Por Carlos Bortoni*
La situación de la infancia preocupa a todos por igual. La orfandad… el maltrato… la educación dentro y fuera de las escuelas… la desigualdad de condiciones… el papel del Estado y la sociedad… los protocolos… presupuesto y políticas públicas para garantizar el futuro de quienes son el futuro de nuestra nación… son asuntos que no podemos ignorar… de los que no podemos desviar la mirada. El que México ocupe uno de los primeros lugares en cuanto a pornografía infantil… abuso y explotación sexual… hace que la adopción… de un bebé que está bajo el resguardo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia… durante un fin de semana que realizaron Mariana Rodríguez Cantú y su esposo… Samuel García… quien ocupa la oficina del gobernador de Nuevo León… cobre una dimensión que transforma el entendimiento y la manera en la que abordamos el problema de la infancia.
La pareja que gobierna Nuevo León ha dado un giro de tuerca radical en esta materia. Se equivocan quienes piensan que Mariana y Samuel están jugando al extraer a un bebé de cinco meses con un grave problema de salud… para pasar unos días en su casa. Se equivocan quienes creen que subir las fotografías a Instagram es un acto banal de marketing político digital neoliberal. No. No. Y no. Es mucho más que eso. La solicitud de convivencia o reintegración de un menor a un ambiente familiar libre de violencia tiene por objetivo que el menor mantenga el vínculo afectivo con su familia de origen… extensa o ajena… o que se integre a uno de esos entornos familiares. Objetivo loable pero sumamente complicado. Sería mucho mejor aprovechar las solicitudes de convivencia o reintegración para presentar a los niños una realidad que jamás será la suya… permitir que sean privilegiados por un fin de semana es mejor que nunca conocer una vida de excesos y privilegios… urge democratizar el acceso a la banalidad derrochadora. Si aprovechamos todos los fines de semana de Mariana y su esposo… mientras estén en el gobierno… se beneficiarán 312 niños que podrán verse estimulados a superar las condiciones adversas en las que han nacido al ser expuestos desde temprana edad a una realidad a la que todos deberíamos aspirar… una realidad superflua llena de aparente felicidad… impostada armonía… falso amor… tranquilidad enmascarada… bondad fingida y elegancia estilo Angélica Rivera. Si todos los gobernadores del país hicieran lo mismo… transformarían la realidad de 1,664 infantes al año ¡Sólo recurriendo a la bondad y altruismo de los gobernadores!
Condenar a la pareja favorita de la política nacional por mercantilizar y cosificar al niño al subir las fotografías a las redes sociales es no entender de que va su propuesta. Es necesario y urgente enseñar a los niños que todo es una mercancía que se vende y se comprar. Proteger la identidad del menor… seria negarle la posibilidad de un futuro en el que se le abran las puertas a nuevas oportunidades al ser reconocido como el bebé que salió en el Instagram de Mariana. Veamos a Edgar… el protagonista del video “La caída de Edgar” quien sigue sacando provecho de haber sido humillado en la infoesfera hace 16 años… o al bebé de la portada del disco ‘Nevermind’ de Nirvana quien a sus 30 años está intentando ganarse la vida gracias a esa fotografía ¿Quién puede ser un mejor ejemplo para la infancia mexicana que Mariana Rodríguez quien tiene su nombre como marca registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual? ¿Quién como ella… cuyas historias en Instagram se cuantifican en 400 dólares y sus post en el feed en mil 200… para enseñar a los niños que se encuentran en el umbral del metaverso que no somos más que mercancías digitales?
Quienes acusan a Mariana y Samuel de oportunismo político deberían pensar seriamente si estos niños se encuentran mejor recluidos en un orfanato… o expuestos al ojo público en las redes sociales… sí un like no puede hacer más por ellos de lo que hace el aparato gubernamental… y si el estimularlos a ser sujetos aspiracionales no es tan importante como la estimulación temprana.
*Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
@_bortoni
