*Tren Maya, Afectaría más Estas Zonas
*Ha Perdido 4.5% de la Superficie Original
*El 80% en Régimen de Propiedad Social
*Es Mejor Buscar Alternativas no Lesivas
Por Iván Ruiz
No se trata de rechazar el proyecto del actual gobierno sobre el Tren Maya o de cualquier otro programa que afecte a las comunidades del campo, solo por fastidiar. De ninguna manera, sino de insistir en que, si bien nadie niega de las necesidades enormes existentes en el sureste, por ejemplo, el camino que han anunciado no es el adecuado porque afectará a miles de personas y al medio ambiente, de por sí en vilo.
Ello, fundamentalmente, porque si tomamos en cuenta que alrededor de 80% de los bosques y selvas del país se encuentran bajo régimen de propiedad social, constituidos en una aproximación de 8,500 núcleos agrarios, ¿a quiénes va a perjudicar? ¿A los fifís (de acuerdo al adjetivo utilizado por el presidente López Obrador) o los campesinos vinculados a tierras comunales?
Es cuestión de sentido común. Los estudios, como el de la propia Cámara de Diputados, realizado por José de Jesús González Rodríguez, en una carpeta informativa del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), con fundamento en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y su “Estudio de tendencias y perspectivas del sector forestal en América Latina al año 2020, Informe Nacional México”, precisa:
“Las poblaciones que constituyen estos núcleos agrarios están vinculadas directamente con los recursos forestales para la obtención de sus principales satisfactores. La misma fuente estima que la remoción anual de madera es del orden de los 56 millones de m3 por año”.
Y en medio de ello se encuentra el asunto de seguir depredando la naturaleza, ya que México cuenta con aproximadamente 64 millones de hectáreas de bosques de clima templado y selvas que abarcan el 32% del territorio nacional. Adicionalmente la República tiene 56 Millones de hectáreas de matorrales y cerca de 2 millones más de vegetación.
Tales recursos son de gran importancia para el país desde el punto de vista social, económico y ambiental. Las poblaciones que constituyen estos núcleos agrarios están vinculadas directamente con los recursos forestales para la obtención de sus principales satisfactores.
“La misma fuente estima que la remoción anual de madera es del orden de los 56 millones de m3 por año. La contribución directa del sector forestal es de 5,000 millones de dólares por año. (0.81% del PIB nacional) y genera alrededor de 100,000 empleos permanentes cuyo sueldo es entre 3-4 veces superior al sueldo derivado de actividades agropecuarias”, dice.
Lo graves es que, por ejemplo, la selva húmeda, de acuerdo al INEGI, cubre ubre 91, 565.6 kilómetros cuadrados del territorio de la República y se encuentra en el sureste del país, principalmente en el norte de Chiapas (Selva Lacandona), el sur de Tabasco y en Campeche.
Este tipo de selva está considerada como una de las comunidades vegetales más exuberantes del país, conformadas por árboles hasta de 30 metros de altura o más.
Originalmente ocupaban una extensión de carca de 9.2% de la superficie de nuestro país el cual se ha reducido y hoy sólo están en 4.7%.
Es cuestión de reflexionar, cuanto afectará el mencionado tren a todo el sureste. Como señala el investigador parlamentario:
“México ocupa uno de los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo. La mayor parte de los estudios sobre deforestación se han enfocado en la cuantificación del proceso. Por ello, existen diversas estimaciones sobre las tasas de deforestación a nivel nacional, cuyos rangos fluctúan entre 75,000 ha/año a cerca de 1.98 millones de hectáreas por año.
“La variación en el rango de las estimaciones al respecto, depende de la fuente consultada, los objetivos para los cuales se realizaron las estimaciones, las diferencias en las líneas base de comparación, la variedad en los periodos de referencia, así como la diversidad de métodos y modelos usados en las estimaciones.
“Las estimaciones oficiales muestran una pérdida de vegetación arbolada en los últimos años de cerca de 1.08 millones de hectáreas por año, cifra que se estima en 775,800 ha/año si solo se consideran bosques y selvas”.
¿Por qué echarle leña al fuego? ¿Por qué no buscar programas benéficos y lograr que los existentes se cumplan?
Y lo preguntamos porque, conforme al estudio, en el diagnóstico de la situación prevaleciente en el sector del Programa Nacional Forestal se han identificado los principales problemas que son percibidos como esenciales y que las autoridades tienen la obligación de revisar antes de tomar una decisión tan seria.