Difícil Trance de México en Materia de Política Exterior

A la Vuelta de la Esquina

*¿Avanzar de la Mano de la Izquierda Autoritaria?

*Sin Olvidar la Pérdida del Liderazgo Regional  

*Tampoco que Latinoamérica ya no es el Hermano Menor

Por Iván Ruiz Flores

Hace poco más de un año que el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, publicó en “Ñ Foreign Affairs Latinoamérica” un planteamiento sobre la política exterior de México en la etapa de López Obrador.

“Es de advertir que los objetivos propuestos -recuperar el liderazgo regional, fortaleza ante Estados Unidos, impulsar el desarrollo regional principalmente en el aspecto migratorio, entre otros- son aristas de una eterna y vieja discusión sobre la diversificación de las relaciones comerciales de México frente a la dependencia con Estados Unidos.

“En esta ocasión, el nuevo gobierno podría marcar la diferencia del constante discurso a partir de una estrategia regional real que integre al menos dos aspectos:

1) aprender de los errores y aciertos del pasado, y

2) observar el panorama regional mediante un análisis integral de los actores, liderazgos políticos, escenarios socioeconómicos, retos, oportunidades y prioridades para el país.”

Sin embargo, la pregunta es ¿México se ha estado vinculando mayormente con la izquierda autoritaria de Latinoamérica y el Caribe?

Podríamos señalar que hasta ahora eso se ha observado e inclusive el caso de Evo Morales en México, como asilado, pero actuando desde acá contra un país (el suyo) del que presuntamente salió huyendo, ha causado escozor.

Hoy existen mal pensados que afirman que de Bolivia, Venezuela y Cuba llegaron los recursos en dinero y en especie para apoyar en materia electoral a Morena en los años y meses previos a la elección en México. ¿Será?

El asunto real es que muchos otros gobiernos de la región mejor se alejan del mexicano, a pesar de que en otros tiempos fueron sus aliados.

En aquel texto del Centro de Estudios también plantearon:

“México no debe olvidar que Latinoamérica ha dejado de ser el hermano menor y dista mucho del panorama de la década de 1980 y de las consecuencias negativas de la década perdida; en contraposición, hay que tener presentes los avances económicos y sociales, así como los cambios políticos de principios del siglo XXI. A la vez, México debe tener presente que hace mucho tiempo perdió su liderazgo regional, derivado de sus posiciones unilaterales y decisiones proestadounidenses que generaron enojo y confrontaciones con los países de la región. No obstante, hoy con el triunfo electoral de López Obrador, México tiene una oportunidad no solo de retomar un papel dado, ya sea por geografía o por naturaleza propia, sino en aras de contribuir en el impulso del desarrollo regional y recuperar la dimensión política. Al final, la pregunta no está en si México puede recuperar el liderazgo regional, sino en cómo lo hará y cuáles son los factores prioritarios para replantear las relaciones con los países latinoamericanos y recuperar un liderazgo que satisfaga a los intereses nacionales”.

¿Está tratando de hacerlo? A lo mejor, pero pareciera que se está centrando solamente en los regímenes autoritarios. ¿Por qué lo son?, ¿Cómo se puede definir el autoritarismo? Jairo García Oñoro, de la universidad de Antioquía, en su trabajo “Latinoamérica: entre la democracia y el autoritarismo”, recuerda el planteamiento de Hannah Arendt respecto a que “el autoritarismo es una forma de gobernar en la que hay pluralismo limitado -pero que no desaparece- y, aunque débil, existe una oposición. El Estado limita y restringe libertades, pero no las elimina del todo. Existe la sociedad civil y los partidos no necesariamente desaparecen, aunque quedan marginados. Los movimientos sociales -especialmente los que cuestionan al gobierno- tampoco desaparecen, pero son silenciados”.

Es pues importante la reflexión, porque como precisaran los especialistas del Gilberto Bosques:

“En el ámbito político-electoral, la balanza de poder en la región se ha inclinado hacia la derecha, dejando atrás el predominio histórico de los regímenes de izquierda. Además de México, entre 2018 y 2019, América Latina y el Caribe enfrentan procesos electorales (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Uruguay y Venezuela) que determinarán la ruta del continente al menos durante la próxima década. Cabe tener presente que la tensión electoral en la mayor parte de la región continúa marcada por el fenómeno de la corrupción en diversos países (el más emblemático es el caso Odebrecht), el desgaste de la confianza hacia el sistema político y las instituciones, y el debilitamiento y deslegitimación de las élites y bases políticas. Derivado de este panorama, y de la mano de los desafíos económicos y sociales con mínimos niveles de crecimiento, es que la derecha ha alcanzado un ascenso en el continente”.

No, Marcelo no la tiene fácil.

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