La NASCAR suele entregar definiciones infartantes en sus categorías y fue la segunda de ellas, la Xfinity Series, la que entregó un final histórico y que casi quiebra la mejor marca de la divisional antesala a la NASCAR Cup. Fue en las Andy’s Frozen Custard 300 disputadas en el súper óvalo de Texas, en la que Sam Mayer (Chevrolet) superó por apenas a 0,002 segundos a Ryan Sieg (Ford).
Sieg tuvo una frenética remontada en la que saltó del décimo al primer puesto en solo cuatro vueltas. Como se caracteriza en esta clase de carreras, es clave ir bien pegado al coche que está adelante, aprovechar el efecto “succión”, que es cuando el auto que va atrás gana velocidad porque el que viene adelante toma todo el aire de frente. Esto facilita los sobrepasos.
Ambos llegaron a la par a la última curva y tras un toque a plena velocidad pudieron mantenerse en pista y Mayer encaró el peralte final por el lado interno, pegado al muro, pero logró imponerse por una mínima diferencia. Se debió recurrir a la repetición en detalle para poder saber quién fue el ganador, algo que en la jerga se llama “foto finish”.
Fueron solo 0,002 segundos lo que separaron al ganador de su escolta. Igualó la marca de 1999, cuando Terry Labonte festejó ante Joe Nemechek en Talladega. Aunque en la divisional la diferencia más corta de la historia fue en 2018 en Daytona, donde Tyler Reddick superó a Elliott Sadler por 0,0004 segundos (0,4 milésimas).
Tercero resultó Justin Allgaier (Chevrolet), quien lideró 117 de las 200 vueltas de la octava fecha de la temporada. Fue un gran espectáculo el visto este sábado en el óvalo texano.
“La primera emoción es, sin duda, la decepción… La teníamos”, dijo Sieg sobre la competencia, pese al espectáculo que brindaron. “Nos pusimos al frente, pero nos apretamos demasiado. Hice todo lo que pude. Cambié de traza, probé frenos, hice de todo. Estaba muy cerca, le vi venir. Hice todo lo que pude. Al final sólo intentaba chocarle contra el muro para ganar la carrera. Estábamos tan cerca”, admitió el competidor de Tucker, Georgia. Sieg se vio frustrado de conseguir su primera victoria en 342 carreras con el equipo RSS Racing, que es de su familia.
En tanto que Mayer, que corre con un coche alistado por la escudería JR Motorsports, alcanzó su quinto triunfo en la especialidad. “Es irreal. Es decir, en un momento dado estaba como un segundo y medio por detrás. Así que recuperar tanto tiempo en tan poco tiempo es irreal”, contó Mayer. Y añadió: “Hemos liderado la vuelta más importante. No dominamos ni mucho menos, pero nos dejamos la piel para llegar a ese punto y ganar así”.
Chandler Smith (Toyota), por su parte, fue decimoquinto, pero sigue liderando el campeonato de la Xfinity Series. La NASCAR también tiene la particularidad de un calendario súper cargado y sin descanso el venidero fin de semana seguirá la acción con las Ag-Pro 300 en el Talladega Superspeedway, en Lincoln, Alabama.
(Agencias)