Por Jesús Michel Narváez
Recortes de presupuesto y cancelación de organismos promotores del turismo, hicieron que México cayera en el top de los 10 países más visitados del orbe.
Con un secretario de Turismo que piensa que México es tan bello que por sí mismo despierta el interés de los visitantes; que acepta todo sin reparar en nada; que carece de un proyecto aunque sea una experto en la materia –eso dicen sus credenciales- y que está sobrevaluado, es imposible mantener al país entre las naciones más atractivas del mundo.
Para nadie es sorpresa saber que muchos turistas llegan para “vivir la emoción que genera la violencia” y otros porque fueron conquistados con las campañas de ProMéxico que, lejos de ser un organismo costoso era productivo. Los números no mienten: con Claudia Ruiz Massieu y Enrique de la Madrid Cordero al frente de la Secretaría de Turismo durante el pasado sexenio, México abandonó la segunda fila de países visitados y entró al top-ten.
Mantuvo la tendencia y alcanzó el sexto sitio. Ahora está en el séptimo superado por Turquía. ¿Y sabe usted por qué? Una razón simple: Ankara inauguró su aeropuerto, el más moderno y grande del mundo. Aquí todavía se realizan estudios previos para concretar el proyecto ejecutivo de Santa Lucía, mientras miles de millones de pesos quedaron sepultados en los terrenos de Texcoco, no del lago como se argumentó por parte del titular de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú.
Junto con la caída del turismo está también la inversión extranjera directa. Los dueños de los capitales globales consideran a México un país que está generando incertidumbre y la calificadora Ratings Fitch ya redujo a 1.6 el crecimiento del PIB para 2019, al tiempo que las otras dos más importantes del mundo, fijan la mirada en la crisis de Pemex y cuestionan la construcción de la Refinería de Dos Bocas y más que no se haya hecho una licitación pública internacional sino que se haya optado por la “invitación restringida” a cuatro empresas con experiencia en la construcción de aeropuertos.
Miguel Torruco Marqués, Rocío Nahle y Jiménez podrían ser los primeros reprobados del gabinete presidencial. Poco vivirá el que no vea cómo se hunden sus áreas de responsabilidad por no poner sobre la mesa la realidad y aceptar todo de manera sumisa.
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