*Hace 48 Años que Surgió la Primera ley
*Y Suman 30 del Primer Hoy no Circula
*Así Como 28 del Cierre de la Refinería
*Pero no Aprendemos y Estamos Peor
Por Iván Ruiz
Nos estamos asfixiando por la contaminación. Somos casi 20 millones de mexicanos que habitamos la Ciudad de México y su Zona Metropolitana viviendo en el peligro (8.851,080 en 16 alcaldías capitalinas; 11,168.301 en 59 municipios conurbados del Estado de México y 97,461 de uno más del estado de Hidalgo).
No entendemos.
Hace casi 50 años (se cumplirán en 2021) que inició el combate de la contaminación en México, cuando en 1971 se aprobó la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental (LFPCCA) primer ordenamiento jurídico mexicano de naturaleza ambiental con disposiciones en materia de aire, aguas y suelos, con énfasis en la contaminación de dichos elementos; cuya aplicación atañía a la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA).
Sí, fue en el mandato de Luis Echeverría Álvarez cuando surgió la visión de futuro y en aquel año también se creó un equipo de trabajo intersecretarial, bajo el nombre de Comité Central Coordinador de Programas para el Mejoramiento del Ambiente, presidido por la SSA, el cual se destacó por la estrecha colaboración entre las áreas de Recursos Hidráulicos, Agricultura y Ganadería, y de la Industria y Comercio, dando como resultado la organización e instrumentación de acciones clave que protegerían el equilibrio ecológico y el ambiente, pero desde un enfoque estrictamente sanitario.
Aquella norma, por diversas razones no sería suficiente y, en el caso de la Ciudad de México.
Pasaron los años, la industrialización avanzó en lo que era el Distrito Federal y los problemas se aceleraron porque estamos ubicados en la Cuenca del Valle de México afectada por:
El entorno montañoso que la rodea, ya que constituye una barrera natural que dificulta la libre circulación del viento y la dispersión de los contaminantes. Por lo cual se considera una región propicia para la acumulación de los contaminantes atmosféricos.
Por su altitud, frecuentemente ocurren inversiones térmicas; fenómeno natural que causa un estancamiento temporal de las masas de aire en la atmósfera. Ello inhibe la capacidad de autodepuración de ésta y favorece la acumulación de los contaminantes.
Por su posición continental entre dos océanos, son frecuentes los sistemas anticiclónicos que se registran continuamente en la región centro del país, los cuales tienen la capacidad de generar grandes masas de aire inmóvil en áreas que pueden abarcar regiones mucho mayores que el Valle de México.
Debido a su latitud tropical, la intensa radiación solar que se registra en el Valle de México a lo largo de todo el año favorece la formación del ozono. Ello es resultado de las complejas reacciones que la luz ultravioleta del sol desencadena entre los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos a la atmósfera, los cuales son precursores del ozono y junto con los óxidos de azufre precursores de partículas finas.
Pero lo más grave era, hace tiempo, la concentración de las industrias y el acelerado crecimiento poblacional, sobre todo en la capital del país y su conurbación.
Así en 1989 surgió el Hoy no Circula en el Distrito Federal, durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari y el gobierno en el D. F. de Manuel Camacho Solís, aunque hasta 1990 se volvió permanente. Y con sus “asegunes” ha funcionado, así como también la verificación vehicular.
En 1991 fue cerrada la Refinería 18 de Marzo, ubicada en Azcapotzalco, al tiempo que por esos años salían de la capital del país cientos de industrias contaminantes y que utilizaban gran cantidad de agua.
El tiempo pasó y hoy, como cada año, estamos en crisis, porque aquellas medidas quedaron cortas debido al desordenado crecimiento de la Ciudad de México y su conurbación, así como la deforestación de las sierras y cerros circundantes (sea por incendios, por depredación o por anárquicas construcciones) y la falta de programas modernos y efectivos que eviten los problemas que hoy enfrenta la población.
