Por Alberto F. Mena Mallén
Existe un fundado temor entre la población en el sentido de que si no se corrige el rumbo de la economía de México, habrá serios problemas para muchos mexicanos, quienes ya comenzaron a resentir la desaceleración económica que se ha presentado en el país.
Platicando con un empleado de una agencia de autos, en una sabrosa charla de reunión entre amigos y con las copas en la mano este personaje comentó pausadamente:
“Hace 4 años que ingresé a la empresa en una de las áreas y para comenzar, hace unos días el dueño reunió a los empleados de la misma para señalarles que la situación se ha tornado difícil para todos, ya que los ingresos han caído drásticamente en estos meses”.
Continuó: “Antes, cada mes ingresaban un promedio de 100 autos para atenderles diversos servicios y ahora no llegan ni 20, lo que ha disminuido severamente los ingresos, perjudica a todos los empleados de la agencia, inclusive al dueño, ya que con el temor de lo que pueda venir, -lo que ven negativo-, esperarán un tiempo para saber si prosigue en el negocio o de plano lo cierra”.
“Por ello, -prosiguió este amigo-, mi esposa y yo estamos pensando en un plan B para ver la posibilidad de generar un negocio que nos ayude con los gastos que se tienen, particularmente cuando hay hijos que van a la escuela, aunque ya antes vendíamos algunos productos como ropa, pero, reflexionó al señalar que también existen riesgos por la delincuencia que ha aumentado en todas partes de la metrópoli, los que se quieren llevar las ganancias que obtiene uno con dicho comercio”.
Otro de los amigos que ahí se encontraba, comentó que era maestro en ciencias con especialidad en parasitología y trabajaba como profesor en la zona norte de la metrópoli, dando clases a enfermeras y doctores, pero que, anteriormente, había estado en el gobierno federal laborando en el área de salud, pero con lo que está sucediendo, -los recortes, recordó-, dejó dicho trabajo.
“Mi salario, -dijo-, no es el adecuado para lo que estudié, -por los años dedicados al estudio por lo que no estoy a gusto con lo que está sucediendo en el país, aunque sé que tengo que esperar a que se haga realidad lo que nos prometió el presidente. Lo malo, indicó, es que no se sabe si será rápida la transformación o de plano se tardará todo su gobierno, por cómo están las cosas o de plano no habrá cambio y si perjuicios”.
Si la 4T no corrige los sobresaltos económicos que se han generado con las decisiones de austeridad del presidente Andrés Manuel López Obrador, entonces estaremos viendo una 4Deformación o degeneración de nuestro país en materia económica, política, social y democrática y un ejemplo claro de ello se ve y se verá en la Ciudad de México.
Las manifestaciones ya se presentan en forma continua demandando atención del Ejecutivo Federal, para resolver muchos problemas que se les han creado desde el gobierno, las que muestran el descontento que existe debido a los “ramalazos” que se les ha dado a muchas áreas al retirarle los apoyos sin mirar a quienes se perjudican, sin haber presentado un diagnóstico previo para conocer la situación que prevalece en muchas áreas de la vida nacional.
Inclusive, además de los problemas que se les han creado en lo personal a muchos habitantes, éstos a su vez provocan mayores conflictos a otros, como sucede cuando toman los accesos al aeropuerto internacional, tanto los policías federales como maestros de la CNTE, a quienes no se les puede tocar ni con un roce de una macana ya que, argumenta el primer mandatario, no quiere que se le tilde de “represor”.
Muchos capitalinos comentan que ha sido muy difícil el inicio del cambio de la vida nacional hacia caminos que aún resultan inciertos para muchos mexicanos y más cuando se aplican ajustes en los recursos públicos a instituciones, organismos y personas en general, cuando disminuyen sus ingresos de forma súbita o al ser despedidos de sus trabajos.
Las autoridades juegan con las cifras para no alterar demasiado el ambiente nacional, pero desde que llegaron, dicho ambiente ya está alterado, con la famosa austeridad republicana y por el combate a la corrupción, por los despidos, cambio de sistemas en el pago de los apoyos o el desabasto de medicamentos que aún continúa. Muchos si queremos dichos cambios, pero no de “sopetón”.
¿Qué pasaría en caso de que la 4T no dé los resultados que quiere Andrés Manuel López Obrador?
Hasta el momento, los grandes proyectos que quiere encabezar están frenados por alguna u otra razón y el primer mandatario busca el camino, aunque no sea muy ortodoxo para continuarlos como sucede con el aeropuerto de Santa Lucía, el que sumó múltiples amparos porque no cuenta con todos los requisitos para su construcción.
Mientras, el Presidente de la República, repite y asegura continuamente que son obstáculos o piedritas que le ponen los “conservadores” y que pese a ello, lo edificará, sentenció en una de sus giras. Para ello busca el camino de la “seguridad nacional”, en dicho aeropuerto, lo que hasta ahora pues es un camino que le traerá nuevas críticas como sucede con otros pronunciamientos y hechos.
Igualmente, en la Ciudad de México, a pesar de algunas buenas y pequeñas noticias que ha dado la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, también enfrenta una serie de problemas que aún no ha podido resolver ni en un mínimo porcentaje, como la inseguridad que continúa afectando a la población capitalina.
Incluso, hace algunos días anunció que habrá recortes en su administración, pero de funcionarios, no de personal operativo y administrativo. Hoy, apenas resuelven pocos problemas con el personal con el que cuenta su gobierno, cómo le harán para evitar los graves y grandes rezagos que existen.
Se supone que cuando la población se incrementa por la natalidad de sus mismos habitantes, se requieren de más trabajadores para poder atender la totalidad de los servicios que se demandan ¿o acaso utilizará y aprovechará las nuevas tecnologías para solventar al personal?
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