Un Futuro Incierto y Peligroso

Por Alberto F. Mena Mallen

Andrés Manuel López Obrador, al generar políticas polarizadoras y divisorias entre los mexicanos ha permitido a sus críticos acusarlo de autoritario y populista y que sus seguidores lo vean como un mandatario honesto que está transformando a México, lo que provoca que su popularidad sea alta a mitad del sexenio, pero que impide ver a futuro el destino de México, el que no se observa nada prometedor, aunque “El Peje” piense y diga lo contrario. En México no se crean ciudadanos, se crean antagonistas, lo que es muy peligroso para la democracia.

En este trienio, el jefe del ejecutivo federal se ha encargado de usar su poder, del que poco a poco se fue allegando, para violar la Constitución, para usar su propia carta magna llamada moral y honestidad, que no ha servido para que México avance a pesar de la pandemia. Aunque los mexicanos tenemos todo para ello, con su actuar ha lastimado a muchos sectores. Por ello, nuestro futuro es incierto, difícil, y tal vez se le pueda considerar, el sexenio perdido.

El presidente está muy convencido de que su cuarta transformación será la clave para lograr el cambio que todo el país solicitó en las pasadas elecciones presidenciales, donde obtuvo el triunfo mayoritario, pero hasta la fecha no ha habido una pizca de autocrítica o de modificación de algunas tareas que aplica para, según él, lograr la transformación que se requiere y que convenza a los ciudadanos inconformes de que ese es el camino que se necesita para avanzar en todos los sentidos. Los únicos convencidos son sus seguidores. La realidad demuestra que vamos hacia atrás en lugar de preparar el futuro.

Es de reconocerse que existen sectores sociales que lo apoyan y que desconocen o se hacen de la vista gorda sobre lo que pretende la 4T al implementar sistemas políticos adversos a lo que es México, que no respetan la historia del país, la lucha de grupos que han buscado avanzar en dicha democracia, que haya equilibrios que permitan una paz y bienestar de todos. Se percibe un autoritarismo absolutorio, lo que no agrada a miles de mexicanos.

Siempre han existido problemas que impiden que nuestra democracia avance en forma adecuada, ahora, el gobierno morenista que busca sólo apoyar a los pobres, -en lo que están de acuerdo muchos mexicanos-, se ha olvidado o no quiere ayudar a quienes han participado en lo que ahora es México, él quiere comenzar de nuevo para, tal vez, ser reconocido como el único que logrará el cambio. Pero está equivocado, con una nación con graves carencias que no ha logrado superar en el tiempo.

Muchos analistas, comentaristas, periodistas, y mexicanos que piensan, comentan que el morenista reniega de muchas cosas, del feminismo, del ecologismo, de la honestidad neoliberal y presume de su lucha contra la corrupción, cuando se ha mostrado que familiares y amigos salen impunes, aparte de que su decreto para evitar que sus obras sean cuestionadas, es opaco, nada transparente, con muchas aristas que no son auditables, aparte de que le va a generar múltiples problemas a los mexicanos, que no podrán defenderse de las posibles arbitrariedades de la autoridad.

Es un gobernante que impulsa la austeridad, -uno de los sellos de su gobierno-, pero que con la reducción de presupuestos causa maltrato a miles de ciudadanos que requieren el apoyo de la administración pública, como ha sucedido con las personas afectadas por las inundaciones, por la carencia de medicamentos, particularmente para niños con cáncer, que han tenido que sucumbir por esa mala administración y operación de las políticas públicas, pero que canaliza miles de millones de pesos para tratar de concluir sus obras insignias con la ayuda del ejército mexicano, con quien se apoya para gobernar, sin pensar a futuro las posibles consecuencias que tiene la militarización del país, ya que existen comentarios en el sentido de que cuando concluya su gestión, no se sabe lo que pasará con los militares, quienes nunca en su larga historia habían tenido tanto poder y recursos públicos como los que él les ha otorgado.

Hay consenso de que México debe cambiar, pero no a costa del maltrato de ciertos sectores que ocasionan inconformidades y que ello podría causar mayores protestas sociales, mismas que se han incrementado en este trienio, particularmente de las mujeres, sector médico, padres de niños con cáncer, transportistas, y un largo etcétera que no están conformes con las políticas aplicadas en su contra.

Menos vuelve la cara a ver que el mundo anda en otro carril, donde se conoce que la ingeniería genética, con avances de la genómica se podrá alterar el curso a futuro de la humanidad; o que la ingeniería neuronal permitirá tener el poder de mover y alterar objetos físicos simplemente usando nuestras mentes, lo que se ha logrado en monos, en forma limitada.

Otro de los avances que se tienen en el mundo es el del campo de la inteligencia artificial, que poco a poco cambia nuestras vidas y que modificarán las facetas de la vida humana, particularmente nuestra vida laboral; existe una visión de que la medicina preventiva, la ingeniería genética y la tecnología de la información serán los grandes protagonistas y principales fuentes de progreso, algo que él gobierno morenista, o no quiere apoyar, o no sabe cómo, menos le interesa. Las energías limpias las está haciendo a un lado.

¿Estará el primer mandatario consciente de que va por el camino equivocado en muchos rubros o es tan terco, como él lo ha dicho que, esa es la única vía para lograr los cambios que todos queremos?

¿Logrará el presidente la redefinición del país con su 4T?

¿O eso lo destrozará?

Son preguntas que todos nos hacemos con la esperanza de que no sea tarde para el futuro de todos nosotros. Aunque habría un reclamo, la falta de participación ciudadana donde otros países nos ponen el ejemplo.

fermallen@gmail.com

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