Por Jesús Michel Narváez
Cifra oficial: 80 mil. Cifra real: 120 mil o más. El número no importa. Sí cuenta. Lo fundamental es el reclamo, el hartazgo de no ser escuchadas y del incremento alarmante de la violencia y los feminicidios.
Las MUJERES tomaron las calles de la Ciudad de México. Y de Guadalajara. Y de Puebla. Y de Tampico. Y de Aguascalientes. Y de Saltillo y de decenas más y exigieron JUSTICIA.
Con lemas como “Machista no se nace, la educación los hace”…”Luchamos por un futuro”… “México Feminicida”, las mujeres partieron del Monumento a la Revolución y del Hemiciclo a Juárez rumbo al Zócalo, la Plaza de la Constitución, la plaza de todos los mexicanos y durante la marcha corearon sus demandas… demandas que nadie del Gobierno federal escuchó, no de viva voz, porque el pleno estaba en Fresnillo, en donde López Obrador encabezó el “acto oficial” para no estar en su residencia: el Palacio Nacional.
Salieron de sus casas. Marcharon bajo los ardientes rayos del sol… los colores morado y verde resaltaron. Y no faltaron las “anarcas” haciendo de las suyas y recibiendo cargas de gas lacrimógeno… pero el ánimo no decayó.
Porque están hartas y con razón de ser las víctimas invisibles… de ser parte de la estadística y solamente un número más.
Tomaron las calles en casi todo el país y sin que autoridad alguna hiciera su aparición.
Siguen como antes: no las ven, no las oyen, no las escuchan.
“Luchar hoy para no morir mañana”, fue otro de los reclamos. Tiene fondo. Mucha forma. El silencio impuesto o autoimpuesto, borró no solo las sonrisas sino la vida de 4 mil mujeres solamente el año pasado. La ausencia de políticas públicas para proteger a las mujeres las llevó a visibilizarse.
¡Y vaya que las miraron!
Dos respuestas, horas antes, la del Presidente: en mi casa no hay machismo… la de Olga Sánchez Cordero: trabajo día a día contra la violencia machista.
La definición presidencial: soy humanista… respondía a la pregunta si se consideraba feminista.
Pocas palabras que pintan al Gobierno de3 la 4t: la insensibilidad lo identifica,
Y la respuesta de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum fue tapiar los edificios y monumentos ubicados en la ruta de la marcha. Y enviar al cuerpo policial femenino a lazar gases lacrimógenos. Las vallas fueron derribadas. Los aerosoles pintarrajearon los “protegido” y los daños, menores, no pudieron ser evitados.
La Marcha fue un éxito. Y coloca al Gobierno frente a la crisis mayor en sus 15 meses de ejercicio. ¿Habrá un poquito, solamente un poquito, de inteligencia para entender el problema?
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