“El Ángel Malvado”

El Caín Infantil

HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO 

“El Ángel Malvado” (“The Good Son”), película de suspenso dirigida por Joseph Ruben; protagonizado por Macaulay Culkin (Henry Evans), Elijah Wood (Mark Evans), Wendy Crewson (Susan Evans), David Morse (Jack Evans), Daniel Hugh Kelly (Wallace Evans), Jacqueline Brookes (Alice Davenport), Quinn Culkin (Connie Evans) y Ashley Crow (Janice Evans); su estreno fue el 24 de septiembre de 1993.

Henry Evans es un niño modelo que sus padres se sienten orgullosos de él; sin embargo, bajo su apariencia cariñosa y apacible se esconde una mente retorcida y poblada de ideas malignas.

Esta cinta fue estrenada hace 30 años, y muestra la maldad en su expresión infantil, porque ser travieso no es sinónimo de malévolo; la película está inspirada en La mala semilla (1956), y muestra un cambio de papel para el actor Macaulay Culkin, hasta ese momento conocido por sus papeles en comedias como Mi pobre angelito o El guardián de las palabras.

DOS PÉRDIDAS

Mark Evans, un niño de 12 años, enfrenta la difícil muerte de su madre, Janice, tras una larga enfermedad; su viudo padre, Jack, no sabe cómo confrontar la situación, pero su hermano Wallace lo convence para que su sobrino viva con ellos.

El duelo de viudez tiene dos fases que superar: la aceptación y la adaptación a la nueva vida; no hay un tiempo concreto de duración del duelo, depende de cada persona, de cómo lo afronte, y de lo que ponga de su parte para superarlo; sin embargo, cuando de la persona que enviuda dependen hijos pequeños, el período de duelo debe ser afrontado de tal manera que no llegue a afectar a los menores de edad.

El duelista debe no sólo desafiar su propio dolor sino ayudar a que los hijos superen esa pérdida; a un infante le costara trabajo entender la pérdida física de un ser querido, máxime si en cuestión de días el padre supérstite lo deja huérfano por ausencia.

Los psicólogos infantiles recomiendan, por muy doloroso que sea, continuar al lado del menor y no dejarlo a cargo de un pariente, pues ello equivale a abandonarlo.

EL PRIMO INCÓMODO

Mark es bien recibido por sus tíos Wallace y Susan, así como por su traviesa prima Connie y su primo Henry, que tiene su misma edad, con quien juega; Mark recibe terapias de Alice, que se da cuenta de que se está recuperando satisfactoriamente, pero pronto se verá afectado al enfrentar el extraño comportamiento de Henry.

Para un niño de 12 años le es difícil comprender las actitudes violentas de otro menor de su misma edad, y más cuando Henry ha sido capaz de asesinar un perro y ocasionar un tremendo accidente tras arrojar un muñeco con tamaño de adulto en la carretera.

Obviamente, son conductas que van más allá de una simple travesura, son ilícitas e inclusive sancionadas para un menor; y pueden converger en dos puntos, no necesariamente excluyentes entre sí, uno que se creen patrones de copiar esas actividades o bien generar un temor que impida reaccionar y reprochar las mismas; y esto último le sucede a Mark, pues no sabe qué hacer porque Henry muestra su faceta de hijo ejemplar y honesto ante su familia, y a espaldas es un vil manipulador.

Henry es incómodo para Mark por sus actitudes negativas y Mark es incómodo para Henry, pues siente celos de que Susan le muestra mucho afecto.

LA MALDAD NO 

TIENE LÍMITES

Henry lleva a su pequeña hermana Connie a un estanque congelado a patinar y Mark observa impotente cuando Henry la arroja sobre el hielo delgado para dejarla morir helada; la niña sobrevive, pero no recuerda lo sucedido; Mark le cuenta a Susan lo qué pasó, pero no le cree.

Es claro que los padres van a confiar en sus hijos y antepondrán todo por creer en ellos, el sobrino Mark es el extraño, el que debe adaptarse a un rol familiar preestablecido, no puede llegar a cambiar la visión que tienen sus tíos sobre el hijo querido.

Ahora Mark tendrá conductas inexplicables, pues al vigilar a Henry, cree que ha envenenado la comida de su familia e intenta tirarla, o cuando enfrenta al primo con unas tijeras porque quiere matar a Susan; todo este actuar extraño y violento hace que su tío Wallace lo encierre en el cuarto que pertenecía al pequeño Richard que falleció por ahogamiento en la bañera.

LA GÉNESIS 

DE LA MALDAD

Susan sospecha que algo no anda bien y busca en el desván alguna pista sobre Henry, y descubre un patito de hule que perteneció al pequeño Richard, quien jugaba con ese patito cuando se ahogó; así que habla con Henry, pero éste se vuelve violento, le arrebata el juguete y lo arroja a un viejo pozo.

Pareciera ser que el origen de la maldad de Henry radica en los celos que siente hacia aquéllos que reciben el cariño y afecto de sus padres, pues así se ve en su reacción violenta por el patito de hule que tenía su hermanito Richard, o cuando arroja a su hermana Connie en el estanque de hielo, quienes han tenido más atención y cuidados de sus padres.

Los celos entre hermanos suelen formar parte del desarrollo normal de cualquier niño, y por regla general, no deben ser motivo de mayor preocupación siempre que sean circunstanciales y pasajeros y no alteren de forma notable la convivencia o el desarrollo del menor.

Este estado afectivo, se caracteriza por un temor a perder el cariño o la atención de los padres y una rivalidad más o menos marcada hacia el hermano/a o hermanos.

Pero pueden derivar en conductas patológicas e inclusive delictivas, por esa razón, los padres deben estar al pendiente cuando surja una conducta negativa y no minimizarla, hay que actuar de inmediato ante las conductas inaceptables, y enseñar a los menores a resolver los conflictos y dificultades de manera pacífica y asertiva.

El filme es un esbozo de que a simple vista un niño puede aparentar ser amigable, alguien a quien le gusta mucho jugar y que le gusta compartir, pero las apariencias engañan; este niño hiperactivo no le teme a nada, y afirma que “la libertad es el ser libre y que nadie puede tocarlo”.

Es un niño que hace daño para sentirse bien, no importa si es su propia familia, es cruel físicamente con las personas y con los animales; suele ser manipulador con todos al grado de que la propia psicóloga Alice piensa que Mark es el agresivo y cruel.

Sin embargo, la verdad supera al amor maternal, y por dolorosa que sea la experiencia hay que poner un alto a tiempo antes de que sea demasiado tarde.

Todos conocen el final de esta historia, y Mark se encuentra en el lugar donde se esparcieron las cenizas de su madre, y se pregunta: ¿Susan volvería a hacerlo?

Es claro que Mark nunca sabrá la respuesta, y muy probablemente tampoco la tenga nuestro amable lector…

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