Argentina confirmó este sábado que enviará 200 brigadistas a la Amazonía brasileña para que colaboren en la extinción de los incendios que afectan a la región y que en los últimos días han sido objeto de debate internacional por su importancia para el clima.
En un comunicado, el Gobierno informó que los bomberos argentinos viajarán para «ofrecer apoyo y asistencia ante la grave situación ambiental provocada por los incendios».
Se trata de dos centenares de profesionales equipados e integrantes del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (Sinagir), que quedarán a disposición de la ayuda que las autoridades brasileñas «consideren necesaria».
Esta decisión del presidente argentino, Mauricio Macri, es consecuencia de la conversación que este tuvo con el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, el pasado jueves.
La Cancillería argentina coordina junto al Sinagir las solicitudes de asistencia que Brasil ha demandado hasta el momento.
La Amazonía, considerada como el mayor pulmón vegetal del planeta, cubre casi el 25 % de continente americano y los múltiples incendios que se expanden por su territorio tienen especial incidencia en Brasil y, en menor medida, en Bolivia.
La selva amazónica ha registrado más de la mitad de los 71 mil 497 focos de incendio detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, un 83 % más que en el mismo período de 2018, según los datos divulgados por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).
Brasil comenzó este sábado a desplegar a 44 mil militares en la vasta región Amazónica para combatir los incendios forestales de esta área que han puesto en jaque al Gobierno de Jair Bolsonaro, criticado internacionalmente por no haber reaccionado a tiempo.
El Ministerio de Defensa informó que aumentó a seis el número de estados amazónicos que ya han formalizado la petición de envío de equipos de las Fuerzas Armadas, que deberán actuar al lado de las autoridades locales para contener a las llamas que devoran parte del bosque tropical.
La tensión entre Bolsonaro y gobiernos que han manifestado su preocupación con la situación de la Amazonía, como Francia o Irlanda, alcanzó dimensiones gigantescas que llegaron a poner en duda el cierre de acuerdos comerciales, como el tratado entre la UE y el Mercosur, conformado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
Ante la presión internacional, Bolsonaro ha moderado su discurso y se mostró dispuesto a conversar con otros países sobre el papel brasileño en la Amazonía.
Pero en rápidas declaraciones a los periodistas este mismo sábado, Bolsonaro afirmó que «el bosque tropical no está en llamas como se está diciendo» y señaló que el fuego solo ha alcanzado las áreas «donde hay deforestación».
Igualmente insistió en que el promedio de incendios «está por debajo» de lo registrado en los últimos años y que «la cuestión» camina «hacia la normalidad».