A Punto de Estallar las dos Fronteras de México por la Incontenible Migración

Los Dados de Dios

*Cada día la Situación se Agrava más

*Incremento de las Fugas es un Riesgo

*Las Rutas Tradicionales se Modificaron

*Oleadas: También Arriban Delincuentes

*Urgente Modificar la Política Migratoria

Por Nidia Marín

Las dos fronteras de México atenazadas por la migración y a punto de estallar. Y no hay para cuando considerar que la situación se modificará.

No entendemos cómo pueden, nuestro país y su gobierno, seguir soportando una situación que cada día que pasa es más incontrolable, no sólo en los seis estados del norte, Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, sino en los del sur, principalmente Chiapas y todos aquellos por los que cruzan las caravanas migrantes.

Las rutas migratorias tradicionales han quedado borradas. Ahora son nuevas y mucho más riesgosas, aunadas a un incremento de las fugas de migrantes de las estaciones y subestaciones oficiales. Ya son siete en este año.

Van algunos ejemplos de escapes:

9 de enero: Huyen 50 migrantes que estaban en Tlacotepec de Juárez, Puebla.

26 de abril: Cerca de 1,300 se fugan de la estación de Tapachula, Chiapas.

28 de abril: Escapan 12 cubanos y salvadoreños de la subestación ubicada en Comitán, Chiapas.

5 de mayo: 90 cubanos se fugan

8 de mayo: 100 cubanos escapan de la misma estación.

11 de mayo: aproximadamente 300, sobre todo cubanos, escapan de la estación migratoria de Tapachula.

12 de mayo: migrantes incendian la estación migratoria de Tepanatepec, Oaxaca donde había 117 personas y huyen. Son atrapados ocho.

También hay fuga hormiga, de dos o tres migrantes. Por ejemplo, el 30 de abril huyeron 4 que estaban retenidos en Ecatepec, Estado de México.

Lo más grave es que, en esas oleadas también arriban a nuestro país delincuentes de ahí, de allá y de más allá. Sería interesante saber cuantas personas extranjeras y de qué países han sido detenidas en nuestro país en los últimos cinco meses, porque en cuanto a los actos delictivos sí se han incrementado.

Como se sabe, desde octubre del año pasado, todavía en el mandato de Enrique Peña Nieto, iniciaron las grandes caravanas de migrantes que no han cesado en la actual administración. En diciembre fueron 2,000 personas las que ingresaron; en febrero 75,000 migrantes. El total hasta mayo sobrepasa los 80,000.

Y por ello las ciudades mexicanas fronterizas con Estados Unidos rebosan de migrantes y de problemas: Tijuana, Tecate, Mexicali, Los Algodones, Matamoros, Ciudad Juárez, San Luís Río Colorado y demás hasta contar 23.

Efectivamente hay repatriaciones, pero es tal la gravedad del asunto que ni siquiera se sabe cuánto ha gastado México en esa materia.

Si bien no es responsabilidad sólo de nuestro país, porque en estas avalanchas humanas tienen su parte de culpa los gobiernos centroamericanos, que carecen del mínimo control para evitar que los coyotes o los polleros internos y de países con régimen de izquierda o del que fuere sigan permitiendo el alud migrante.

Y no es con buenos deseos, expresados por el presidente de México o por los funcionarios tanto de la Secretaría de Gobernación como de Relaciones Exteriores, que se va a resolver un asunto que tiene profundas raíces políticas. Y México paga las consecuencias.

De continuar la incontrolable situación en las estaciones de migrantes que ingresan por la frontera sur, no pasará mucho tiempo antes de que ocurra una tragedia de grandes dimensiones. La advertencia ya surgió en la estación de Tapanatepec, Oaxaca.

Cada día que transcurre con la incontrolable llegada de migrantes de América Latina y el Caribe, así como de África y sin una política clara en esa materia, mientras Estados Unidos se hace de la vista gorda, en la frontera norte se agrava la situación.

Urge una política migratoria de mayor claridad.

 

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