*Un Recorrido por la Finca Argovia, Entre Cascadas y Selva de Bambúes
*Degustar “La Milagrosa”, un Manjar que al Ponerle Limón Azucara el Paladar
*Y el Árbol “ilán ilá” que Cuando Florece su Aroma Calma los Nervios
*El “Pan de Palo”, Fruta que se Degusta con Chilito y Limón y su Sabor es Similar la Papa
*Ni que Decir del Saludo de las Malangas y Haciendo Caso a la Sabiduría de la Tierra
*Toda una Aventura Similar a un Programa de Discovery Channel
Por Susana Vega López, (Enviada)
Que la dicha de estar vivos y el recuerdo de nuestros seres queridos que ya no están alegre nuestros corazones en estas fechas decembrinas. ¡Feliz Navidad! Te extraño papá Juan.
TAPACHULA, Chiapas.- Pasar unos días en Finca Argovia es una vivencia que despierta todos los sentidos. El verde paisaje que se aprecia desde el amanecer, la negrura de la noche y los colores de las diversas flores exóticas son un encanto para los ojos; el paladar experimenta sabores de frutos y tubérculos desconocidos; el clima cálido, el agua fresca del río, la bruma de la mañana, el roce de alguna hoja que cae, de algún insecto y el viento son una fiesta para el tacto; el trinar de las aves, el sonido de cascadas y arroyos, la estridulación de los insectos y otros animales impactan al oído, mientras el olfato se da gusto con el olor a café recién hecho, a tierra mojada, a paja.
Para llegar a este lugar -localizado en el kilómetro 39 de la carretera Nueva Alemania- deberás pasar por ríos, cascadas y una selva llena de bambúes, flores extravagantes que parecen cascabeles o aves, follajes con grandes y hasta diminutas hojas, árboles que dan frutas de un agradable sabor dulzón.
Una de ellas es “la milagrosa” que se llama así porque cuando la pruebas y enseguida exprimes un limón en la boca, parece que le pusiste una cucharada de azúcar porque ese efecto produce este fruto que bloquea los receptores ácidos del paladar; una especie de cereza roja que potencializa el sabor por media hora y que bien podría utilizarse para las personas que padecen diabetes.
En esta celebración de los sentidos, déjate sorprender con lo que la naturaleza te regala como el Ilán ilán, un árbol que cuando florece se puede extraer una esencia muy agradable al olfato que tiene la facultad de relajar, de calmar. El zacate limón es una yerba que si se pone en el agua para beber y se mezcla con miel le da un sabor a té de limón. El pan de palo es una fruta que se degusta con chilito y limón y tiene un sabor parecido a la papa. La pacaya es una especie de flor que se guisa capeada y el sabor es muy peculiar.
Al caminar por la finca salen al encuentro las malangas, plantas de grandes hojas que se distinguen por tener un punto rojo en el centro, pero lo sensacional es que el tubérculo de la malanga, cuando se cuece, adquiere un delicioso sabor a papa cocida que se puede usar para preparar un sabroso puré o una sopa si se corta en trocitos. Pero si se rebana cruda en delgadas y finas rodajas se pueden freír y comerse como papa frita a la que llaman “taro”.
Si bien Finca Argovia forma parte de la Ruta del Café, las 187 hectáreas que comprende son terrenos donde se trabaja el tema de la conservación, del medio ambiente, del tema social y lo que tienen muy comprometido es que la calidad del suelo sea cada vez mejor por lo que se debe seguir la intuición, aplicar los conocimientos y hacer caso a la sabiduría para trabajar la tierra como se debe, señaló el ingeniero Bruno Giesemann, anfitrión del grupo que Atmex, Turismo de Aventura en su novena edición, seleccionó para vivir esa experiencia que perdurará por siempre.
Entrevistado por Misión Política en medio de la selva durante una caminata para conocer parte de lo que vivieron los protagonistas de un programa de desafío de Discovery Channel, “Sobrevivientes al desnudo”, explicó que se escogió el lugar por la riqueza que ofrece la zona.
“Se requiere de mucho conocimiento para poderla cruzar y salir avante durante 21 días donde a una pareja de desconocidos (hombre y mujer) sólo se les permite llevar un morral que guarda lo que ellos mismos escogen para sobrevivir. En este caso ella optó por una red para hacer su morada y él un cuchillo para lo que se ofreciera”, dijo.
Parte de los terrenos de la finca son área protegida. Cuando nos acercamos al río nos hizo saber que del otro lado estaba la selva donde se filmaron los programas y reveló que la parte precaria para estos muchachos que estaban sin ropa es que ellos deben ingeniárselas para proveerse de alimentos. Cada episodio es de 21 días y el tema es que tengas resuelta la parte de la comida y la noche para dormir
“Comieron raíces, plantas, peces, insectos, y aunque había otros recursos cercanos no los reconocieron y, desafortunadamente no pudieron cumplir con su reto porque, además, les tocó un evento de lluvia tormentosa. Una experiencia muy enriquecedora”, recordó.
Antes de llegar a donde hicieron su refugio, explicó que en la siembra del café se escoge una siembra paralela, en este caso, de heliconias, mismas que ofrece al mercado nacional para su venta, con el fin de que proporcionen sombra y abrigo al aromático.
“La intención es encontrar la vocación de cada extensión del campo porque se está dando la oportunidad de potenciar si son para flores, para follaje o café. La parte forestal es propicia para explotar el bambú, el cardamomo, el achiote, la vainilla, las orquídeas, los anturios, la flor de jengibre, antorchas y otras”.
“Tratamos de operar de manera tal que sea sostenible, donde no se dañe el suelo con el proceso de cultivo que se vaya a llevar para determinado efecto y sí se mejore de manera constante el proceso de producción”.
“Aquí no se usa ningún tipo de insecticidas, fungicidas, herbicidas; todo es orgánico y en eso nos distinguimos”, manifestó el ingeniero Giesemann al tiempo que reveló su inconformidad porque no se le reconozca como una finca orgánica. “Consideramos que el premio tiene que ser el reconocimiento de hacer un trabajo limpio y no tiene uno por qué pagar una certificación cuando haces las cosas bien. No es así”.
Se busca que se haga una plataforma de negocio para que se genere una cadena de valor; es una oportunidad muy amplia para abrir la puerta de negocio.
Cabe señalar que la Finca Argovia cuenta con hotel-boutique, restaurante, temazcal, alberca y la fábrica donde se realiza todo el proceso para obtener un café de calidad, producto que no sólo se utiliza para beber en diferentes presentaciones, ya sea un café ristreto (con muy poca cafeína), expreso, turco, chemex, además del americano y el capuchino, entre otros.
“Es el mismo café, la misma siembra, pero el secreto está en el tostado, en el secado, la selección y la preparación”, dice Sergio, el barista del restaurante de la finca.
Además, el café lo usan para elaborar postres, pasteles, helados, flanes y más, así como para preparar comida como la que degustamos y que consistió en un trozo de atún con una costra de café. Resalta también el agua de zacate-limón con miel y anís del huerto, sopa de cilantro, ensalada de calabaza del huerto con flor de cempasúchil, filete con costra de café, agua de albahaca y más.
Difícil de olvidar es la sensación de apachurrar una flor llamada cascabel: cruje y sale agua de sus gruesos pétalos de cera; caminar en la obscuridad sólo iluminada por antorchas para dirigirte a la cabaña; entrar a un temazcal, una especie de vapor, un lugar donde se suda, un baño precalentado que elimina toxinas, que purifica, que sana, que cura, que alivia porque forma parte de la medicina tradicional.
Con experiencias turísticas donde te aventuras de la mano de un experto vale la pena viajar porque se descubren nuevas sensaciones.