Por Jesús Michel Narváez
No hay peor ciego que el que no quiere ver., es un refrán que pinta a quienes conociendo la realidad se niegan a mirarla.
Immanuel Kant fue contundente: El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.
¿Dónde se encuentra el presidente López?
No obstante haber pasado del pronóstico de 7 u 8 mil muertes a 50 mil 517 y la rendija abierta por el vocero sanitario de poner en marcha el plan “b” que no dio a conocer por cierto, el Jefe del Ejecutivo federal respondió que el doctor López-Gatell y su equipo de trabajo tienen todo su respaldo “por lo que no se realizarán cambios en la estrategia para enfrentar el Covid-19 en México”.
¿Hay estrategia siquiera?
Con afirmaciones que no dejan de sorprender, se adorna con informaciones falsas. “…en el mundo no hay un equipo de expertos en materia de salud como en México para enfrentar la pandemia, que ha estado a la altura de las circunstancias” (es broma, verdad presidente).
Un dato que todos los mexicanos desconocíamos: “Ha habido un manejo responsable de parte de los científicos, los especialistas del sector salud (…) se decidió crear un grupo en el sector salud creado por eminencias, son los mejores científicos del país los que están conduciendo la estrategia para enfrentar la epidemia”. ¿Usted lo sabía?… ¿quiénes son esas eminencias?… ¿cuáles son sus nombres?… ¿cuántos forman el grupo?… ¿habían tenido experiencias en atender una pandemia como la del Covid-19?
Y machaconamente, el presidente López evade su responsabilidad. El genio epidemiológico es presa de una campaña lanzada “por nuestros adversarios”.
¿En serio lo piensa, presidente?
Dígaselo a las 50 mil 517 familias que han perdido a un ser querido. Explíqueles que la “estrategia” ha funcionado y que el número de muertos es un invento de sus adversarios. Convénzalos de que por obesos, hipertensos, con males cardiovasculares dejaron este infierno para estar en algún lugar mejor.
Presidente: Usted debe gobernar para todos los mexicanos no solamente para los 30 millones que le dieron el poder sin saber que usted también los dejaría a la deriva. Este país tiene 96 millones de ciudadanos –los menores cuentan en número pero no tienen el derecho de votar- y su administración se preocupa solamente por los pobres, los marginados, los sin estudio, los que no tuvieron justicia. Sí, qué bueno que lo haga pero ¿y el resto de los habitantes de este país no merecen siquiera voltear a verlos sin calificarlos como adversarios, enemigos, neoliberales, fifís y demás?
Presidente: no está gobernando para todos y solamente tiene como prioridad eternizarse en el poder “porque lo pide el pueblo”. ¿Cree que las hasta ahora 50 mil familias a las que se le murieron parientes por la mala estrategia del Covid-19 votarán por usted?
Deje de ser omiso y actúe como sabio: cambie de opinión y demuestre que no forma parte de los necios, como Kant lo afirmaba y no estaba equivocado.
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