*Son la Personificación del Arte del Engaño
*Seductores y Carismáticos Envuelven a la Gente
*Concilian Intereses y Conducen Sociedades
*Estadista: Gobierna con Apego a la ley y sin Favoritismos
Por Ezequiel Gaytán
Pareciese que el título de este artículo es una ironía, pero no lo es. De hecho, es en defensa de los políticos dada su importancia desde que el ser humano vive en sociedades. Esos individuos que, es cierto, en gran número de ocasiones se han ganado a pulso su desprestigio debido a sus declaraciones, decisiones y acciones. Son motivo de chistes populares, de mofa, de burla y de incomprensión. Son vistos por gran parte de la sociedad como seres corruptos en quienes no hay que confiar. Y, en efecto, son la personificación del arte del engaño, de la planeación de tácticas y estrategias a fin de conseguir sus objetivos sin importarles los medios y son seductores carismáticos que envuelven con sus discursos a la gente. En otras palabras, los políticos buscan llegar al poder porque el poder es la capacidad de hacer que otros hagan o no hagan determinadas actividades. Lo cual para muchos es inmoral, porque se genera una discusión entre el bien y el mal. Empero la lucha por el poder es uno de los elementos que nos hicieron sobrevivir como especie. Si lo que se desea debatir es acerca de lo bueno y lo malo caeremos en el terreno de lo filosófico, pero la política es acción. Léase, la política es conducir a la sociedad obteniendo el mejor de los resultados posibles, ya que dicha conducción está rodeada de intereses de grupos, situaciones económicas no siempre controlables y fenómenos naturales como temblores por citar algunos ejemplos. De ahí que un político hábil concilia intereses, convoca a los factores de la producción, organiza a la sociedad solidaria ante las catástrofes del planeta y la guía.
Entonces resulta que los políticos son quienes históricamente han conducido a las sociedades, pues son las personas menos improvisadas en el arte de hacer posible la concertación de la política, es decir lo contrario a la violencia. Aún más, ellos son quienes conducen los destinos de las naciones por caminos sinuosos, agrestes y difíciles hacia futuros horizontes futuros y, en principio, con la oferta de llegar a una mejor calidad de vida para la sociedad, porque así son los caminos de la humanidad. Permítaseme el siguiente ejemplo, cuando el Presidente Vicente Fox declaró que su gobierno era de empresarios para empresarios, lo que quiso decir es que él es un empresario y gobernaría con visión de empresario y sólo para los empresarios y no para la sociedad; poco más adelante corrigió, pues entendió que sólo los políticos pueden hablar de que gobernarán en favor de la sociedad, lo cual significa que lo harán con aciertos y desaciertos, pues son los políticos quienes han gobernado, gobiernan y gobernarán. Lo importante aquí es acotar que un buen político gobierna convocando a empresarios, trabajadores, oficinistas, amas de casa, estudiantes e incluso a la oposición, pues la crítica hace avanzar. De ahí que es positivo que existan los políticos.
Es más, el poder no se sostiene a la larga si no se forma un sistema, dicen los clásicos de la política y eso es debido a que los políticos saben que el poder es capacidad de organización, de convocatoria y de participación. Lo cual es un mérito, pues requiere condensar el poder económico con el político y reconocer la independencia al poder de los medios de comunicación. Entonces se crean los regímenes de gobierno y los sistemas políticos.
Ser un político exige vocación, pasión y emoción. Lo cual significa que es una carrera de vida, pues un político estará o no en funciones, pero nunca deja de ser un político. También se requiere que tenga ética pública, porque la construcción de su pensamiento debe basarse en el bien común. ¡Aunque usted no lo crea! Lo cual significa además que es un servidor público que, en principio debe estar capacitado y con experiencia en Administración Pública y con visión de Estado. De ahí que lo que estoy defendiendo es a personas con dotes de visionarios sin permitir que sus ideales mengüen ante las adversidades de la realidad nacional y mundial, que gobiernen con apego a la ley y que tenga mano firme a fin de aplicarla sin favoritismos. Es lo que llamamos un estadista.
Las coyunturas difíciles y sinuosas son las que brindan, por lo general, las oportunidades a los políticos de excepción de demostrar su talento y talante. Lo significativo de los políticos estadistas es la congruencia entre lo que piensan, dicen y hacen. Deciden con base en información, analizan pormenorizadamente las situaciones, consultan a las partes interesadas, escuchan las posiciones en contra, convocan a la unidad nacional, conservan la calma y su perspectiva es la comprensión de los costos y estar dispuestos a pagarlos.
La importancia de los políticos es equivalente a la importancia de un buen gobierno. Son quienes sacrifican a una o varias generaciones o las catapultan. Son seres humanos y como tal imperfectos. Tenemos todo el derecho de exigirles resultados positivos. No debe haber lugar para miramientos, compasión y piedad. Ellos decidieron asumir su responsabilidad y la nuestra es criticarlos constructivamente y exigirles.