Por Margot Acosta
El desfile del pasado 16 de septiembre será inolvidable. Sin menoscabo de la gallardía, la disciplina y organización de integrantes del ejército, la marina y la fuerza aérea, lo que lo hizo diferente fueron los cubrebocas y la invitación al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
Ningún dirigente cubano había asistido a un desfile del aniversario de la independencia de México.
El actual mandatario de la isla es el cuarto que visita nuestro país. Antes que él en 1960 vino a nuestro país en visita de Estado, Osvaldo Dorticós. Tras la Revolución Cubana estuvieron por las tierras de la República Mexicana: Fidel Castro, en siete ocasiones en los años 1979, 1981, 1988, 1991, 1994, 2000 y 2002. En ese último ocurrió el desaguisado de Vicente Fox “Comes y te vas”. Y jamás volvió.
El que llegaría posteriormente sería Raúl Castro en dos ocasiones, en 2010 y en 2015, durante los mandatos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, respectivamente.
Hoy, Díaz-Canel por segunda ocasión está en México. Antes había acudido, por invitación de Andrés Manuel López Obrador a su toma de posesión en 2018.
Las relaciones entre ambas naciones han sido cercanas desde hace varias décadas. Tan es así que los mandatarios mexicanos que a su vez visitaron Cuba (todos tras la Revolución Cubana), fueron: Luís Echeverría Álvarez, en 1975; José López Portillo, en 1980; Miguel De la Madrid Hurtado, en 1986; Carlos Salinas de Gortari, en 1994; Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1999; Vicente Fox, en 2002; Felipe Calderón, en 2012 y Enrique Peña Nieto dos veces en 2016 en los meses de julio y de noviembre.
Por cierto, debido a que las mencionadas desavenencias de 2002 entre los dos presidentes el cubano y el mexicano y de acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores “la relación comenzó a degradarse aún más después de que México votara nuevamente a favor de la resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación en la isla”.
Se puntualizó entonces: “Particularmente con el Caribe se realiza mediante la promoción del diálogo político y la cooperación en materia de desastres naturales, infraestructura y turismo, así como la promoción de acciones que generen oportunidades comerciales y de inversión.
México, precisó “ha trabajado para dotar de mayor significado y contenido a su relación con Cuba, reconociendo el prestigio e influencia regional de ese país, las oportunidades que abre el proceso de actualización de su modelo económico y social, así como la importancia de la vecindad geográfica”.
Dice también la SRE que, con la llegada de Raúl Castro al poder, la administración de Peña Nieto “junto con el gobierno cubano” decidieron “emprender una nueva etapa de su historia y relanzar la relación, tras un periodo de alejamiento a fines de los noventas y de deterioro a principios del presente siglo. Si bien a partir de 2005 se logró normalizar o regularizar el diálogo, no es sino hasta 2013 que se restableció la confianza y se dio un nuevo impulso a la relación”.
Hoy, con un gobierno abiertamente en amistad con su contraparte en Cuba, todo indica que, con sus asegunes, pero la relación avanza.