Por Jesús Michel Narváez
A raíz del mega apagón del 15 de febrero y que dejó sin energía eléctrica a 10.5 millones de hogares además de miles de industrias, comercios y empresas, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, inició la campaña en contra de los generadores privados de energías limpias con el argumento que la “intermitencia” causada por la inestabilidad de la solar y eólica, fueron causantes de la caída, no del sistema, de conducción de energía en varios estados del país.
Durante el resto del año se ha insistido en que los generadores privados suben a las líneas de la CFE la energía “sobrante” y provocan desestabilización en la distribución del fluido.
La iniciativa de reforma eléctrica rezaga a los privados en cuanto al despacho de energía y privilegia a la CFE, aunque, justifica, que podrán participar en el 46 por ciento del suministro. Ya no se menciona la “intermitencia”.
Quizá se deba a que, con una inversión de mil 685 millones de dólares, la empresa (in)Productiva del Estado, se construye en Sonora el más grande parque solar de, dicen, América Latina.
¿Qué hace la diferencia entre parques solares privados y uno gubernamental?
Hasta ahora no se ha explicado.
El 14 de julio, pasadas las elecciones para renovar ejecutivo estatal en Sonora y haber resultado ganador Alfonso Durazo, hubo reunión en Palacio Nacional. El presidente recibió a su exsecretario de Seguridad Pública Ciudadana y ahí, el mandatario electo, anunció el inicio de la obra.
Por su tamaño, la planta de generación de energía se convertiría en la octava más grande del mundo y empezaría a funcionar al 100 por ciento en diciembre de 2023, con una capacidad de mil mega watts, lo que beneficiará a más de cuatro millones de habitantes de Sonora y Baja California, según revelación de Durazo.
“El gobierno del estado será propietario del 46 por ciento en la planta y CFE del 54 por ciento y estará asentada en un terreno de dos mil hectáreas. Tenemos un plan afinado con avances importantes y tiempos establecidos de conclusión para las distintas fases de trabajo. Además, contamos con la viabilidad técnico financiera por parte de CFE y LA Secretaría de Hacienda”, agregó.
¿Quién convenció al presidente y al director de la CFE, amante del carbón y el combustóleo, de invertir en una planta solar?
Seguramente alguien realizó cuentas y cuadró que los privados “están ganando mucho dinero” y, por tanto, lo saludable para la empresa estatal es contar con un parque solar de dimensiones importantes.
Será el sereno, pero se evidencia que el argumento de la “intermitencia” provocada por los generados privados de energías limpias solar y eólica, fueron eminentemente políticos y no técnicos.
Sacar del espectro eléctrico a los que “han robado a manos llenas”, fue el objetivo y si la reforma eléctrica transita en el Congreso de la Unión, se habrá conseguido el objetivo.
Aunque… aunque en la reunión del próximo jueves en Washington de los tres dirigentes políticos: Joe Biden -anfitrión- e invitados Justin Trudeau y Andrés Manuel López, el tema podría ser tratado y los inversores canadienses y estadounidenses que apostaron a las energías limpias en base a las reglas del juego establecidas em 2013, y es muy probable que la postura mexicana varíe.
¿México tiene recursos para comprar nuevas plantas generadoras no contaminantes para que la CFE las opere?
El que sufrirá será el senador Guadiana, propietario de minas de carbón y principal proveedor en la CFE.
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