*El más Acabado Ejemplo de la Burla y la Befa
*Y Cuatro Años Después del Segundo Escape…
*Familias de Víctimas Siguen Buscando Cadáveres
Por Iván Ruiz Flores
No hay novedad alguna, desde hace años que en México se practica la apología de los delincuentes, un día sí y al siguiente también.
Si bien es verdad que no todos los criminales son santos de la devoción de los millones de mexicanos, hay un segmento que disfruta enormemente cuando le va mal a las autoridades correspondientes.
El ejemplo más acabado de la burla y la befa contra las autoridades es Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, porque cada vez que lo atrapaban y escapaba miles de irreflexivos se ponían felices, sin medir las consecuencias.
Así ocurrió el 12 de julio de 2015 cuando por segunda ocasión se escapó “El Chapo” del penal, en este caso de El Altiplano al bajar de la zona de las regaderas por un túnel que desembocaba en una zona muy sofisticada.
En aquel tiempo, las burlas y reclamos contra las autoridades (involucradas o no) menudearon, de la misma manera que los sarcasmos y lo mismo los aplausos, tras las marchas a favor del capo, de quien por cierto se desconoce a cuantos mexicanos y estadounidenses mandó asesinar.
Cuatro años con cinco días más tarde, tercera semana de este mes que finaliza, el señor fue sentenciado a purgar cadena perpetua (después de haber sido hallado culpable de ocho cargos de crimen organizado y narcotráfico) en un penal de máxima seguridad, subterráneo, en Colorado, Estados Unidos, por lo tanto, si cava un túnel es posible que llegue a China y si decide salir a la superficie deberá construir un rascacielos.
Ocurrió entonces que entre aquellos que se condolieron estuvo el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador quien dijo ante la condena: “estar en la cárcel si conmueve”. En lo personal creemos que no a todos y mucho menos, a las miles de familias afectadas con los asesinatos de Guzmán Loera, muchas de las cuales a estas alturas aun no encuentran los cadáveres y siguen en la eterna búsqueda en los miles de cementerios clandestinos.
Y cómo poder entender entre las personas de bien (no los delincuentes en potencia o no) que unas horas más tarde fuera inaugurada en Jalisco una tiende con la marca de “El Chapo” y que sea la más visitada. La policía debería estar pendiente para revisar quien ingresa a comprar, porque aquel o aquellos jóvenes o viejos que vistan sus “creaciones”, presumiblemente podrían estar vinculados con la comisión de algún delito.
Triste y lamentable que desde el poder se hagan de la vista gorda y permitan que los jóvenes abreven en ese tipo de publicidad tan nociva para su futuro.
¿Se vale?, preguntamos a las autoridades de más de nueve gobiernos mexicanos y nueve de los Estados Unidos, que no han podido por décadas enfrentar correctamente esas amenazas que consumen a México: la delincuencia y la droga. ¿Se vale?, preguntamos a los gobernadores de la República Mexicana.
Mientras, siguen pagando las consecuencias de esas laxas actitudes, los mexicanos y los estadounidenses de bien, que contemplan las barbaridades que siguen ocurriendo ante la impasividad de los funcionarios y de sus respectivas fuerzas de seguridad.
¿De qué se trata?
Sin embargo, en el vecino país se cumple con la ley, en México seguimos esperando que algún día se cumpla por lo menos la mitad de todas las normas existentes y no se minimice ningún delito.
De otra manera, podrán pasar otros siglos sin que nada funcione.