Organizaciones civiles presentaron este martes la campaña «Corta por lo sano» para llamar a las personas a transformar su alimentación partiendo del entendimiento sobre el impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud, la economía y el campo.
«La campaña es un llamado a recuperar la riqueza de nuestra cocina y dieta tradicional. La dieta globalizada ha desplazado nuestras semillas, verduras y frutas», expresó en conferencia de prensa Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor.
Calvillo exaltó la importancia de regresar a una dieta tradicional especialmente en medio de la crisis sanitaria por coronavirus, la cual suma en México 92.100 muertos y 933.155 contagios.
«Se ha demostrado que existe un vínculo entre el tipo de alimentación y el deterioro del sistema inmunológico, lo cual se ha visibilizado aún más debido a la pandemia», aseveró.
El activista señaló que el consumo de una dieta con exceso de productos ultraprocesados puede derivar en enfermedades como la diabetes, la obesidad y la hipertensión, principalmente.
Al respecto, Ana Larrañaga, coordinadora de la red ContraPeso, explicó que en México se estima que la obesidad causa más de 200.000 muertes al año en el país y este problema ha sido determinante en 88 % de los decesos tan solo en 2019.
El aumento de enfermedades no transmisibles, en buena medida debido al consumo de alimentos ultraprocesados, pone en riesgo también la productividad y desarrollo económico de los países, alertaron los expertos.
«Los costos económicos de las enfermedades relacionadas por mala alimentación no solo representan una fuerte carga al sistema de salud, también lo es para el bolsillo de las familias mexicanas», argumentó Paulina Magaña, investigadora en salud pública en El Poder del Consumidor.
Citó un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad en el que se estimó que al año México gasta 85.024 millones de pesos (unos 4.000 millones de dólares) en costos directos e indirectos relacionados con la obesidad.
«Estos costos tienen que ver con tratamientos pero también con absentismo laboral y muerte prematura», destacó.
Para Julieta Ponce, coordinadora del Centro de Orientación Alimentaria (COA), es fundamental retomar la dieta tradicional mexicana basada en alimentos frescos y reducir al mínimo el consumo de productos ultraprocesados.
«No es lo mismo enfrentar un virus con (comida) chatarra que con alimentos naturales y frescos. La respuesta inmune tiene que ver con nuestra capacidad de responder tanto como personas como sociedad; nuestra alimentación será clave en el proceso», aseguró.
Por ello, resaltó la importancia del etiquetado nutrimental de advertencia, que entró en vigor el pasado 1 de octubre y que está basado en sellos octagonales que muestran el exceso de calorías, azúcares y sodio en los productos.
Aseguró que, según algunas estimaciones, dejar de consumir estos productos a cinco años podría lograr una reducción de hasta 5,1 millones de casos de obesidad.
Yatziri Zepeda, directora del Proyecto Alimente, insistió en que la campaña busca rescatar la riqueza y diversidad de la dieta tradicional.
«México es el centro de origen de más de 130 especies para la agricultura. Tenemos la oportunidad histórica de recuperar nuestra dieta y consumir productos cultivados en nuestro país», afirmó.