Por Nidia Marín
¿Hay alguna esperanza de que la situación actual de la migración en el mundo y fundamentalmente en Latinoamérica y el Caribe se modifique?
Aunque hay naciones que se niegan a bajar la guardia y continúan su lucha para evitar que sus connacionales migren e ilegalmente lleguen sobre todo a Estados Unidos y a ciertos países de Europa, son los países en tránsito los que tienen el mayor padecimiento, debido a que esta actividad delictiva ha incrementado notablemente el número de bandas dedicadas al oscuro “negocio”.
La Oficina de las Naciones Unidas Contra las Drogas y el Delito (UNODC) en varias informaciones ha precisado, primeramente, lo que se entiende por tráfico o contrabando de personas: “…el facilitar los cruces ilegales de fronteras o de residencia ilegal con la finalidad de obtener un beneficio financiero o algún otro material”.
Explica que ese delito es perpetrado muchas veces por redes delictivas organizadas que aprovechan la oportunidad para obtener cuantiosos beneficios con un bajo nivel de riesgo. La consideran una actividad mercantil.
¿Y cómo negar que México ha sido y es un ejemplo del tráfico de personas? Es imposible.
La señalada dependencia de la ONU asegura que los perfiles de los traficantes son muy variados, aunque los hay delincuentes profesionales, no todos lo son y otros especializados en la materia de tráfico de seres humanos.
Todo depende, precisa, de los lugares y las rutas. Además, explica que hay pruebas en el mundo, de que existen grupos de pequeña escala y también de redes más grandes y organizadas.
“Muchos traficantes que tienen actividades comerciales legítimas -expone-, intervienen en el tráfico, como transportistas u hoteleros; oportunistas que se hacen de la vista gorda para ganar algún dinero extra. Es frecuente también que se involucren en el proceso funcionarios corruptos y otras personas para sacar provecho de la situación”.
Es una verdad de a kilo el advertir que como ocurre con otro tipo de delincuencia organizada, los grupos en esta actividad han ampliado sus operaciones mediante el cambio de rutas (un ejemplo es el Tapón del Darién) en un intento por expandirse a otros mercados y evadir la acción de los gobiernos.
Para algunos grupos delictivos, añade, los migrantes son un simple producto más del tráfico ilícito, junto con los estupefacientes, y las armas de fuego.
Resalta, además, que el tráfico de migrantes es un negocio altamente rentable, con un riesgo de detección relativamente bajo, por lo cual es atractivo para los delincuentes.
Al referirse a las naciones afectadas por el tráfico ilícito de migrantes, menciona que, en esos países, muchos d los que migran pueden quedar abandonados, con pocos o nulos recursos económicos para continuar el viaje o ser engañados por los contrabandistas.
Vale recordar el trabajo “Movimientos transfronterizos México-Estados Unidos: Los polleros como agentes de movilidad”, escrito por Nancy Janett García Vázquez, Elisa Guadalupe Gaxiola Baqueiro y Arnoldo Guajardo Díaz, publicado en 2006, en el cual señalaban:
“El problema inicia cuando los polleros, quienes dicen conocer perfectamente la zona, muestran signos de inseguridad y abandonan a los individuos a su suerte. Los polleros, en su mayoría, sólo les indican la ruta que deberán seguir a lo largo del desierto, pero no les informan de las medidas que deben tomar para soportar el recorrido, por lo que una gran cantidad de ellos muere en el transcurso del viaje”.
Y también mueren en el camino por accidentes (como ocurrió en octubre en Colombia y a principios de diciembre en Chiapas).
UNODC precisa la imposición de una pesada carga a los países en tránsito (como México), especialmente porque los migrantes tienen antecedentes culturales diferentes y no entienden el idioma del país (caso de haitianos).
Menciona que los contrabandistas también pueden reclutar gente para sus actividades delictivas entre las comunidades locales o de migrantes, con lo cual amplían sus actividades criminales a lo largo de las rutas.
UNODC considera que muchas rutas para los migrantes han sido modificadas. Por ejemplo, los africanos orientales viajan a Sudáfrica y luego son contrabandeados por vía aérea a Brasil y de ahí por mar o tierra a Costa Rica o Panamá o también vía aérea directamente a México.
En cuanto a los migrantes de China y la India son transportados a Guatemala y de ahí por tierra a México.
¿Hay solución?
En el corto plazo no se observa. Sin embargo hay que recordar que en septiembre de 2016, los jefes de estado y gobiernos se reunieron por primera vez en la Asamblea General de la ONU para debatir las cuestiones relacionadas con la migración y los refugiados y se llegó a un acuerdo sobre El Pacto Mundial, primero en su género, intergubernamental negociado, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, que abarca todas las dimensiones de la migración internacional.