Por Alfredo Mejía Montoya
Resulta imposible hablar de clase media, sin precisar qué se entiende como tal, desde el punto de vista social, económico o político, y la forma en que ellos ven las políticas públicas del estado. Indudablemente los gobiernos o regímenes como el actual, tienen claro que según las condiciones económicas sociales de los habitantes tendrán una visión más o menos pragmática de lo que es el bienestar, tarea que le corresponde a los gobiernos dar a toda la población y esa visión es fundamental a la hora de elegir quién si logró el objetivo y quién no…
La clase media ha sido dilapidada y vilipendiada por el régimen, que no tiene dentro de sus políticas públicas el crecimiento económico del país, al contrario, trata de eliminar a toda costa a esa clase pujante y trabajadora, que en gran parte ha construido lo que México actualmente es. Ahora, esa “clase” es un adversario más para el presidente Andrés Manuel López Obrador como también lo son los inversores neoliberales, empresarios, conservadores, académicos y científicos, jueces, burócratas, periodistas y escritores de pluma libre y democrática y organizaciones de la sociedad civil.
¡Ningún país ha crecido sin pueblo, sin personas, sin ciudadanos, ninguno! Los políticos no serían nada sin esa población que los apoya, les recrimina o les exige. Desde siempre ha habido programas del gobierno federal para aparentemente redistribuir la riqueza de los contribuyentes, precisamente porque el gobierno no es dueño de nada y no contribuye con un solo peso al presupuesto anual de gasto de la nación, ¡solo gasta!
Por ello, resulta trascendente, no solo importante, conocer en donde se ubican cada uno de los ciudadanos del país. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) más de 98% de la población en México es clase baja o clase media. La clase media es 37.2% de la población y la clase baja 62%, entonces México sigue siendo un país básicamente de clase baja, ¡oh decepción! pensé que estábamos evolucionando, pero los registros son fríos y aterradores. ¿Y las políticas públicas han contribuido para ello? Por supuesto.
México viene debatiéndose desde años atrás si es o no un país de clases medias, considerando el tamaño y diversificación de su economía y la modernización de los patrones de consumo.
La condición de clase media no solo involucra una de carácter socioeconómico, sino también una de carácter sociocultural, esta última menos fácil de fijar, y ello políticamente se refleja en su decisión. No hay una definición consensuada de clase media para fines estadísticos. Lo que hay es una serie de prácticas promedio centradas casi exclusivamente en el ingreso corriente o una dimensión socioeconómica. Y son un botín para los políticos sin escrúpulos, sin identidad social ni afán de lograr que México se empodere y surja como potencia del mundo, por ese potencial de la clase media.
Su evolución en los últimos 10 años en México ha sido involución, cuando por ellos el crecimiento económico estaba en positivo, a diferencia de los últimos 2 años completos de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador que fueron negativos. En 2019, por las políticas austeras, de un criminal subejercicio del presupuesto, de la cancelación de compra de medicinas para hospitales federales, la población quedo inerme a su sanación natural, repercusión que llego hasta el 2020, donde se rompen todos los records de muertes de mexicanos por homicidios dolosos y de muertes por falta de medicinas y tratamientos a los pacientes de cáncer y enfermedades degenerativas, sin soslayar los fallecidos por la pésima estrategia en materia de salud desde el principio de la Pandemia Covid-19.
Las políticas públicas de López Obrador han dejado a 6.2 millones de personas de pertenecer a la clase media, entre 2018 y 2020, de acuerdo con el INEGI 2010-2020. 2021. Los que estaban, salieron y los que debían llegar, no lo hicieron.
PERSONAS 2010 39.2% 2012 38.8% 2016 41.6% 2018 42.7% 2020 37.2%
HOGARES 2010 42.4% 2012 43.3% 2016 41.8% 2018 46.7% 2020 42.2%
Ahora hay un menor número de personas y hogares viviendo en condiciones de clase media en México. En contraste, el 2.5% de los hogares en la República alojan a la clase alta del país, alcanzando tan sólo el 1.71% del total de la población.
Por otro lado, la cifra se dispara y alcanza un 55.1% las viviendas que pertenecen a la clase baja, esto es un 59.13% del total de la población en México. En tanto, cerca del 42.6% de los mexicanos viven en condiciones de pobreza y más de la mitad viven con el mínimo indispensable o pobreza extrema.
Nos preguntamos: ¿Qué nos hace pertenecer a la Clase Media? El INEGI dice:
1) Tener una computadora.
2) Gastar aproximadamente 4 mil 380 pesos en alimentos y bebidas fuera del hogar.
3) Al menos un integrante del hogar cuenta con un trabajo estable, esto al gozar de un salario con un contrato en una empresa.
4) La persona o la cabeza del hogar cuenta con estudios de nivel medio superior (por lo menos).
5) Los hijos asisten a una escuela pública.
Por su parte, la OCDE su análisis lo determina por las percepciones de una persona:
1) Ingresos de $20,000 por mes, individual o con 4 integrantes por familia.
2) Una persona será de «clase baja» si recibe $7,500 mensuales por persona o que reparte entre dos integrantes de la familia.
3) En México, cada persona de «clase media» debería recibir entre $5,000 y $14,000 Promedio.
Sin perder de vista la objetividad, el año que viene habrá 6 elecciones estatales y la primera votación federal de Revocación de Mandato, esta, por la pérdida de confianza al presidente Andrés Manuel López Obrador para gobernar, cuestión que en la realidad en tres años no se ha notado su labor en forma positiva, mientras que en forma negativa son infinidad de causas las que se derivan de sus inacciones en beneficio de la población, considerando aún, a quién le regala dinero público vía “programas prioritarios” en efectivo y no cumplir la ordenanza que en materia económica establece el artículo 25 de la Carta Magna, esto es, que mediante la competitividad se procuren las condiciones necesarias para generar un mayor crecimiento económico, promoviendo la inversión y la generación de empleo, caso contrario con la reforma eléctrica que propone monopolizar en CFE la venta de la energía producida.
La expresión de López Obrador del mes de junio pasado, de que “es muy interesante cómo la gente humilde, la gente pobre sí internalizó bien el mensaje”(sic) refiriéndose a su proyecto de gobierno (?) y que la clase media-media baja-media o alta, incluso con licenciatura, maestría o con doctorado, no es muy fácil de convencer, porque su actitud es aspiracionista, es triunfar a toda costa, salir adelante, muy egoísta”. Tal parece que no apoyando económicamente a ese sector de la sociedad, que es amplísimo, van a permear sus ideas populistas y emisarias del pasado, lo que en realidad ha sido al contrario, como ya se demostró en las elecciones intermedias pasadas, donde la derrota política más que electoral propinada por la clase media contra su Cuarta Transformación la ha utilizado como excusa para ofender, humillar y denostar a las clases medias del país, precarizadas cada vez más por las acciones del régimen.
Sin embargo, López Obrador, constantemente manifiesta y denuesta la tendencia natural de las personas para superarse académicamente y son observados como un acto de soberbia aspiracionista y no como un modo de crecimiento social; que la población se divide en el pueblo clase baja, esto es, los pobres que a él le gusta que sigan siendo pobres, son su pueblo bueno; los que quieren ser ricos, o sea, aspiracionistas; y los ricos, los corruptos excepto los que se suman a su movimiento. Su ocurrencia de que el conservadurismo, es un enemigo natural de su proyecto, toma su rostro más perverso en contra de las clases medias.
Cuando ser aspiracionista es ir tras el objetivo, y el inquilino de palacio lo es, aspiró a ser político desde hace más de 35 años, y fue candidato a la silla de su estado natal y perdió, ¡ponderando su “meta” como candidato a la presidencia 3 veces! Y seguro que piensa que la gente en pobreza y pobreza extrema, que es la que más impacto recibe de la inseguridad, de la falta de empleo, de medicinas y tratamientos y el alza exponencial de los precios de la canasta básica, que no vote por él o su movimiento, ¿la considera también conservadora o aspiracionista?
freedomm