Por Emilio Hill
Vaya asunto el de la pasada entrega del premio Ariel, la número 62. En medio de varias polémicas, la ceremonia se llevó a cabo en un foro de Canal 22 bajo la conducción del cineasta y productor Roberto Fiesco y de la actriz Verónica Toussaint. Esta última, con varias críticas al final por su excesivo humor, fuera de tono para el tipo de evento. La Academia aún tiene pendiente encontrar el ritmo de la gala.
Y es que un momento estelar, fue cuando la conductora –es un decir- propuso cambiar el nombre de la estatuilla –Ariel- o no asumir que es masculino, en medio de toda la polémica sobre la igualdad de género. Lo que no le dijeron a Toussaint es que el nombre se debe a la obra literaria del escritor José Enrique Rodó (Montevideo, Uruguay, 1871- Palermo, Italia, 1917). Según informa la misma página de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, el escultor mexicano Ignacio Asúnsolo, quien creó a la estatuilla, representa: “ a un hombre en actitud de emprender el vuelo y es, al mismo tiempo, un símbolo del espíritu idealista de nuestra raza…” .
El traspié de la actriz, puede ser anecdótico, pero da cuenta del momento y descuido que enfrenta el mundo cultural. Con una ligera asesoría –e interés de la actriz claro, por informarse que terreno pisa-, se hubiera evitado el inútil comentario. Sobre todo, si tomamos en cuenta que la gala estuvo dedicada a la equidad de género. Tema fundamental, que en un evento tan importante consintió tal frivolidad.
En realidad, lo anterior no fue lo más importante. Y es que pocas voces alzaron la voz ante el tema de la desaparición de varios fideicomisos en apoyo al cine. En especial el Fidecine. Mónica Lozano, Presidenta de la Academia fijó posición clara en contra de tal atropello:
“Los trabajadores y creadores cinematográficos no somos el enemigo”, recalcó la productora. Llama la atención que la gran mayoría de ganadores guardó silencio y contrasta lo anterior con el activismo visto en épocas pasadas.
En la gala lo que sí destacó –además de algunos errores de producción- fue lo dicho por Fernando Frías de la Parra ganador en la categoría de Mejor dirección por Ya no estoy aquí. Su discurso lo dedicó a los estudiantes de cine para que “no se decepcionen al primer mail que no les contestan”. El filme, ganó varios premios, 10 en total, dos de los más importantes fueron: Mejor Película y Revelación Actoral: Juan Daniel García.
“Aunque no nos dejen” dijo Daniel Giménez Cacho al finalizar la gala, al momento de hacerse presente en el foro luego de varios errores cuando se intentaban comunicar con él. Y es que los presentadores –con cierto susto cuando algunos de los pocos triunfadores, fijaban su posición y hablaban claro ante el golpe al cine -tuvieron el mal tino de decir: “ si nos dejan”- ante el panorama de continuar filmando.
Y como remate fue, la canción Si nos dejan de José Alfredo Jiménez en los créditos finales.
Ante la situación que enfrenta el cine nacional, cabe la pregunta ¿Y la antes comunidad contestataria, dónde ha quedado?