Por Alberto F. Mena Mallén
La comunicación social de la jefa de gobierno de la Ciudad de México va de mal en peor, ya que cacarean el operativo en Tepito, que no fue fallido y sí exitoso, según ella, que se llevó a cabo el pasado 30 de octubre y luego todo se desmorona con otras noticias como aquella de que se dejaron libres a 30 de los 32 detenidos y más cuando se informa que toda la droga incautada en el predio de Peralvillo 33, no aparece. Posteriormente, indicaron que no desapareció, aunque nadie la ha visto.
Al parecer tanto este gobierno, el de la científica Sheinbaum, como el federal encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador andan al parejo en este campo ya que el Ejecutivo federal anda metido en menudo lío con sus mensajes de prensa y de declaraciones. Hay a quienes les han contado hasta seis versiones distintas de lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa, ello, entre otros temas que se discuten.
Si no es fallido todo el operativo en el barrio bravo, entonces qué es, un operativo parcial, o sólo fue un pedacito de operativo, ya que se supone que debe de existir una coordinación entre todos los involucrados, o es que cada quien mira para su santo, como parece ser que se presentan estas acciones que quieren presumir y que de plano les sale al revés.
Esto es una descoordinación que llama la atención, ya que tanto en las “mañaneras” como en las conferencias de prensa de Sheinbaum, quieren hacer y decir las cosas bien, pero en la realidad no parece que salgan bien, ya que lo anterior son solo ejemplos que se pueden señalar de que las cosas no andan bien en materia de comunicación social.
Lo mejor, se comenta entre el pueblo bueno, a través de un dicho: “calladitos se ven más bonitos”, ya que si no se coordinan entre todos los involucrados, pues aparecen este tipo de pifias chuscas que la sociedad o los mexicanos en general lo toman como un mal gobierno que quiere hacer las cosas bien, pero les salen mal, por falta de experiencia, profesionalismo, omisión o de plano que como todos los mexicanos, sólo existe la individualidad y no lo grupal, lo que tanto han criticado.
La fiscalía capitalina depende del gobierno de la ciudad y tal parece que no hay coordinación con la jefatura, ya no digamos en las acciones a desarrollar, sino en materia de comunicación, porque se dice primero una cosa que se corrige más tarde, luego de que se afirmó que se perdió todo lo incautado en dicho evento en Tepito y posteriormente, se informa de que no es cierto. Entonces, en qué quedamos.
Otro ejemplo del pésimo manejo de comunicación social, que a lo mejor se hizo con maña, es lo relacionado con los comentarios de la titular de Gobernación en reunión con el flamante gobernador de Baja California, en el sentido de que mientras la dependencia comunica que no había autorización para la difusión del video que se vio en redes sociales y en medios de comunicación, donde la secretaria de Gobernación habla de la legalidad del pasado proceso estatal, el mandatario de dicha entidad, sostiene que doña Olga estaba enterada de que había difusión en vivo de la reunión que sostuvieron en días pasados.
Entonces, también, en qué quedamos.
El caso es que se pueden dar muchos ejemplos de lo mal que se maneja la información tanto del gobierno de la República, de sus entidades que lo componen como en la Ciudad de México, donde un día dicen una cosa y al otro día o lo desmienten, lo cambian o lo corrigen, porque no se quiso decir, lo que se dijo.
Desde que comenzaron ambos gobiernos, el federal como el capitalino, se observó que su plan de comunicación iba por buen camino, y más cuando López Obrador comenzó a dar sus conferencias mañaneras, con lo que abarcó todos los temas a tratar, pero conforme avanzan los meses, a pesar del buen manejo en redes sociales, se empezaron a desdibujar estas acciones de información, para tener como resultado las pifias que todos los días vemos.
Lo anterior aparte de lo que se señala, critica y afirma de que las acciones gubernamentales buscan mejorar la calidad y el bienestar de todos los mexicanos, vemos en la vida cotidiana que hay muchas personas que no opinan lo mismo, ya que una gran cantidad ha salido perjudicada con las acciones de gobierno que se han aplicado casi en un año de ejercicio.
Esto también contrasta con lo que se reitera a cada rato por parte de las administraciones federal y capitalina en el sentido de que vamos a tener una buena seguridad para desarrollarnos como país y como sociedad en las mejores condiciones, cuando de repente se atraviesa un culiacanazo y lo último, un grave asesinato de mujeres y niños en el Estado de Chihuahua, que pone en entredicho lo que se afirma una y otra vez en estos niveles de gobierno. Sobre todo, lo del dicho presidencial de que no debe haber balazos, sino solo abrazos.
Y lo que es peor, de que no hay una autocrítica o reconocimiento de errores para tratar de darle validez a sus dichos, y en cambio se continúa con una postura firme que muchos vemos que no nos llevará a nada, o tal vez pueda existir, lo que ya sucede, de que la gente sale a las calles, primero para demostrar que no hay políticas públicas que los beneficien y segundo para sostener que dichas políticas gubernamentales deben de modificarse y demostrar que el camino que se lleva no es el adecuado.
Hace tiempo muchas personas señalaron que habría que darle el beneficio de la duda al gobierno, pero dicha premisa poco a poco se desvanece con todo lo que actualmente está sucediendo, ya que también, poco a poco van aumentando los inconformes con las políticas gubernamentales actuales.
Y aunque existe una llamada democracia que, señalan algunos, apenas está en pañales, con tres poderes de la unión a nivel federal como estatal, no vemos que los buenos propósitos que se persiguen, de querer cambiar al sistema, no podrá avanzar rápidamente, tal y como lo pretende el presidente de la República, ya que si hay error tras error en esta materia de la comunicación, la ciudadanía, como dice López Obrador, que no es tonta, poco a poco se dará cuenta de ello y volteará la cara hacia otros rumbos políticos. Pronto lo veremos.