Caros Caprichos

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Realizar los caprichos sin haber tenido presupuestos reales y solo estimaciones, a la larga cuesta más.

Las tres obras llamadas “emblemáticas” -no entiendo la razón de equipararlas con las eficientes y al mismo tiempo oropelescas- del gobierno de la 4t y por decisión personal del presidente López saldrán más costosas de lo esperado.

Por ejemplo, el Tren Maya se presupuesto en 106 mil millones. Costará salvo nuevos incrementos poco más de 151 mil.

La refinería Dos Bocas tuvo un estimado de 8 mil millones de dólares. Por ello, las empresas extranjeras que se interesaron en construirlo, finalmente abandonaron la intención al revisar los costos que rebasan los 10 mil millones. En mayo pasado, la secretaria de Energía, Rocío Nahle confirmó, para esa fecha un incremento de 12 por ciento por lo cual construirla requerirán al menos 8 mil 995 millones de dólares (unos 18 mil millones de pesos)-.

El aeropuerto Felipe Ángeles fue concebido con un costo de 75 mil millones de pesos. Solamente para las vialidades habrán de destinarse 16 mil millones de pesos y la obra ya cuesta, sin terminar, 87 mil millones. Sumados los “imprevistos” frisa los 100 mil millones.

Al término de las tres obras el global del gasto estará más cerca de los 300 mil millones de pesos.

Del Aeropuerto, se manipula la inversión. Porque nada más se toma en cuenta lo que se hace o hará y se deja de lado el multimillonario pago por cancelar el NAIM, estimado en 200 mil millones de pesos. En suma, el Felipe Ángeles tendrá el cargo total y rebasará los 300 mil millones.

En este caso, todo fue un capricho personal. No quería el presidente López que México contara con un aeropuerto de talla mundial, que lo colocaría entre los 10 más importantes del mundo.

Se pudo continuar la obra realizando las revisiones precisas y encontrando, si había, actos de corrupción. A estas alturas, estaría terminado y en operación sin tener que contar con aeropuertos auxiliares -Toluca y el Benito Juárez- y con una capacidad para recibir 50 millones de pasajeros en un lapso de 10 años.

El que se construye en “tiempo récord” a lo más que llegará será a 18 millones de pasajeros.

Del Tren Maya hay infinidad de irregularidades: cambio del trazo, tramos elevados, desvíos por encontrar zonas arqueológicas inexploradas y rechazo de comunidades indígenas, entre otras.

Su costo se ha elevado por “imprevistos” y por la variación de precios en los materiales de construcción. Al Felipe Ángeles también le pega la inflación.

De Dos Bocas se conoce que no se seleccionó el lugar adecuado. El escogido sufre de inundaciones permanentemente. Los diseños no son lo mejor y el proyecto ejecutivo dejó de lado el impacto ambiental, que se subsanó mediante ordenes presidenciales para que se dejara avanzar la obra.

Aun y cuando se llegase a terminar en 2023, no será la solución. Su capacidad de refinación será 340 mil barriles diarios y el consumo doméstico de gasolinas y diésel, a nivel nacional, ronda los 800 mil barriles. La importación continuará y, en el futuro cercano, 20 años, será inservible porque los automotores dejarán de usar gasolinas.

Las obras van porque así lo ordena el Jefe.

Y las opiniones de expertos son desoídas con el consecuente aumento de costos.

Definitivo: los caprichos son costosos.

Más cuando no se compran o construyen con recursos del bolsillo personal del ciudadano presidente.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada.

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