Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Después de la reunión del presidente de la República con los senadores de Morena y aliados, en la que todos suponemos, los que tenemos cuando menos dos dedos de frente, que acudieron para recibir la orden de sacar de inmediato las minutas que la Cámara de Diputados envió al Senado 24 horas antes, no huna sola personas, congresista o corcholata que informará algo diferente al guion que les dieron:
Fue una reunión en la que el presidente nos pidió unidad… unidad… unidad.
Y los periodistas que cubren la fuente presidencial, los profesionales por supuesta no las moléculas, insistieron para obtener una respuesta congruente. No lo lograron.
Entonces surgieron las versiones personales. Ricardo Monreal, muy sonriente al lado del huésped temporal de Palacio Nacional y acompañado de Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y la muñequita de ventrílocuo, Claudia Sheinbaum, hicieron comentarios sueltos y confirmaron que no les dieron línea ni les ordenaron nada. Solamente les pidieron: unidad, unidad, unidad en el movimiento liderado por el tabasqueño, aunque diga que no se mete en asuntos del partido.
Sin embargo, el pasado lunes el responsable de las no relaciones exteriores de México, salió a la palestra para exigir piso parejo ante la insistencia de que ya “hay una favorita”, léale bien: una, no uno, rumbo al 2024.
Diríase que el experto en lingüística confirmaría que una se aplicaría a cualquier corcholata. Y quizá tendría razón. Sin embargo, en política hay que leer entre líneas y descubrir la intención de la palabra y más cuando es “indivina”.
¿Por qué pedir piso parejo si es uno de los más cercanos al jefe de la banda presidencial?
En los tiempos de “antes”, quien cedía su lugar para que pasara el amigo o el influyente, apoyado por los neoliberales y conservadores o bien por los “demócratas” de la izquierda, suponía que le debía algo el que avanzó. Ebrard, se sabe bien tanto por sus declaraciones como por las filtraciones difundidas en aquel noviembre de 2006, había ganado la encuesta para la candidatura presidencial del PRD… y la cedió al señor López.
Quizá en su calidad de expriísta -decía Felipe Calderón que todos los mexicanos tienen un cachito del PRI en el corazón- supuso que, cuando la oportunidad llegara, sería el elegido del mesías y con ello saldaría la deuda de 12 años.
Por lo visto se equivocó.
Y bastaría observar los rayones que le han aplicado Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum para corroborar que no es el “favorito del profesor”.
¿Hay indisciplina en Morena?
¿Ebrard se rebeló? … ¿por ello renunció Martha Delgado -eficiente al 100% en su chamba de subsecretaria- para dedicarse a la campaña de su amigo y jefe?
Son preguntas que no tendrán respuesta de viva voz. Sin embargo, hay que recordar el trato que le dio el huésped temporal de Palacio a su excolaborador Ricardo Mejía Berdeja cuando decidió buscar y logro la candidatura por el PT para competir por el cargo de gobernador en Coahuila. Prácticamente lo tachó de desleal e indisciplinado al no aceptar el resultado de la encuesta.
Ebrard ha pedido que los aspirantes, las corcholatas, los suspirantes, renuncien a sus cargos antes de las encuestas de Morena para depurar, dice Mario Delgado, la lista.
No le han hecho caso. Y la jefa de gobierno de la Ciudad de México y Adán Augusto han rechazado la propuesta. Vaya, no le hacen caso en el partido ni en la Presidencia de la República.
El llamado a misa -difícil de ir si no se tiene fe- que hace Mario Delgado a las corcholatas para esperar los tiempos de la encuesta y que en los próximos 4 fines de semana se dediquen a apoyar a los candidatos del oficialismo en el Edomex y Coahuila, suena a desesperación. Ratifica que el presidente les pidió unidad. Entiende que hay “indisciplina” de Ebrard y anuncia que hoy se reunirá, por separado claro está, con el titular, todavía, de Relaciones Exteriores y más tarde con la gobernadora capitalina.
¿Qué les dirá que tenga efecto inmediato y ambos dejen de arañarse>?
¡Ni la menor idea!
Ambos personajes presumen ser mejores que el dirigente, que no líder, de Morena.
Por lo pronto, parece hacérseles bolas el engrudo.
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