Por Susana Vega López, (Enviada)
JALPAN DE SERRA, Qro.- Turismo cultural, ecológico, de aventura, religioso, enoturismo y más se puede realizar en Jalpan de Serra, Pueblo Mágico enclavado en la Sierra Gorda que forma parte de la Reserva de la Biósfera considerada Patrimonio Natural de la Humanidad por parte de la UNESCO desde 2001.
Hombre, naturaleza, historia y experiencias por descubrir en esta zona se funden para que los visitantes no tengan tregua en su paseo y aprovechen cada momento para recorrer la presa de Zimapán que es llenada por las aguas del río Escanela; admirar las Misiones Franciscanas con su barroco mestizo; conocer el pasado del pueblo en el Museo Histórico de la Sierra Gorda y deleitarse con el sabor de los vinos artesanales que elabora con frutas orgánicas la familia Herrera Marquina, en Pinal de Amoles.
Durante el trayecto por la sinuosa carretera San Juan del Río-Jalpan de Serra te sorprende la exuberante riqueza natural que se reflejan en tres ecosistemas: semidesierto, bosque y bosque tropical; los diversos micro climas de este complejo montañoso permiten el avistamiento de aves en su entorno natural. Cabe señalar que la observación de aves silvestres día a día cobra más interés en los últimos tiempos.
Al llegar a la Presa Zimapán el viento fresco peina los cabellos del turista; al caminar se observan escarabajos rodando bolitas de excremento de caballo para llevarlas a sus guaridas; las mariposas vuelan a lugares indistintos; el canto de los pájaros se escucha claramente mientras que el guía explica que en la zona de El Humedal se rentan lanchas y artículos para pescar o simplemente para pasear.
LAS MISIONES
El templo de Santiago de Jalpan, construido entre 1751 y 1758, es un atractivo en pleno centro del pueblo; es un legado del fraile franciscano Junípero Serra Ferrer, quien llegó a México para evangelizar a los indígenas. En esta zona fundó cinco misiones que fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2003.
En su fachada de “un barroco tosco, mestizo” resaltan tonos marrones, ocres y rojos de tintes naturales; estos colores son característicos de la tierra de la región. Se aprecian las imágenes de la Virgen de Guadalupe y de la Virgen del Pilar, Santas Patronas de México y España, con lo que se demostraba la unión de los pueblos españoles e indígenas.
Las misiones tenían el propósito de congregar a la gente para llevarle la palabra de Dios, una labor complicada porque los españoles daban fama de que los grupos nativos eran salvajes por sus rituales; sin embargo, los misioneros mostraban a un hombre con rasgos de tortura, crucificado en un madero, con una corona de espinas en la cabeza que sangra y con un rostro que refleja sufrimiento y dolor. Entonces, ¿quiénes eran los salvajes?
EL MUSEO Y PINAL DE AMOLES
Por localizarse dentro de la Ruta de la Plata, al Museo Histórico de la Sierra Gorda, inmueble construido en 1576, también se le conoce como La Fortaleza Chichimeca y por más de 50 años se instaló la cárcel municipal. A partir de 1991 alberga el patrimonio cultural e histórico de la Sierra Gorda. Recorrerlo te lleva a un viaje por el tiempo.
En Pinal de Amoles, el joven José María Herrera te invita a probar sus vinos artesanales. Su sonrisa franca cubre la pena del fallecimiento de su padre el pasado mes de julio y explica que se vio en la encrucijada de seguir sus estudios o continuar con la tradición que le enseñó Don Chema, como era conocido.
Ahora, junto con su hermano Daniel y el apoyo de su madre, doña Haydeé, prepara la receta secreta que le heredó su progenitor para elaborar licores de café, manzana, pera, zarzamora, maracuyá, frutos rojos y yerbas como la Damiana (a la que se le atribuyen propiedades afrodisíacas) o de otras que sirven como digestivos. También preparan ates y mermeladas de frutas de la región.
Es así que esta parte de la Sierra Gorda te ofrece experiencias enriquecedoras que te brindan la oportunidad de cambiar de rumbos, olvidarte del estrés y vivir muy, pero muy cerca de la naturaleza y la historia.