Y en la Palafoxiana Sacarán Próximamente  un Libro Incunable ¡Bravo Puebla!

*Impresionante Saber que hay Libros que Datan del Siglo XV y Recordar a Gutenberg

*En su Mayoría Están Escritos en Latín, Griego, Caldeo, Arameo, Italiano, Náhuatl, Mixteco…

*Y Está “La Ciudad de Dios”, de San Agustín, que data de 1475

*Qué Decir de las más de 800 Estampas de Grabado en Referencia a la Biblia

*Una Delicia Disfrutar el Retablo de Nuestra Señora de Trápani con Acabados en piedra de Ónix

 

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada

PUEBLA, Pue.- Tiene hojas pero no es un árbol; tiene pastas pero no es sopa; tiene lomo pero no es animal; tiene un índice pero no es un dedo: los libros. Y para que sean considerados como tal deberán tener, mínimo, 49 páginas – a decir de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)- de lo contrario se considera folleto, nota, estudio, texto, resumen, escrito de algún tema, y más.

Libros hay muchos, pero estar frente a un incunable, causa asombro, emoción, al ver que sus hojas -un poco amarillentas- están perfectamente conservadas a sabiendas que tienen más de 500 años; causa sorpresa al saber que se trata de los primeros libros impresos; sus letras capitales llaman la atención ya que fueron iluminadas a mano.

Durante un viaje de familiarización, organizado a la ciudad de Puebla y Cholula por la Asociación Nacional de Agentes de Viajes Ciudad de México (AMAVCDMX) para tour operadores y periodistas especializados en turismo, tuvimos la suerte de admirar “Crónicas de Núremberg”, uno de los nueve incunables que preserva la Biblioteca Palafoxiana localizada en pleno Centro Histórico de Puebla.

Luego de dar la bienvenida y comenzar con la explicación del inmueble, Adán Juárez, estudioso de la Palafoxiana, nos anunció ¡que sacarían un incunable! Y señaló que, si bien no cuentan con portada, ahora, para su conservación, ya tienen y explica que en cada pasta se agrupan varios volúmenes.

Con mucho cuidado y delicadeza, otro experto carga uno de los nueve libros incunables, palabra del latín incunábula, incunnábilum, que significa en la cuna, en los albores o en el prototipo y se le denomina así a todos los libros impresos desde la invención de la imprenta hasta el año 1500.

Y es que saber que estos libros datan del siglo XV cuando Johannes Gutenberg inventó la imprenta en 1448 es dar un brinco a la historia de las letras. Se dice que el primer impreso con tipografía móvil fue la Biblia de 52 líneas, el trabajo más reconocido del orfebre alemán.

Con guantes de tela blanca, especiales para no dañar o contaminar, pasó hoja tras hoja para mostrar el más antiguo que posee la Palafoxiana y que data de 1473: “Historias”, con los 9 libros de Heródoto de Halicarnaso.

En su mayoría están escritos en latín, griego, caldeo, arameo, italiano, náhuatl, mixteco, castellano, inglés, francés y alemán, mencionó y refirió que la letra es gótica; siempre tienen colofón en donde se indica el título, lugar de elaboración, nombre del autor, impresor, mecenas y fecha de edición.

Los presentes se acomodaron de inmediato para no perder detalle del libro y tomaron fotografías. Siguió la explicación: “el segundo se llama ‘La ciudad de Dios’, de San Agustín, que data de 1475; y de los más afamados se encuentra “Las Crónicas de Núremberg”, de 1493.

De las crónicas hay una en alemán y otra en latín, que habla sobre la historia del mundo, desde la creación, cuando se lee que en el principio Dios crea el mundo en siete días, con imágenes y estampas de grabado realizadas en tabla de madera (xilografía) son poco más de 800 imágenes donde se refiere que la Biblia señala “hágase la luz”; donde se representa el día, la noche, la tierra, los océanos, los animales, todo lo que se dice en Génesis.

Así, por ejemplo, está Adán, nombre que significa “hombre hecho de la tierra” o “aquel que fue hecho por Dios” y también está su pareja Eva.

DATOS HISTÓRICOS

En 1646, Juan de Palafox hizo una donación de aproximadamente 5 mil volúmenes de libros para fundar la Biblioteca Palafoxiana que la convierte en la primera biblioteca pública de América Latina, comenta Adán Juárez y agrega que a la fecha posee más de 40 mil volúmenes de libros. En su origen, fue una biblioteca para seminaristas.

Esta biblioteca tipo salón es de una sola nave y consta de 12 ventanas que la iluminan con luz natural. “No hay ningún elemento de electricidad para iluminar el espacio. Así fue pensada, en el siglo de las luces, de la ilustración, del raciocinio”.

ESTANTERÍA

Si bien se fundó en 1646 es a partir de 1753 que se piensa en agregar un nivel más para contar con tres niveles de estantería. “El tercer nivel es un agregado que se coloca en el siglo XVIII porque después de la donación del obispo Palafox, otros obispos también siguieron su ejemplo.

Recordó que en Puebla se establecieron cinco colegios jesuitas y cuando salen de América, pasan a manos de diferentes particulares y el clero, por lo que se decidió ampliar la biblioteca con cedro y ayacahuite, maderas propias de la región y de Tlaxcala porque son maderas fuertes.

Las filatelias, títulos, numerales y la malla de cobre, aseguró, son originales por lo que fue declarada por la UNESCO como Memoria del Mundo, en 2005.

RETABLO DE NUESTRA SEÑORA 

DE TRÁPANI Y SANTO TOMÁS

En este recinto destaca el retablo de Nuestra Señora de Trápani con acabados en piedra de ónix como el corderito que está sobre un libro de 7 sellos, que se menciona en el libro de las Revelaciones o el Apocalipsis, de San Juan Evangelista que dice que es la representación de Cristo que va a revelar los conocimientos supremos de la divinidad a la humanidad antes del Juicio Final.

Se aprecia a María, que es el trono de sabiduría, quien contuvo en su vientre al hijo de Dios a través de quien se puede llegar a la divinidad. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo. También se está ante una vere efigie (verdadera imagen) porque el artista tomó como referente una escultura de la advocación mariana que se llama Trápana o Trápani, de Sicilia, Italia.

Arriba, otra pintura dedicada a Santo Tomás de Aquino, el quinto doctor angélico de la orden de los dominicos. Se presenta alado, con un sol en el pecho, libros, pluma y levanta su mirada iluminada por el Espíritu Santo, la sabiduría divina. Cabe señalar que Santo Tomás retoma mucho de la filosofía de Aristóteles, la depura (de lo profano a lo cristiano) y su obra más importante es La Suma Teológica, de la cual la Palafoxiana tiene varios ejemplares.

Para resumir, señala que estamos ante un retablo donde se aprecia el cordero, la virgen, Santo Tomás y el Espíritu Santo; un retablo dedicado a la sabiduría divina.

“Cuando uno reza, somos nosotros quienes hablamos con Dios, pero cuando nosotros leemos es Dios quien habla con nosotros: San Agustín de Hipona”, cita.

LA IMPRENTA

La primera imprenta que llega a América fue a la Ciudad de México en 1539; la segunda ciudad del virreinato de la Nueva España con imprenta fue Puebla y los primeros impresos que se realizaron fueron vocabularios o diccionarios en castellano y náhuatl con el fin de evangelizar. Destaca el vocabulario de Alonso de Molina, del siglo XVI (1571).

Una obra muy apreciada es “La Máquina del Cuerpo Humano”, un libro del siglo XVI considerado el primer libro científico de medicina, que habla de la estructura ósea, los músculos, la sangre, en siete libros que escribió en 1543 Andrés Vesalio.

Otros títulos son: “El Quijote de Ibarra” (1780) con grabados de la Academia de San Fernando, Madrid, España; impresos de Sor Juana Inés de la Cruz; de Mercator, libros de geografía y cartografía del siglo XVII como el de Orfelios, quien ya muestra a Baja California como una península y no como una isla.

Refirió que la paleografía es la materia que se encarga de estudiar el tipo de letra de las escrituras antiguas; descifra las escrituras antiguas y estudia su evolución.

ASISTOL

El especialista se para junto a un mueble llamado asistol, un aparato giratorio, un invento italiano del siglo XVII donde se colocaban varios libros a la vez para que el lector los tuviera abiertos en la página que estaba consultando, es decir, su función era asistir al que estaba consultando los libros.

Surge la pregunta: ¿Se pueden consultar los incunables? ¿cómo se preservan? 

Responde a Misión Política: “Sí y no”. Se prestan para algunas exposiciones temporales, pero no al público. Se pueden consultar previa autorización para lo cual se deberá llenar un formato.

Detalló que el clima de Puebla es templado por lo que es propicio para conservar libros y documentos; además, los materiales que componen los libros, en su mayoría, son de pergamino, de vitela de animal (cuero), papel de trapo, papel de algodón y celulosa de madera. Las tintas son ferrogálicas que hacen que el color sea como oxidado, color ámbar o sepia, por ser un elemento orgánico que con el tiempo se oxida, además de que se cuentan con aparatos que miden la temperatura con el que se tiene un control.

La luz del sol sí perjudica, pero los vidrios tienen una película contra rayos UV para que no dañen los libros.

Recordó que el 18 de abril de 1649 el beato Juan de Palafox y Mendoza consagró la Catedral de Puebla, por lo que este año se conmemoran 375 años del símbolo máximo del patrimonio religioso edificado en la ciudad de Puebla.

Esta también es Ciudad Patrimonio de la Humanidad (1987) y los procesos artesanales de la talavera poblana, declarados como Patrimonio Cultural Inmaterial (2019); Monumento Histórico de la Nación desde los 80.

Interesante visitar esta biblioteca que abre de 10 de la mañana a 5 de la tarde de martes a jueves y de viernes a domingo de 10 a 6 de la tarde, entrada libre los domingos.

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