Por Jesús Michel Narváez
Asumieron sus curules el 29 de agosto. Comenzaron a “trabajar” dos semanas después. Son 500 los que desafían la austeridad republicana y sin rubor alguno recibirán 210 mil pesos por concepto de aguinaldo. Aunque usted no lo crea, votaron para incrementarlo en 50 por ciento, mientras el salario mínimo para el próximo año será de 172 pesos con 87 centavos, que anualizado sumara 63 mil 97 pesos con 55 centavos. Menos de la tercera parte que recibirán solamente de agüinado los 500 legisladores federales.
¡Para eso es el poder!
Derriban el límite impuesto por el huésped temporal de Palacio Nacional y que supone ser propietario de la plaza de la Constitución, y demuestran que se puede tener unos diputados ricos y un pueblo pobre.
Los representantes impopulares mantienen, entre otras muchas irregularidades, personal contratado bajo la figura de outsourcing, secretarias con salarios miserables y ayudantes que reciben las propinas… no tiene asignado un sueldo fijo.
¡Para eso es el poder!
Al tratar de averiguar de quién fue la propuesta de aumentarse el 50 por ciento en el aguinaldo, todo mundo sacó la vuelta.
Unos decían que la Junta de Coordinación Política presidida por el priísta Rubén Moreira Valdez, otros que se trató de un acuerdo -muy de moda la palabrita- del Comité de Administración.
Como fuere, la verdad está a la vista: los conscriptos de la patria -los padres son los senadores- demuestran que, por 4 meses de 105 días de chamba, porque iniciaron formalmente el primero de septiembre y dejarán de trabajar el 15 de diciembre cuando se cierre el primer periodo ordinario de la LXV Legislatura.
Si bien es cierto que realizaron 28 sesiones de Congreso y que el trabajo pesado se realiza en Comisiones, más cuando se trata del Presupuesto de Egresos de la Federación, la Ley de Ingresos y la Miscelánea Fiscal, y que para este rubro aplicaron el reloj legislativo, ese que nunca termina de registrar el final del día, del resto de temas, mejor no hablar.
Dedicados a corear “es un horror, perdón, un honor estar con López Obrador”, los legisladores de Morena, coordinados por Ignacio Mier Velazco, junto sus adláteres, Carlos Puente Salas y Alberto Anaya (PVEM y PT) que en conjunto suman 278 diputados, seguramente no tuvieron problema para convencer a las oposiciones de la necesidad de “recompensar su esfuerzo legislativo”.
Al final de la jornada, con la decisión le dieron con la puerta a la nariz presidencial que, desde su arribo, ha cuestionado el salario que reciben no solamente los ministros de la corte, los consejeros electorales, los integrantes de los órganos autónomos constitucionales, sino de los mismos asesores que son contratados por honorarios. Su argumento: no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.
Y cosa rara: el presidente no se ha pronunciado en contra del aguinaldito. Por el contrario, recibió a sus, sí de su propiedad, diputados en Palacio Nacional para agradecerles haber aprobado el paquete económico “sin cambiar una coma”.
Es de las incongruencias presidenciales, pero eso sí, su “popularidad no baja y va en ascenso, según las encuestas que gusta de leer y revisar. En aquellas en donde pierde puntos, las considera “cuchareadas”.
Por lo pronto, los diputados pasarán una excelente navidad… sin lujos, por supuesto, más allá de una opípara cena acompañada de buenos vinos, mejores güisquis y suculentos coñacs.
¡Para eso es el poder!
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