Por Alberto F. Mena Mallen
Al equipo de Andrés Manuel López Obrador le surgen problemas cada día, muchos de ellos se van quedando rezagados y se les presta poca atención ante los nuevos asuntos que tienen que atender, pero que no los voltean a ver porque ya tienen otro enfrente, como sucede con las medicinas en el sector salud, que tiene unos tres años que no se cumple adecuadamente o la inflación que no han podido detener. Y esto son solo algunos ejemplos.
Ello, a pesar de que el presidente, en su tercer informe de gobierno -y el décimo que ha realizado-, nos pintó nuestra vida como si no pasase nada, ya que fue un mensaje muy optimista, muy emotivo, muy ad hoc con sus deseos de que la 4T es la panacea para todos los mexicanos y que por ello sus índices de aprobación continúan altos y estables.
Pero hay un sentimiento de que, con sus políticas públicas, lo que quiere esta administración es el de que “se tienen que morir, los que se tienen que morir”, lo que disfrazan con discursos atractivos, de medias verdades, incluso con algunas mentiras que diversos organismos, así como analistas se han encargado de desmentir con datos oficiales. Ello pasó al inicio de la pandemia y ahora siguen con la apertura de escuelas.
Si, es de reconocerse que la pandemia empeoró lo que ya estaba, pero que las políticas públicas adoptadas por los morenistas que buscaron el camino de “quítense que ahí les voy” y que continúan con ese método han generado problemas a miles de mexicanos que ya no ven lo duro sino lo tupido.
Aún no se han organizado para resolver los rezagos en materia de salud, ya que existen derechos habientes del IMSS que tienen más de 2 años que no se les atiende con una especialidad, -porque no hay médicos o no hay agendas, entre otros factores-, y que, por lo tanto, hay quienes tienen que pagar exámenes -nada baratos-, en la medicina privada a la que acuden para no morir en el intento.
Ante el temor de llevar a un hospital del Seguro Social, por atender a pacientes con Covid19, y por no tener en muchos casos especialistas, hubo quien tuvo problemas de apendicitis, por lo que hubo que ser llevado a un nosocomio privado que cobró cerca de 100 mil pesos; hay otros que tienen problemas de la vista, que, al ser atendidos en el sector privado, las operaciones pueden variar en su costo, pero nunca son baratos. Por una catarata se puede pagar, barato, barato no menos de 30 mil pesos, que muchas veces, no se tienen por lo que hay necesidad de acudir a préstamos caros.
Luego del regreso a clases, la Secretaría de Salud informó que en las dos últimas semanas se registraron en México 11 mil 923 contagios de Covid-19 entre niños y adolescentes de cinco a 14 años de edad, lapso que comprende la última semana de vacaciones y la primera del ciclo escolar 2021-2021. Estos contagios corresponden a la parte final de las vacaciones de verano, los que se sumarán a otros que se conocerán hasta la próxima semana.
En Ensenada, Baja California, ya suspendieron las cirugías por falta de material, insumos, equipo y medicamentos, por lo que solamente se realizarán las de urgencia. Continúa el desabasto de medicamentos, ya que de acuerdo al colectivo “Cero Desabasto”, siguen faltando medicinas para los afiliados al IMSS, ISSSTE y otros organismos del sector salud. Igualmente, los medicamentos oncológicos siguen faltando en los hospitales y los pacientes tienen que adquirirlos por su cuenta.
Continúan los problemas en el gobierno para satisfacer todas las necesidades a los pacientes en México y frente a las graves consecuencias del desabasto, no hay demasiados incentivos para que el gobierno federal cambie de estrategia, transparente los datos y rinda cuentas. Sin embargo, mantenerse igual es una condena de muerte para muchos. En la obscuridad no hay solución posible.
En materia de inflación, aunque en los últimos meses bajó el índice, -de 6.08 en abril a 5.81 en julio del presente año- aún continúa alto, ya que la meta que se busca es del 3 por ciento. De acuerdo a los bancos y grupos financieros que elevaron sus pronósticos para el cierre del presente año, la inflación será del 6 por ciento, aunque hay otros que estiman que será mayor a esa cifra.
Ante el hecho de que el Banco de México subiera la tasa clave, que eleva los precios al consumidor, los expertos consideran que los precios cederán en estos meses para luego acelerar, pero el gobierno, a través del primer mandatario, ha manifestado que las presiones inflacionarias son temporales, lo que no se ve, ya que, por ejemplo, la tortilla subió su precio cuando menos dos pesos por kilogramo, un producto básico para las familias. Otros productos han subido de precio debido a las condiciones atmosféricas, que impiden buenas cosechas.
En Texas, Estados Unidos, hay compatriotas que han manifestado que todo está subiendo de precio, hasta en un 50 o 60 por ciento, ello a pesar de ser una de las economías más fuertes del orbe. Citaron que, la carne, es uno de estos artículos que han dejado de comprar, por dichos incrementos y señalaron que, como mexicanos nos debemos de preparar para una inflación mayor a la que tenemos, debido a los efectos de la pandemia y de los fenómenos meteorológicos que han afectado cosechas y la producción de productos.
Incluso, señalaron que en los supermercados de Texas, hace dos meses que no cuentan con productos mexicanos que normalmente son vistos en los anaqueles, a pesar de que son cotizados por quienes los adquieren frecuentemente, lo que nos indica que hay empresas de México, que o no están produciendo suficientemente, tienen problemas en la distribución o hay conflicto comercial que no se ha informado adecuadamente.
Así que, lo que se ve a la distancia es que nuestras vidas continuarán sorteando problemas y más problemas, sin una solución pronta, pero estamos felices, felices.