
El hallazgo recuerda al caso que se registró en el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, donde otro colectivo de búsqueda encontró la semana pasada lo que podrían ser tres crematorios clandestinos.
Ciudad de México, 12 de marzo (SinEmbargo).- El colectivo de madres buscadoras Amor por los Desaparecidos dio a conocer esta semana el hallazgo de 14 montículos o fosas con restos óseos humanos calcinados en el suroeste de Reynosa, Tamaulipas, por lo que consideraron que podría tratarse de un «sitio de exterminio».
«Se localiza sitio de exterminio con 14 concentraciones de restos óseos humanos con exposición térmica en Reynosa, Tamaulipas. Si tienes un familiar desaparecido, acude al Ministerio Público para solicitar confrontación directa una vez que se termine de procesar el área. Si no tienes denuncia, acude inmediatamente a poner tu denuncia», expuso el colectivo en su página de Facebook el pasado 10 de marzo.
Las gestiones de búsqueda generalizada y prospección en campo se realizaron en coordinación del colectivo con la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Tamaulipas, la Comisión Estatal de Atención a Víctimas (CEAV) y la Comisión de Derechos Humanos del Estado, así como con la presencia de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Tamaulipas y de la Guardia Nacional (GN).
Las imágenes compartidas por Amor por los Desaparecidos muestran un predio con construcciones en obra negra en medio de la maleza de un campo, y lo que parecen ser restos óseos semienterrados en la tierra. También se observan impactos de bala en paredes del inmueble, casquillos, y a las madres buscadoras trabajando con equipos especiales en el sitio.
De acuerdo con el colectivo, la búsqueda comenzó tras recibir una llamada anónima que señalaba un predio detrás de la colonia Colinas del Real. Las buscadoras denunciaron a medios locales que la Fiscalía General del Estado (FGE) tardó en presentarse en el terreno.
El hallazgo recuerda al rancho Izaguirre, un presunto campo de exterminio que descubrió otro colectivo en Teuchitlán, Jalisco, y que era usado, según testimonios recogidos por las buscadoras, como un centro de reclutamiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con al menos tres crematorios clandestinos. Agencias