Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Con reglas “light” y “descafeinadas”, como señaló la consejera Carla Humphrey, el Instituto Nacional deja abierta la puerta para que los “servidores de la nación” se conviertan en mapaches y alteren el proceso electoral el día de la votación.
El Consejo General del INE aprobó este día lineamientos para evitar la injerencia y participación de las personas antes mencionadas en el proceso electoral federal, en cumplimiento a la sentencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que ordenó al árbitro electoral generar las reglas para prevenir que servidores de la nación participen como funcionarios de casillas, tal y como ocurrió en la elección de Tamaulipas en 2022.
¿Y cuáles son las “restricciones” aprobadas? Hay que leer la letra chiquita para enterarse por, muchos de los “servidores” apenas si memorizan lo que llevan en sus carpetas.
Estos son lineamientos: los servidores de la nación tienen prohibido entregar programas o beneficios sociales en actos masivos; condicionar la entrega a cualquier persona de recursos provenientes de programas sociales y/o la realización de obra pública a cambio de cualquier acción que comprometa o afecte la libertad del voto.
Y una propuesta que tenía sentido, fue rechazada. La consejera Dania Ravel propuso prohibir la emisión de programas sociales emergentes o novedosos previo a la elección. El representante de Morena ante el INE y aspirante a la candidatura de Veracruz, diputado Sergio Ramírez se paró de manos –se equivocó de pista circense- y la criticó “por ser un intento de legislar”.
¿Qué significó el rechazo de la mayoría de consejeros?
No se necesita tener bola de cristal para descubrir la intención del legislador. Si al inquilino temporal de Palacio Nacional se le ocurre inventar un programa social cuando el proceso electoral esté en ebullición y las oposiciones estén avanzando, lo hará.
Porque, como señala, “a mí no me vengan que la ley es la ley”. En este caso, al diablo los lineamientos del INE.
Como se ha señalado y advertido en tiempo y forma, la elección federal de 2024 corre el riesgo de ser contaminada por diversos factores y actores.
Dos son los que más influirán en el ánimo de los electores: A.- la coacción para los beneficiarios de programas sociales a los que, aunque se niegue, amenazan con retirarles los apoyos. Porque están obligados a estar “agradecidos con el señor presidente” y, B.- la obvia injerencia del crimen organizado. Que, en efecto, está organizado para infiltrar candidatos y hará que sus “cuadrillas volantes” acudan a las casillas para depositar los votos además de intimidar a los ciudadanos que deseen hacer el ejercicio de manera democrática, libre, secreto y universal.
Las prohibiciones que se establecieron no detendrán la presencia de los nuevos mapaches que, atendiendo las órdenes de “arriba” –en los estados son los gobernadores los que controlan “los beneficios”-, se cuelen como delincuentes con experiencia en procesos electorales.
¿Quién identificará si son o no servidores de la nación? Los ciudadanos que por insaculación sean elegidos para estar al frente de las casillas, no los conocen. Y aquellos que sí saben quiénes son, callarán por temor a perder lo que reciben aunque se poca monta.
Así que, los “servidores del amo” tendrán camino pavimentado para “cumplirle al jefe”.
PD: el registro de Omar García Harfuch en Morena para competir en la encuesta que designará quién será el candidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, provocó a Mario Delgado “malestar estomacal”. Significa que ya la dinero que no, no y no será candidato. Aunque con las encuestas guinda hay que tener cuidado. Las maneja el dirigente. Y ya se sabe cuál es el resultado.
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