Por Silvestre Villegas Revueltas
Como sucedió en Londres, Madrid o Venecia, y por igual pero más cercanas, en Laredo, Mc Allen o San Isidro, en la Ciudad de México la pandemia causada por el Covid provocó desde los meses de junio del 2020 una cascada de cierre de negocios, venta o renta de departamentos y casas, un auténtico calvario para los propietarios de comercios que tenían que pagar rentas de sus respectivos locales por montos injustificablemente altos.
Las avenidas como Mazarik, Altavista y Preciados en Madrid vieron como poco a poco tiendas de marcas muy famosas cerraron sus tiendas; desaparecieron restaurantes, hoteles de grandes marcas como en Coatzacoalcos donde quedaron solamente cascarones y un largo etcétera. Pero al mismo tiempo, y como dato muy importante, aunque con restricciones muy pronunciadas sobrevivieron pequeños y medianos negocios de comida, bares, salones de belleza y barber shops como les dicen hoy en día. En diversas partes de las alcaldías Benito Juárez, Cuauhtémoc y Álvaro Obregón, amén de lo que pude apreciar en el puerto de Veracruz, puedo afirmar que el 80 por ciento o quizá más de los negocios que existían en el 2019 siguen estando y ya abrieron sus respectivos locales, pero hay que conceder que sus respectivos dueños afirmaron que la pasaron verdaderamente mal; lo que sí cambió fue el número de empleados que laboraban en una taquería, en los inefables Sanborns, Vips y Toks o los veracruzanos Café de la Parroquia, Café Andrade y restaurantes Villa Rica. De mayo de 2020 a mayo de 2021 se perdieron miles y miles de empleos, pero muchísimo menos negocios de lo que “los agoreros del desastre” gritaban a los cuatro vientos y por todos los medios de comunicación.
Ahora que estamos entrando a la segunda quincena de octubre la masiva vacunación contra el Covid ha facilitado la apertura de espacios públicos en la Ciudad de México, como en otras urbes y poblaciones en la república mexicana. Las cantinas están abiertas y llenas de gente libando y comiendo, las rejas de Chapultepec se han seguido adornando de espléndidas exposiciones a lo largo de avenida Reforma, y los vendedores de todo tipo de golosinas han vuelto a ofertar sus productos. Estimado lector: vaya usted un domingo a cualquiera de los restaurantes pomadosos en el sur, “condechi” y occidente de la ciudad y, si no tiene reservación, tendrá que esperar mucho para que le den mesa; igual sucede con los restaurantes del Centro Histórico desde los de comida española hasta los de menús chinos.
Los espectáculos masivos ya están programados. La Arena México ofrecerá funciones con ¡¡el 70% de su capacidad!!, los museos y galerías ya son visitados por el público y sus reseñas del personal VIP aparecen en las revistas ad hoc; lo mismo puede decirse de los torneos de golf, polo, asociaciones caritativas VIP debido a la inminencia de la temporada navideña. Lo anterior sin olvidarnos del guanajuatense Festival Internacional Cervantino, la Feria del Libro en el zócalo de esta ciudad o el festival “Los Revueltas” en la ciudad de Durango. En fin, esperamos de todo corazón que ya se haya domado un poco o un mucho al bicho, pero como dicen las autoridades sanitarias, debemos seguir alertas: sana distancia, cubrebocas, gel antibacterial, lavado de manos. Porque todavía no hay a nivel mundial una medicina que directamente cure los estragos que produce la enfermedad y padecimientos resultantes del Covid.