*El Amarillo-Naranja del Cempasúchil, Ilumina Cementerios
*Se Mantiene la Tradición Mexicana… Halloween se Entromete
*Disfraces de El Juego del Calamar, Aparecen por Primera vez
*Catedral Abre la Cripta de Arzobispos y la Capilla de Dignidades
Por Susana Vega López
En muchas partes de la República Mexicana ya se siente un ambiente melancólico, aunque festivo, porque se aproximan los días en que se conmemora la memoria de quienes ya se fueron, de quienes partieron de este mundo, “de los que se nos adelantaron” … de los muertos, pues.
Y es que la mayoría de los mexicanos desde épocas prehispánicas hemos visto a la muerte como algo sensible pero natural que debe ser motivo de culto. Así, nuestros fallecidos son recordados a través de ofrendas y hasta de fiestas y reuniones, según el pedazo de tierra donde te encuentres.
En la Ciudad de México se han tomado costumbres de aquí y de allá y se realizan altares para poner las ofrendas que tienen algo en común: la foto del difunto, la comida que le gustaba, los gustos que tenía (si era fumador o le gustaba la bebida)… eso sí: nunca debe faltar un vaso con agua, velas para alumbrar el camino, sal, fruta, flores de cempasúchil (naturales o de papel), pan de muerto y, extra, calaveritas de azúcar, chocolate o amaranto.
Recuerdo cuando era todo un logro llegar al Panteón de Mixquic porque la gente se volcaba a ver las ofrendas que se ponían en el camposanto, con sus velas y sus caminos de flores. Se formaban largas filas (primero de autos y luego de gente) para arribar al lugar. Era toda una odisea. Poco después los pobladores -que al principio invitaban a sus casas a comer- vieron una oportunidad para hacerse de algún ingreso extra vendiendo lo que se pudiera: alimentos, bebidas, artesanías.
Entonces comenzaron a portar disfraces de momias, de La Llorona, de locos de atar, de nahuales, ya sea con máscaras o maquillajes bien logrados. Y no faltaba que los automovilistas dejaran ver que llevaban asomados en la cajuela a un supuesto “muerto” con la mano o el pie ensangrentados.
Después vino el sincretismo. Comenzaban a vestirse de personajes de televisión de la época: Merlinas, de Morticias, el tío Lucas, el tío Cosa (de Los Locos Adams) de Frankenstein, vampiros y hombres lobo (por la serie de Los Monsters).
Si bien en las fiestas de disfraces predominaban las “Catrinas”, comenzaron a sumarse los atuendos de zombis, y personajes de películas de terror como el payaso Esso, los descuartizadores, el doctor Hannibal Lecter, protagonizada por Anthony Hopkins en “El Silencio de los Inocentes”.
En un recorrido realizado por Misión Política a tianguis, súpers y mercados como La Merced, Jamaica, La Lagunilla, Mixcalco, Abelardo L. Rodríguez, y el mismo Tepito, se pudo constatar la venta de toda una variedad de adornos, ropa, disfraces, máscaras, cosméticos, dulces y artesanías en general con motivo del Día de muertos que tienen que ver mucho con la tradición de Halloween y no con nuestras costumbres. Los precios según la calidad y el diseño van desde 150 pesos hasta mil 500.
Lo último en la moda de máscaras es la de “El juego del Calamar” -una serie de Corea del Sur-, precedida del vestuario de la serie española “La Casa de Papel” que se venden hasta en algunos cruceros de la ciudad por 150 pesos y las puedes encontrar en 50 pesos en Jamaica.
Solicitados son los vestuarios de Chucky, Cruella Deville, Freddy Krueger, El Sombrerero, así como el de Catrinas, Dráculas, Gatúbelas con atractivos corsets, faldas cortas y cola, diablos con cuernos, calabacitas, espanta pájaros y más.
Una forma de participar es haciendo su propio vestuario, según se pudo constatar en una encuesta realizada por Misión Política a asistentes de los mercados. “Vine para darme ideas. Me voy a poner un traje, compré un sombrero de copa y me van a pintar de Catrín”, dice Santiago. En tanto Britney, su pareja, afirma que, como sabe maquillar, “voy a hacerme una Frida, tejerme una gran trenza (tiene un largo cabello), ponerme un faldón, una blusa artesanal y un rebozo encima. Queremos ir al desfile”, señalan.
Martha compra pintura roja y negra, así como pegamento Resistol blanco que va a mezclar con algodón para hacer “heridas en sus manos, brazos y cara de donde salgan gusanos. Es más económico y nos iremos a una fiesta”.
Ya se sabe que el desfile del Día de Muertos tuvo su primera edición luego de que se estrenara la película de James Bond, Spectre, protagonizada por Daniel Craig, en 2015, donde se utilizó parte de la escenografía. En 2020 se suspendió y ahora regresa con el lema: “Celebrando la vida” en homenaje a las personas que perdieron la vida a causa del Covid.
En la Catedral Metropolitana se comenzaron a realizar recorridos por la Cripta de Arzobispos y la Capilla de Dignidades, un área de difícil acceso, en un horario de 11:00 a 19:00 horas, cada 60 minutos y, “por única ocasión en el año, conmemorando a nuestros Fieles Difuntos, se encontrará accesible para todo público la Cripta de Arzobispos ubicada debajo del recinto religioso, señaló el Rector de la Catedral, Ricardo Valenzuela Pérez quien espera que se aumente la afluencia y recabar dinero. Cada recorrido tiene un costo de 50 pesos.
La República Mexicana tiene fiestas muy peculiares como la del Xantolo, en la huasteca potosina para rendir tributo y enaltecer a quienes ya no están. En el lago de Pátzcuaro, para llegar a la isla de Janitzio, Michoacán, es tradicional adornar las canoas que transportan a los turistas deseosos de ver las costumbres de Día de Muertos.
Este año, en el Parque Takilhsukut de Papantla, Veracruz, se llevará a cabo el Festival “El Peregrinar de las Almas”, que tiene como principal objetivo enaltecer las tradiciones ancestrales totonacas a través de diversas actividades y presentaciones como danzas, talleres, conversatorios, espacios musicales, proyecciones y muestras en torno al Ninín, o celebración del Día de Muertos en el Totonacapan.
En Yucatán se llama Hanal Pixán o “comida de las ánimas” donde el culto a quienes ya no están es muy peculiar. El Festival de las Calaveras en Aguascalientes será en homenaje a los actores del cine de oro mexicano donde se llenará de actividades culturales, así como desfile de Calaveras garbanceras, en honor a José Guadalupe Posada, creador de la afamada catrina.
Claro que existen más conmemoraciones, pero sólo he asistido a las que me referí y, créanme, la imaginación de los mexicanos no termina de sorprender a propios y extraños.