Frente a la Risa Presidencial, la Necia e Imperturbable Realidad

Lascas Económicas

*Ante las Ocurrencias Mañaneras, Otros Datos que no Mueven al País

*Las Perspectivas Parecen Inciertas, Aunque Pregonen Otras Ideotas

Por Jaime Contreras Salcedo

La semana pasada tuvimos una serie de informaciones bastante desalentadoras en lo que hace a la economía mexicana, como el hecho de que México dejó de estar en el listado principal de los países con mayor atractivo para la inversión extranjera; o bien que el propio Fondo Monetario Internacional, anticipó que nuestro país no crecería en este año en el 1.9 por ciento que había anticipado y lo redujo a uno por ciento, con expectativas más bien conservadoras y cautas.

A ello, debemos sumar el hecho de que el Producto Interno Bruto cerró el 2019 con un crecimiento nulo y, cuando se den las cifras oficiales, no descarte que sea ligeramente negativo, pues a pesar de que en la teoría nos íbamos a beneficiar por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, lo cierto es que de acuerdo con los teóricos macro, la incertidumbre generada por la no ratificación del TMEC, más la espada de Damocles de Donald Trump en eso de imponernos nuevos aranceles cuando se le viniera en gana, trajo las consecuencias que ahora estamos viviendo.

Nada más falta que nos salgan con otros datos.

Y es que, por cierto, 2018 cerró en dos por ciento del PIB, y desde inicios del ejercicio pasado ya los consultores nos anticipaban que ni de lejos estaríamos cerca del 1.8 presupuestado por el gobierno , y ni siquiera se alcanzó el nivel de 1 por ciento que tanto proclamaban los economistas al servicio de la nómina oficial. Ni modo, ahí será para el próximo… sexenio.

Como la historia lo ha hecho patente en este nuestro sufrido país, en el primer año de una nueva administración las inversiones y proyectos empresariales normalmente se frenan, pero es el caso que en este 2019 que acaba de culminar, nos encontramos con que varias decisiones de la administración de Andrés Manuel López Obrador frenaron más eso de apostar recursos por el presunto México que se está cincelando. Y eso que también nos trataron de vender que había maridaje entre el sector privado y lo que llaman administración federal. No pasó eso, con todo y los anuncios que se hicieran en su momento. O no lo vimos.

Tampoco hubo aquello del empleo formal multiplicado, la reducción de la economía informal, el aumento sustantivo de los ingresos fiscales, la posibilidad de ahorrar por parte de los mexicanos ni, en fin, reducir eso que llamamos deudas. ¿O usted tiene otros datos?

Los economistas al servicio de los empresarios, consultados por el Banco de México insisten, por su lado, que en el mejor de los casos repuntará la economía doméstica 1.1 por ciento, aunque hay algunas voces que sitúan ese nivel en 1.5 por ciento, optimistas que son. Si usted lo ve con cuidado, estas proyecciones de todas maneras son menores a lo que el gobierno federal calculó en el Paquete Económico 2020, aprobado por el Congreso, el cual preveía un nivel de 2 por ciento, cifra que no se ha revisado a la baja, que nosotros sepamos.

Un dato no menos importante es que si bien, pese a presiones de algunos integrantes del círculo rojo allegados al Ejecutivo, el titular hacendario ha mantenido la estabilidad macro y financiera que demanda la más pura ortodoxia neoliberal, para que no se salga del cauce eso que llamamos economía, lo cierto es que pudieran presentarse nuevas presiones sobre las metas fiscales de este año, si el PIB no repunta acorde con el optimismo gubernamental.

Como usted y muchos lo recordamos, el llamado Fondo de Estabilización que legó la administración pasada a la actual mantuvo más o menos indemne al barco, no obstante los errores que se presentaron en el primer año de la Cuatroté y que sería ocioso repasar en este momento. El pequeño problema es que no habrá la posibilidad de utilizar lo que ya no existe en este 2020, a menos que alguien eche a andar la maquinita que, dicen, está prohibida por la ley.

Cacareó mucho la autoridad energética y también la hacendaria eso de que la semana pasada se pudo renegociar ¡a 40 años! parte de la deuda de Petróleos Mexicanos en dos bonos con tasas un poco, pero no demasiado, arriba de lo que los mercados tenían en el caso de esta empresa del Estado. Lo que nos apuntan los expertos es que se alcanzó a consolidar esta oferta porque los propios tenedores de los bonos antiguos ya no tuvieron otra y porque si las calificadoras le retiraban su apoyo a la entidad, todo se iba a desmoronar como naipes corridos.

Ni hablar de lo papeles de deuda mexicanos, gobierno, banca de desarrollo y, desde luego, las grandes empresas y bancos que van en perfecta cadena de oración.

Pobres. Les dijeron a los propietarios de los bonos: el escenario inmediato bien pudiera ser salida de capitales de portafolio, una severa inestabilidad en la moneda y, claro, algo muy similar a lo ocurrido en 1995. Lo que conocemos como los tristes errores de diciembre.

Mientras tanto, aquí en la tierra, el debate se cernía sobre eso del Modo Avión: si se abre la posibilidad, o no, de rifar la aeronave presidencial del sexenio pasado, el TP01. Nos atrevemos a especular que el arranque del usufructuario de Palacio Nacional, en plena mañanera, ni siquiera fue con un fin distractor como medio mundo le ha adjudicado, señalándolo incluso como hábil para cambiarnos la conversación o restar importancia a temas torales de la agenda nacional –como el INSABI, por decirles algo-.

No. Fue una ocurrencia que le pareció, como otras, adecuada para tratar de paliar las cosas, luego de que se le informó que no se podía colocar el avioncito ni en venta de garaje allá en Estados Unidos, por más que se le presentara como “orgullo de una nación”.

Sorry. Pero su idea grandota se tradujo en una cadena de memes nacionales y extranjeros, el hazmerreír literal de millones y millones, y su propia carcajada en la siguiente mañanera, en donde no se resolvió nada, y hasta se dio por descontado que, en los hechos, es imposible hacer rifa alguna de una nave que no pertenece al gobierno que él tabasqueño preside. Ni ahora ni nunca. Pobre país.

Viene a colación el viejo poema de Benedetti que conocimos en tiempos estudiantiles vía Nacha Guevara que, en una parte significativa apuntaba: Vi en pleno gozo/ y en plena euforia/ y en plena risa/ su rostro simple… Saludos, don Mario.

Estas Lascas Económicas le esperan, con mucho mayor calma, la semana entrante, en este espacio. Jacs95@hotmail.com.

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