*En los Rituales de Fuego con las Llamas en los Pies, en Yucatán
*Previo al Inicio del Juego de Pelota, las Ceremonias Impactan al Auditorio
*Y Cuando el Partido Concluye, el Júbilo Aflora y Agradecen a los Ancestros
Por Susana Vega López
MÉRIDA, Yucatán.- Se usa la cadera, los hombros y las rodillas para golpear la pelota de hule y pasarla por un aro; representa una ceremonia ancestral, con rituales de música; los jugadores portan vestimentas con pieles de jaguar, y taparrabos; decoran sus caras y cuerpos con pinturas para mostrar su fiereza; algunos simulan manchas de jaguar, felino considerado sagrado, otros con grecas y atuendos de plumas: es la representación del Juego de pelota o del Fuego Nuevo.
Es toda una ceremonia celebrada en idioma maya donde los danzantes, descalzos, se mueven, saltan, dan maromas, hacen piruetas, se desplazan con agilidad con movimientos estilizados mientras retumba fuertemente un tambor de madera y cuero. De vez en vez un guerrero sopla un caracol de mar y se escucha el resonar que lo lleva a los cuatro puntos cardinales. Otra persona toca pequeños objetos de diferentes formas, son silbatos que emite sonidos que simbolizan la onomatopeya de aves y otros animales.
Mientras, un sacerdote maya habla, pide a los dioses, al universo, a la naturaleza y sobre todo al fuego, la purificación de la ceremonia. Son dos los contendientes que estarán en el juego y quienes pondrán todo su empeño para resultar ganadores en el juego que están por comenzar.
Antes, realizan rituales con el fuego, pasan las plantas de los pies por las llamas, con las manos simulan atrapar el fuego, se lo llevan a la cara, al pecho al cuerpo, para purificarse, previo a emprender y dedicarse al juego de pelota.
En una estructura de madera que rebasa los dos metros de altura sobresale un aro que es por donde los jugadores deberán meter la pelota. Está colocada en el centro del templete para que inicien los participantes quienes serios, pero con gran entusiasmo, tratarán de pasar la pelota por el orificio.
El público asistente se asombra a cada momento, comenta su vestimenta, su taparrabos que fue ajustado perfectamente para no mostrar en ningún momento sus partes íntimas; causa gran expectación cuando tocan el fuego para llevárselo a diferentes partes del cuerpo y entonces se escucha el “oooh”.
Comienza la justa. Los jugadores realizan uno, dos, tres… varios intentos por meter la pelota al aro. En cada ocasión fallida el público grita, los anima. Gotitas de sudor se asoman por su cara, el torso, los brazos. Ya son más de 20 minutos en sus intentos, mientras el sacerdote, con voz enérgica y fuerte, los anima y conmina en maya a meter la pelota al aro para terminar la contienda (como si fuera un moderno entrenador con su equipo).
Abajo del templete se encuentran dos personas, una por cada equipo, para atrapar la bola cuando sale del área. Con movimientos ágiles, estilizados y una que otra voltereta, finalmente uno de los jugadores logra que la pelota entre en el aro. El júbilo aflora y termina el partido, este ritual que los ancestros mayas culminaban con la muerte. Enseguida inicia la danza de Los Búhos, dos personas ataviadas con grandes alas de plumas y cabezas de búhos, que son los mensajeros de la muerte para llevarse al derrotado al inframundo.
Esta representación se dio en uno de los escenarios exteriores del Centro de Convenciones y Exposiciones Siglo XXI de Mérida, en el marco de la edición 45 del Tianguis Turístico. Una obra que llamó la atención a cientos de personas que presenciaron el espectáculo de gran colorido, con innumerables simbolismos y de muchos movimientos.
Rubén Chan, uno de los 13 integrantes del grupo del grupo Bosh Balam (Jaguar Negro) explica a la enviada de Misión Política el simbolismo de la ceremonia: la pelota representa al sol y el aro al universo. “El pasar la pelota por el orificio determina el nuevo ciclo. Cada equipo tiene un significado: lluvia o sequía. Son los dioses quienes deciden qué tiempo vendrá para los mayas de acuerdo al equipo ganador”.
Luego de precisar que son de la comunidad del Balam, una comisaría del municipio de Temozón, comentó que “La ceremonia es un tributo que le hacemos al fuego porque lo consideramos lo más antiguo que tenemos. Con el fuego aprendieron a cocinar nuestros ancestros y vino a cambiar el mundo a través de su uso, es como una ofrenda de honor que le hacemos y lo hacemos en el idioma maya porque somos orgullosamente descendientes de los mayas”.
El joven Chan, ataviado con piel de jaguar, reiteró que las ceremonia y rituales tienen un significado. “Si nos basamos en el libro del Popol Vuh, el ave significaba la muerte y los búhos representan a los mensajeros, ellos son los que celebran y por eso se llaman las aves o mensajeros del inframundo”. Son seres gemelos en el inframundo.
¿Cuál es la finalidad de pasar la pelota por el aro?
-Depende lo que esté en juego por la sequía o lluvias, cuando el pueblo maya quería ir a una guerra, antes de iniciarla, organizaba un juego de pelota para ver si los dioses les decían si van a ganar o perder, entonces iban a elegir el equipo y decidían si iban o no.
Los integrantes del grupo Bosh Balam son 13 y desde 2009 comenzaron a formarlo. Poco a poco han ido adquiriendo y adaptando su indumentaria. Los tambores, comenta, también son caros, los silbatos no tanto, “pero decidimos tener una producción digna. Nos hemos presentado en varios lugares, en el estado de México, en Teotihuacán, en Hidalgo y por supuesto aquí en Yucatán”, concluye.
Lo realmente interesante es que no han permitido que queden en el olvido estas tradiciones que causan admiración y nos cuentan una pequeña parte de lo que fueron los ancestros, sus rituales, sus creencias, sus juegos, sus guerras.