Novedoso postdebate…

Punto de Vista

 

Por Jesús Michel Narváez

 

En el cielo apareció un corazón que iluminaba la noche.

Llamó la atención. Y nos fijamos qué contendría.

El corazón se disuelve y aparece cuatro palabras y frases.

Lo primero que se lee:

Xóchitl.

Y enseguida, rítmicamente, las otras tres:

No más mentiras.

Ganó la verdad.

Ganó el debate.

Ciertamente novedosa la forma en la que los creativos que están al lado de la candidata oposicionista, se devanaron eso que se llama cerebro.

Aunque no se quisiera mirar, se mira el mensaje. Y tiene fuerza.

Palabras cortas. Tiempo suficiente para mirarlas -30 segundos- y el giro para leer las próximas.

El debate del domingo tuvo muchas lecturas. Hubo quienes calificaron de “arrolladora”, no la banda musical, sino a la candidata del oficialismo. En lo personal, no lo percibí así. El silencio ante los señalamientos y la espera del siguiente bloque para repetir: no, no. no… denotó no haber estado preparada para la andanada, anunciada tiempo atrás, que lanzó la candidata del Frente Amplio por México.

Otros estimaron que el debate lo ganó la hidalguense, en base a sus severas y osadas afirmaciones. La más sobresaliente y peligrosa: narcocandidata.

Los menos consideraron un empate técnico. Ninguno de los tres grupos alabó o descalificó al que quiere frenar a las mujeres e impedirles que llegue, alguna de ellas, a la Presidencia de la República.

Cuando faltan 33 días para la realización de los comicios federales y los concurrentes, en el oficialismo hay “seguridad” del triunfo, “porque dicen las encuestas”. No admiten, como ha ocurrido cuando no les favorecen, que “están cuchareadas”.

Los demoscopistas están corriendo el riesgo de perder credibilidad.

No se entiende la disparidad de números y porcentajes. Unos le dan hasta ¡60! sí, 60 puntos a la corcholata preferida del huésped temporal de Palacio Nacional.

Otros, en cambio, colocan a la opositora en primer lugar.

Y las menos, intentan mostrar la realidad.

Sí, la oficialista lleva ventaja… pero de un dígito.

Los expertos en procesos electorales sostienen que los debates no cambian la intención del voto. Y, sin embargo, algunas de las encuestas publicas el mismo domingo y otras el lunes, muestran lo contrario.

De acuerdo con las experiencias de quienes dicen saberlo todo, los ciudadanos tienen claro qué foto de las candidatas y el candidato o logo de partido, cruzarán.

El análisis conlleva a moderar la postura. Y para eso sirven los debates: para saber que de pie renguean las y el que quieren sentarse en la Silla del Águila.

Las mentiras presidenciales pronunciadas en los matinales shows del yoyismo, se repitieron hasta el cansancio por la aspirante oficial. Se entiende. No podría ser candidata si pensara diferente al gobernante. Y si lo intentara, la posibilidad de correr la suerte de Luis Donaldo Colosio refresca la necesidad de la disciplina.

En el caso de la opositora, tiene la mesa puesta y las viandas están de excelencia. Los fracasos, los desaciertos, los problemas sin siquiera intentar resolverlos, provee de un arsenal para dispararlo desde todos los puntos cardinales y no habrá respuesta… salvo la ofensa.

El segundo debate, sin alcanzar el 10 y apenas un 6, permitió a muchos ciudadanos observar que la oficialista propone continuar con la destrucción y la opositora conservar los programas sociales, con lo cual le pinta un finger a todos los que suponía los cancelaría.

Retomando el tema con el que se inicia esta entrega, hay que admitir que sorprendió y seguramente en el cuarto de guerra de la oficialista están como los pajaritos: trinando por no haberlo hecha ella.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

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