Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Competir para cualquier cargo de elección popular, tiene reglas. Algunas estrictas y otras no tanto. Y también existen las laxas.
Si bien es cierto que los debates entre candidatos, iniciados en 1994 con los candidatos presidenciales, no son obligatorios y asiste el que quiere y el que no, pues no, la Institución encargada de programarlos y llevarlos a la práctica, debe hacerse respetar y no aceptar imposiciones de cualquier candidato (a) por el prurito de no gustarle el diseño del formato o tener tierra contra el o la moderadora.
El consejo general del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), con 6 mujeres y solamente 1 hombre, cedió a exigencias de una candidata y aceptó relevar a la moderadora y cambiar el formato.
El consejo integrado por Amalia Pulido Gómez, presidenta, Laura Daniella Durán Ceja, Francisco Bello Corona, Sandra López Bringas, Paula Melgarejo Salgado, Patricia Lozano Sanabria, Karina Ivonne Vaquera Montoya, no hizo valer su autonomía. Ceder es mostrar debilidad. Las reglas con las que se entra a una lucha por el poder político en base a los votos de los ciudadanos, no están para satisfacer caprichos personales o para aceptar qué preguntas puede hacer cada una de las candidatas.
Delfina Gómez, la mujer que busca por segunda ocasión la gubernatura y que a distancia de cinco años dedicó su tiempo y esfuerzo a cobrar como senadora, como secretaria de Educación y regresar al Senado para después partir nuevamente en pos del Vellocino de Oro, perdió el primer debate al que acudió a regañadientes porque no le cambiaron la fecha en virtud de lo “ocupada de su agenda”, anunció hace días que no iría al segundo si no se cambiaba a la moderadora y más aún, si no se muestra respeto a su persona.
Alguien debe haber visto el primer debate. Y tendrá sus conclusiones. Imposible no preguntarle por sus acciones cuando fue alcaldesa de Texcoco… de su relación con el presidente de la República…de los desvíos de fondos en la SEP etcétera.
Cada quien que acude a un debate sabe cuáles son sus debilidades. Y está o debe estar consciente de lo que le importa a la contraparte para exhibirla. Cierto: no es buena para el debate. Se atropella, carece de respuesta, no tiene voz impositiva y menos aún carácter para romper con sus padrinos y asesores que, para la grilla, son bueno y para combatir la verdad, insufribles.
El Consejo General del IEEM, doña Amalia tiene el poder de su firma, confirmó que el 18 de mayo se realizará el segundo debate. Y doña Delfi anunció que a lo “mejor no voy”.
Todavía este viernes ratificó, luego de que le concedió el relevo de la moderadora, que tendrá que revisar su agenda porque, admitió, le falta recorrer la mitad de los 125 municipios de la entidad. Y entonces, es probable que no asista y deje plantada a Alejandra Del Moral que, ha dicho, que hagan los cambios que quieran… yo sí asistiré.
El debate tendrá que realizarse ¿pero sin contraparte?
Delfi no recuerda, no sabe o no le interesa, lo que le pasó a su protector cuando decidió no ir al primer debate en 2006. Al segundo, se apunto para aprovechar los reflectores, los micrófonos y reconocer que se veía gastado y cansado pero que no vivió los hechos del ’68.
¿Qué lleva la profesora a no asistir?
Se podría decir que el temor por ser de nuevamente exhibida o bien que no le gusta estar escuchando “sandeces” que le hacen sentir que no la respetan.
La presidenta consejera del INE parece haber sido par de doña Amalia. Ella en Sonora. ¿Alguna sugerencia personal o profesional de doña Guadalupe Taddei? Es pregunta, no afirmación.
Pensar mal siempre nos lleva a descubrir la verdad.
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