*La Indagatoria Pega en la Línea de Floración de Marcelo Ebrard
*También Horada el Casco de Jorge Arganis y Preludia su Salida
*El Consorcio que Ganó la Licitación, Podría Tener Responsabilidad
*En 10 Días se Conocerán Nombres de Personas Físicas y Morales
*La Fiscal Godoy, va por la Aplicación de la Justicia Restaurativa
Por Alberto Almazán
Pasaron 5 meses y 12 días.
La tragedia que enlutó a 26 familias por la muerte de sus familiares a causa del desplome del convoy del Metro de la Línea 12, pondrá al descubierto, porque aún no se revelan nombres, quiénes fueron los responsables.
Todo se remonta al origen.
El Proyecto Ejecutivo para la obra, emblemática del gobierno de Marcelo Ebrard, realizado por la Consultoría Metropolitana de Ingeniería (Comisa) en 2007, quizá no fue el adecuado o el consorcio que ganó la licitación, formado por Carso, ICA y Alstom, podrían tener responsabilidad.
Eso ya lo sabe la fiscal Ernestina Godoy.
Sin embargo, es probable que ninguno de los presuntos responsables pisarán la cárcel.
La fiscal tiene una propuesta: aplicar la justicia restaurativa. ¿Y qué significa? Buscar reconstruir las relaciones entre víctima y victimario.
“Estamos promoviendo este mecanismo, antes de que se inicie un proceso complicado y un largo proceso penal ante los jueces, que podrían tardar años y con ello generar altos costos emocionales y económicos a las víctimas del colapso”, dijo al dar a conocer la culminación de la investigación.
De acuerdo con Godoy, estos acuerdos, previstos en el Código Nacional de Procedimientos Penales e incorporado al sistema de justicia, tiene el objetivo de “privilegiar los intereses de las víctimas en el proceso y encontrar soluciones que impliquen la reparación eficaz y oportuna de los daños causados, sin necesidad de desahogar un largo proceso judicial”.
Durante el anuncio, el vocero de la Fiscalía, presentó el parte técnico de la investigación, en el cual se precisa que el colapso se debió por la casi inexistencia de pernos, soldadura de mala calidad y prácticas prohibidas en los reglamentos de construcción.
Confirmó que “los resultados de los análisis indicaron que el colapso ocurrió como resultado del pandeo de las vigas norte y sur facilitada por la falta de pernos funcionales en una longitud significativa”.
Se presume que antes de fin de mes se conozcan los nombres de los probables responsables y a partir de ahí se iniciará el proceso penal o bien se aplicará la justicia restaurativa.
EL RESULTADO, GOLPEA A EBRARD
Con la prioridad de encontrar las razones por las cuales la línea 12, cuyo costo estimado en la licitación era de 19 mil 538 millones de pesos y terminó costando 26 mil millones, las investigaciones fueron a fondo.
Quizá la orden presidencial de no ocultar nada y dar a conocer pormenores, llevó a los investigadores a excavar en los rincones donde se guardaba la documentación y, finalmente, hallaron lo que buscaban: el origen, la raíz de la tragedia.
En principio podría suponerse que el proyecto ejecutivo no fue el idóneo; después, habría que presumir que los constructores no se apegaron a las normas y especificaciones que rigen. Y finalmente, están las acciones de los supervisores -de alto nivel en el gobierno capitalino- que o bien fueron omisos o no sabían lo que hacían. La hipótesis de corrupción no se mencionó en las conclusiones.
¿A quién le pega el resultado de la indagatoria?
Al actual titular de exteriores y en 2006-2012 Jefe del Gobierno del Distrito Federal.
Sí, Marcelo Ebrard tiene la responsabilidad por comisión u omisión.
En el primero de los casos, por su probable participación en decisiones no colegiadas que permitieron la construcción; en el segundo, por dejar en manos de subalternos la responsabilidad de dirigir, supervisar y aprobar los avances de la obra.
Otros dos nombres saltan a la vista: los de Francisco Bojórquez Hernández, director del Sistema de Transporte Colectivo, ante quien se determinó el trazo de la Línea 12. Después se realizó un proyecto ejecutivo por parte de la empresa Consultoría Metropolitana de Ingeniería, en cuyo diseño se contempló que sería subterráneo en su totalidad. El Consorcio constructor lo rechazó y es en donde se planeó el área elevada, en el que se produjo la tragedia.
No se conoce, hasta ahora, si el entonces jefe de Gobierno impulsó y avalo el cambio o si la decisión la tomaron el director del Metro o el director general de obras, de la Secretaría de Obras y Servicios del DF con Jorge Arganis como responsable. O si la decisión fue de ambos.
Políticamente, el afectado de forma directa, resulta Marcelo Ebrard, cuyas intenciones son, y lo confirmó la semana pasada, convertirse en candidato de Morena para la Presidencia de la República en 2024.
Si las conclusiones de la Fiscalía General de la Ciudad de México llegan a mencionar al exjefe de Gobierno, su carrera política habría terminado y correrá el riesgo de ser relevado de la Secretaría de Relaciones Exteriores y en su debacle arrastraría al senador Ricardo Monreal, con quien ha hecho mancuerna, lo cual dejaría el camino a Claudia Sheinbaum o bien a Adán Augusto López Hernández, titular de Gobernación.
El costo político, está a la vista.
Ahora bien, si la indagatoria exonera a Ebrard, la responsabilidad recaerá en los subalternos y quien tendría que ser relevado es el actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis, quien ha estado en el imaginario colectivo por sus inversiones en paraísos fiscales, revelados por Pandora Papers.
¿CAMBIARÁ LA PERSPECTIVA?
Los próximos 10 días serán de angustia para Ebrard. Aunque no lo diga, sabe y bien, que jugar en las grandes ligas representa una responsabilidad mayor y que los errores del pasado siempre afloran.
Por ello no es ocioso preguntar si los resultados de la indagatoria harán cambiar al presidente de la República su perspectiva de tener “suficientes relevos generacionales”.
De suyo, la relación entre el presidente López y Ebrard no es del todo tersa. La elección de candidato del PRD en 2012, los alejó. Aquella ocasión, el partido realizó una encuesta para determinar Quien de los dos sería su abanderado.
Las versiones que corren, nunca desmentidas, pero tampoco confirmadas, apuntaban a que Ebrard había ganado. Algo ocurrió que el Jefe de Gobierno cedió y López se convirtió en el candidato por segunda ocasión.
Hoy está a prueba la política del presidente de no ser “tapadera de nadie”.
