Por Jesús Michel Narváez
De acuerdo con abogados y juristas, el juez de control Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, peco de purista.
Lego que soy en la materia, pedí asesoría sobre el tema. El argumento de quienes saben o dicen saber de leyes y del Código Penal Federal, instrumento en el que se basan, si a Rosario Robles Berlanga la encuentran culpable de “omisión” por no haber informado a su jefe superior, no tendría que pisar la cárcel y enfrentaría su proceso y su sentencia en libertad o prisión domiciliaria.
Luego, entonces, me dicen, no se justifica la prisión preventiva por 60 días, toda vez que el delito cometido, si se confirma, no está tipificado como grave.
Delgadillo Padierna -¿será pariente de la senadora, esposa de René Bejarano,Lord of the leagues?- es un juez de controversia. Dos casos escalaron cuando cayeron en sus manos: la liberación del hijo del “Ojos” –presunto líder del cártel de Tláhuac abatido en un operativo de la Marina, Luis Felipe Pérez “por la mala integración de la carpeta” y la orden que giró a la entonces Procuraduría General de la República el caso Pegasus.
Hoy tiene en sus manos el affaire de la Estafa Maestra y si bien la señora Robles pudiera, así condicionado, haber sabido del entramado que se tejió, lo apegado a la legalidad había sido someterla a proceso y que lo enfrentara en libertad.
El argumento que defienden los abogados con los que hablé, es que de haberse cometido el ilícito no está considerado como delito grave.
Más aún: el delito de corrupción aún no se incorpora al Código Penal. Y no la acusan de eso, sino de omisión.
La aprehensión de Robles está llena de venganzas, aunque resulte culpable de la imputación que se le hace. Recordar que Dolores Padierna anhelaba ser la interina de Cárdenas y que Robles le ganó el nombramiento, no es ocioso. Tampoco lo es desempolvar el enfrentamiento entre la hoy imputada y el hoy Presidente de México, quien a pesar de conocer lo que hizo su entonces secretario privado, hoy lo respalda en sus actividades políticas.
Como fuere y más allá de la actuación del juzgador, la detención de Robles es la punta del iceberg que terminará por flotar rodeado de decenas de exfuncionarios de alto nivel de la pasada administración.
Y si Robles exhibe documentos firmados por el expresidente Peña Nieto en los que recibe la información de los movimientos que conformaron la Estafa Maestra, el mexiquense estaría en problemas.
Como seguramente lo estarían otros de sus colaboradores. Lo extraño es que al exoficial mayor de Sedesol (que debería ser Sedesal) o Sedatu, empleado de confianza de Robles, se le haya otorgado un amparo y se encuentre en libertad sin que ninguna autoridad pueda aprehenderlo… por el momento.
El caso de Robles rompe con la regla de que el hilo se rompe por lo más delgado. Ahora casi fue por la más gruesa. Poquito, muy poquito, para alcanzarla.
¿Qué traerá la corriente de agua que pretende ahogar a Rosario Robles?
Seguro que conchitas de mar o piedras de río, no.
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