millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) de gas natural en verano y 8 MMm3/d en invierno como máximo. Esto representa un 42% menos que en 2022, cuando el convenio era por 14 MMm3/d en la temporada de frío.
Cuánto se enviará en 2024 es una cifra que aún se debe conversar. «Recibí al presidente de YPFB, Armin Dorgathen Tapia, para dialogar sobre el abastecimiento de gas de Bolivia a Argentina. También tuvimos un intercambio sobre la posibilidad de exportar gas a Brasil utilizando la infraestructura de transporte existente en Bolivia», tuiteó Royón.
Antes de viajar a Argentina, el presidente de YPFB había dicho a la Agencia Boliviana de Información (ABI): «el año pasado logramos batir ventas a mercados privados en Brasil y fuimos probando esto. Entonces, el gas que no se venda a Argentina es un gas que va a ir a Brasil y puede ir a mejores precios incluso del gas que fue a Argentina».
Según un informe del diario cruceño El Deber, el mercado argentino representa el 45% de los ingresos por venta de gas a Bolivia, que en 2022 sumaron 1.330 millones de dólares.
En la inauguración del gasoducto, Massa y Fernández recordaron que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pedía que no avance la construcción de este gasoducto.
Andrada, quien vive en Santa Cruz de la Sierra (este), explicó que el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) tomó deuda del FMI por 45.000 millones de dólares: «el monto más grande que ha dado el Fondo en toda su vida. Es la principal deuda que tiene en la actualidad. El problema es que el FMI presta, pero también exige medidas de ajuste».
El analista consideró que el FMI no se opone a la distribución de bonos, consciente de que ello evita crisis sociales como la sufrida en el país sudamericano en 2001. «Pero sí pide ajustar la obra pública, que da trabajo a empresas y obreros de Argentina», remarcó. SPUTNIK
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