*Presupuesto Riesgoso Para Elecciones
*La Distancia Domina y AMLO la Ignora
Por Gerardo Lavalle
A.- Tabasco bajo el agua. Y los protagonistas: Adán Augusto López, gobernador y Manuel Bartlett, director de la CFE.
El mandatario se queja amargamente de las inundaciones que, prácticamente, llama intencionales y “criminales”, por lo que demandará a la empresa Productiva del Estado y como respuesta recibe un “me da risa”.
Más allá del momento, el propio gobernador ha reconocido que no se ha hecho nada en materia de drenaje y de instalaciones pluviales. Como es la costumbre de todos aquellos que forman la 4t y que tienen como lema “es un honor estar con López Obrador”, a las administraciones pasadas.
Omite, por supuesto, que tiene dos años desgobernando la tierra del poeta Carlos Pellicer y no ha iniciado obra alguna para contener y evitar las inundaciones en las planicies de la entidad.
La comodidad de tener a quien responsabilizar y evadir la ineficiencia, es el tono de Adán Augusto López. No le importan sus gobernados y simplemente ante la tragedia busca y encuentra “a los culpables neoliberales”.
Resulta inobjetable que Tabasco ha vivido bajo el agua y por ello Carlos Pellicer escribió: “Agua de Tabasco vengo, Agua de Tabasco voy, / de agua hermosa es mi abolengo, / y es por eso que aquí estoy / dichoso con lo que tengo”.
En 1997 se tiene el registro de la mayor inundación y le tocó al gobernador Roberto Madrazo Pintado lidiar con la tragedia. No era novedad que Villahermosa, Nacajuca, Jalpa y Cunduacán se cubrieran de agua.
Sin embargo, los sucesores Enrique Priego Oropeza (interino), Manuel Andrade Díaz, Andrés Granier Melo y Arturo Núñez Jiménez, poco o nada hicieron para mejorar la infraestructura hidráulica y evitar que frentes fríos, tormentas tropicales y huracanes se hicieran presentes en Tabasco y generaran daños cuantiosos en lo material y hasta la vida de humanos cobraran.
Hoy la tragedia se repite y el Gobierno federal ignora la dimensión de la misma y el presidente de la República pide a sus paisanos se refugien en las montañas. Las zonas que se inundan se encuentran en la planicie por lo cual las montañas son inexistentes.
El problema de Tabasco es desde su nacimiento. Se edificó en una zona pantanosa y por ella cruzan 14 ríos, los dos más caudalosos de México: Grijalva y Usumacinta y la presa Peñitas no alcanza a contener los millones de litros cúbicos que corren por los serpenteantes afluentes.
Quejarse es incorporarse al nicho de comodidad y no actuar para evitar que el agua cubra las poblaciones, destroce los sembradíos plataneros y ahogue al ganado. Sin embargo, es lo que hace el señor Adán Augusto López, actual gobernador y uno de los seis que llegaron al poder con el respaldo de Morena y ganaron porque las elecciones fueron concurrentes a la presidencial.
¿Cómo resolver el problema en Tabasco? La respuesta es simple pero los mandatarios no la quieren conocer: dragando ríos.
B.- Los diputados aprobaron el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021 con una reducción de 337 mil millones de pesos en comparación con el de 2020.
Recortaron recursos para los Estados y aumentaron el gasto para el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles y la Refinería Dos Bocas. El ferrocarril recibió mil 410% más que en 2020.
Supuestamente para el sector salud se aprobó un incremento del 9 por ciento, nada para lo que se requiere frente a la pandemia sanitaria que durará cuando menos hasta la mitad del próximo año según el epidemiólogo Hugo López-Gatell; en educación prácticamente se mantuvo el presupuesto de este año y para el sector agropecuario se decidió dejarlo bajo el manto de Dios, porque le quitaron todos los apoyos.
Los diputados de Morena y sus aliados: PRS, PT y PVEM votaron a favor, cómo no, y las oposiciones en su conjunto en contra. Pero no alcanzan a frenar el agandalle guinda.
Al parecer a los legisladores oficiales, los del gobierno pues, les importan poco menos que un comino que el próximo año elecciones para renovar la Cámara de Diputados.
¿Cómo pedir el voto a los campesinos, a los científicos, a los artistas, a los empresarios, a los informales si serán los más afectados con los recortes?
Todo indica que los legisladores federales trabajan para perder la mayoría y salvo que durante los comicios del próximo año se cometa, como dice Donald Trump, “un fraude mayúsculo” no se advierte cómo se reelegirán los que quieren hacerlo y cómo ganarán los nuevos.
Suponer que comprando los votos de los adultos mayores, de los jóvenes becados, de los emprendedores –aprendices, pues-, de los estudiantes que acuden a la Universidad Benito Juárez, entre oros beneficiarios de los programas sociales del gobierno federal, alcanzará para llenar las urnas de votos a favor de Morena, es un craso error que debería enmendar el equipo que quiere conservar el poder a plenitud.
No escuchar y no querer entender que no entienden no abonará a la continuación de la 4t, menos ahora que en Estados Unidos ha sido desplazado el populista “amigou” del residente de Palacio Nacional.
Allá ellos y sus recortes.
C.- Pasa el tiempo y el presidente López se mantiene en su postura de no felicitar a Joe Biden por el triunfo en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
Bajo argumentos poco justificables –no intervención, no injerencia en asuntos internos de otras naciones-, el Presidente de México se niega a entender que su compañero populista ya no habitará la Casa Blanca.
Dice que por prudencia no se pronunciará hasta que las “autoridades electorales confirmen oficialmente el triunfo”. ¿Prudencia? … ¿desde cuándo es prudente? Porque cotidianamente muestra su ira en contra, por ejemplo, de los fifís, de los medios vendidos y corruptos, de los adversarios y los amenaza con revisar sus finanzas. Les aplica, por lo menos en la palabra, el terrorismo fiscal.
No se puede argumentar prudencia y actuar como si Estados Unidos no fuera el vecino per sécula seculórum (por los siglos de los siglos).
Que Vladimir Putin, Xi Jinping, Jair Bolsonaro, Recep Tayyip Erdogan y Miguel Díaz-Canel, no hayan felicitado a Biden, no implica que Andrés Manuel López les siga los pasos. La distancia está de por medio.
Pero qué le vamos a hacer: este es el presidente que tenemos.
