Posible Afectación Sufrirá el Turismo en México por Presencia del Coronavirus

Itinerario Turístico

Por Arturo Lino Guzmán

En nuestra peculiar forma de ver la vida y entender las situaciones, los mexicanos usamos frecuentemente los dichos, refranes, proverbios, fábulas y moralejas, cuyas sentencias llevan implícitas enseñanzas o consejos ya que presentan una realidad o comportamientos personales o colectivos, de tal suerte que nos hemos acostumbrado a ellos para cualquier ocasión e incluso, son usados reiteradamente en la presente administración, por lo que se han convertido en una moda política.

Cuanta verdad encierran todos los conceptos que en ellos se dicen, muchos razonamientos válidos que expresan y  cumplen con su función de incitar y promover a la reflexión, por eso cuando decimos: “Ya nos cayó el chahuistle”, nos referimos al momento que nos llega uno o varios males, pero también, en broma o en serio, a la llegada de una persona indeseable y poco apreciada.

Y sí, el chahuistle ya le cayó al país -no sean mal pensados ni me malinterpreten-, nos referimos al Coronavirus que, al detectarse casos en varios estados de la república, puso a temblar a todos, porque para acabarla de amolar, si algo no deseábamos es precisamente más enfermedades, debido al precario sistema de salud que tenemos y el cual ha sido cuestionado últimamente por las carencias que presenta, mala administración, pero sobre la falta de sensibilidad de los responsables de aplicar las medidas para atender los problemas en el sector.

El Coronavirus es una enorme preocupación global, pues esta enfermedad –al parecer incurable hasta ahora- ya cobró miles de vidas en varios países y al ser un mal contagioso, las personas evitan hacer viajes o traslados, acudir a eventos masivos, como ya sucede en China, donde se originó esa amenaza, y la consecuencia es que el número de visitantes extranjeros, se vino abajo estrepitosamente en un par de semanas, pero lo peor es que la vida en el país asiático cambió radicalmente con daños para su economía.

Tan sólo la Ciudad Prohibida, La Gran Muralla, Macao o el Templo del Cielo, entre otros atractivos sitios visitados por millones al año, se encuentran desoladas y es posible que permanezcan así durante varios meses, si no se encuentra la cura de este flagelo y, al igual que le sucedió a México en 2009 a causa de la Influenza, tendrá una lenta recuperación.

Está más que comprobado que el turismo es uno de los sectores más sensibles a los problemas epidemiológicos y nuestro país ya tuvo una experiencia hace 11 años, cuando el número de visitantes, tanto locales como internacionales, a los destinos nacionales descendió drásticamente a casi cero viajes. Los efectos fueron catastróficos. En el Tianguis en aquel año, programado en Acapulco, la ausencia de expositores y compradores fue notoria, nulo movimiento, apenas unos cuantos porque ya se habían pagado el derecho a montar sus estands y puede decirse que después de una desangelada inauguración, con apenas una docena de funcionarios y directivos, en las instalaciones de lo que fue el Centro de Convenciones, el evento termino en unas horas.

El turismo del país pagó un alto precio, disminución de cruceros, cancelación de vuelos, pérdida de empleos, cierre de establecimientos comerciales, hoteles sin huéspedes, restaurantes vacíos, tour-operadores sin clientes, congresos, convenciones y exposiciones a la baja, inversiones detenidas y mucha incertidumbre y miedo.

Sin embargo, después de casi dos años se inició la recuperación con mayor entusiasmo, más dinamismo, con niveles de confianza pocas veces visto en el sector a tal grado que México se colocó entre los 10 primeros países del ranking mundial en número de visitantes extranjeros, con prácticamente ocho años de cifras positivas y con condiciones para seguir en ese camino con un panorama alentador, gracias a la labor de la comunidad turística, en especial de la iniciativa privada y de la sociedad.

Hoy el Coronavirus es una amenaza que ha puesto en jaque al mundo entero, a las economías a la organización social y a los gobiernos que tienen la obligación de proteger a la población a través de mecanismos concretos con estrategias de salud.

Ya los mexicanos tenemos la experiencia de la Influenza, podemos poner en práctica diversas medidas para tratar de evitar contagios, aplicar cuidados personales, familiares y en los centros de trabajo, dejar de asistir a donde haya grandes concentraciones, etc., pero ¿será suficiente ante la propagación de la mortal enfermedad? Hay alarma y afortunadamente no hemos entrado en pánico.

Cabe recordar que, recientemente -un día antes de que se conocieran los casos de mexicanos con coronavirus-, en conferencia de prensa, que encabezó el titular de Sectur federal, Miguel Torruco Marqués,  el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal y su secretaria de Turismo, Michelle Freidman, informaron del avance de la organización del Tianguis que en su edición 45 va celebrarse en la ciudad de Mérida y en el que se tienen enormes expectativas.

Ahí, el mandatario yucateco y Miguel Torruco, señalaron que se tomarán medidas especiales de protección para los asistentes al magno evento turístico del país.

Días después, en un comunicado la Sectur y el comité organizador del Tianguis, hicieron saber que no hay cambios y el Tianguis se va a realizar conforme a lo planeado.

Lo que sí podemos deducir es que el turismo en nuestro país, no estará exento de Covid-19, ya que analistas y expertos en turismo vaticinan que la industria de los viajes tendrá una contracción a nivel mundial y en México, muy especialmente los segmentos de negocios, debido a que las empresas seguramente valoran la situación para enviar a su personal a otros países o al interior del nuestro, así como los congresos y las convenciones, podrán tener algún debilitamiento.

Ojalá, los controles sanitarios que implementen las autoridades sean efectivos y con la experiencia y colaboración de la población, se descarten escenarios complicados o un negro panorama para la economía, que ya de por sí.

 

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