La Mano que Mece el Poder
Por Horacio Armando Hernández Orozco
“El Vicepresidente: Más Allá del Poder” (“Vice”), película de 2018, del género de biopic, dirigido y escrito por Adam McKay, protagonizada por Christian Bale (Dick Cheney), Amy Adams (Lynne Cheney), Steve Carell (Donald Rumsfeld), Sam Rockwell (George W. Bush), Lisa Gay Hamilton (Condoleezza Rice), Tyler Perry (Colin Powell) y Kirk Bovill (Henry Kissinger).
El 11 de septiembre de 2001, las Torres Gemelas de Nueva York han sufrido lo que parece ser un atentado terrorista, y el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, lo sabe, por eso decide actuar con rapidez y en forma sorpresiva da la orden de derribar cualquier avión que sobrevuele en zona restringida.
“Vice”, es la polémica representación de Dick Cheney, el vicepresidente más poderoso de la historia de Estados Unidos, pues se dice que era él quien realmente gobernaba durante la presidencia de George W. Bush. La película es un biopic, aunque nunca contó con el aval de la familia ni del propio Cheney.
TRES REGLAS DE ORO
Dick Cheney es expulsado de Yale, todo debido a su hábito al alcohol, y su joven esposa Lynne Cheney le pone un ultimátum: se mejora y busca un empleo o terminan la relación, así que Cheney se enmienda y con esfuerzo logra llegar a ser asistente del congresista Donald Rumsfeld, quien le da tres valiosos consejos: se callado, has lo que te digan, y siempre se leal.
Gracias a estos tres consejos es cómo Cheney, quien desde un principio se definió como republicano, logra subsistir en el entrampado ambiente de la política; fue callado, hizo lo ordenado y siempre fue leal, claro a sus propios intereses, pues cuando estalla el caso Watergate, su mentor Donald Rumsfeld asciende a Secretario de Defensa con Gerald Ford, que llega a la presidencia por la dimisión de Nixon, y la lealtad de Cheney le valió para ser designado Jefe de Personal de la Casa Blanca.
La cinta muestra cómo es que Cheney no sólo práctica estas tres reglas, sino que sus subalternos deben acatarlas sin condición alguna.
LA REGLA NO ESCRITA, PERO IMPRESCINDIBLE
El congresista Donald Rumsfeld, una vez que ha llegado a la Casa Blanca le dice a Cheney que frente al desastre se debe aprovechar la oportunidad, lo cual quedará en la mente del joven Cheney.
Es claro que este consejo es muy oportuno, pues Nixon se quedó solo frente al escándalo del Watergate, lo cual fue todo un suceso vergonzoso en la historia presidencial de los EU, por lo que Cheney aprovecha cada ocasión para aconsejar al presidente Ford cómo manejar la Guerra, no sólo en Camboya, sino también en Vietnam.
Esta regla no escrita le fue de mucha utilidad cuando toma las decisiones ese 11 de septiembre de 2001, pues a río revuelto, ganancia de pescadores.
TEORÍA UNITARIA EJECUTIVA
Cheney consulta a un joven abogado sobre si existe la posibilidad de que el Presidente de los EU, pueda realizar actos sin tener que consultar a los otros dos poderes, y la respuesta es sí. Para ello está la Teoría Unitaria Ejecutiva, la cual permite que el presidente tenga el control total del poder ejecutivo.
Esta teoría será el fundamento de las decisiones tomadas el 11 de septiembre de 2001, cuando en el máximo momento de crisis en la historia reciente de Estados Unidos, el entonces vicepresidente vio una oportunidad para acaparar más control a través de la llamada teoría del Ejecutivo unitario, que cede mayor poder a la presidencia en detrimento del Congreso.
El uso de esta teoría, aunque no se menciona en el filme directamente, sirvió para ordenar la Guerra del Golfo Pérsico, derrocar a Sadam Hussein, intervenir en Kuwait, la guerra contra Iraq, Afganistán y contra Osama Bin Laden, con o sin el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU.
De hecho, las llamadas “técnicas de interrogación mejoradas” y los abusos a prisioneros de guerra en Guantánamo, fueron frecuentes, ya que la tortura fue utilizada sin castigo alguno, pues las convenciones y tratados que la prohíben eran interpretables, y la interpretación que daba Cheney es que el fin de combatir el enemigo justificaba el uso de la misma.
LA AMBICIÓN DEL PODER
Bill Clinton gana la presidencia de los Estados Unidos y Cheney se refugia en el sector privado como directivo de Halliburton, una empresa petrolífera, pero cuando George W. Bush, asume el mandato presidencial, Cheney es designado vicepresidente de la Unión Americana.
En la cinta sólo se menciona brevemente a la empresa petrolera Halliburton, pero es bien sabido y está documentado que sacó beneficios millonarios de la invasión estadounidense a Kuwait, al firmar contratos millonarios con el propio gobierno, y sin que se cuestionara si existía un conflicto de interés.
No es de gratis que la cinta empiece con la frase: “Cuidado con el hombre callado porque mientras otros hablan, él observa. Mientras otros actúan, él planea. Y cuando ellos finalmente descansan, él ataca”. Así es descrito Dick Cheney, como un hombre que ataca, hace, deshace y pasa desapercibido, todo esto detrás de la figura del Presidente.
En su libro de memorias “Decision Points”, el propio Bush lo llamó “el Darth Vader del gobierno” y comentó que era visto como “un hombre oscuro y sin corazón”; de hecho, la consigna que corría entonces por los pasillos de la Casa Blanca era: “No te molestes en vigilar a Bush; no le quites el ojo a Cheney”, pues era un viejo conocido del lugar.
La cinta muestra al joven ayudante de Donald Rumsfeld en los sucesivos mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford, cómo llegó a ser Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (1975-1977), miembro de la Cámara de Representantes (1979-1989), secretario de Defensa (1989-1993) con Bush padre, cuando se llevó a cabo la Guerra del Golfo, director de Halliburton y vicepresidente de Estados Unidos (2001-2009), un cargo desde el que decidió invadir Iraq apoyándose en el atentado de las Torres Gemelas, movió fichas para beneficiar a las clases adineradas y llegó a supervisar y esconder cada correo e información de la Casa Blanca, antes de que Bush estuviera al corriente; en definitiva, Cheney dominó en esos años la política interna y externa de Estados Unidos a su antojo.
En México, desde hace muchos años, no existe la figura de vicepresidente, pero ¿atrás de cada presidente habrá esa mano que mece la cuna?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…