Por Gerardo Gil
Sobria, contenida y de plano aburrida, fue la más reciente entrega del Oscar, que se llevó a cabo el pasado domingo 25 de abril. La transmisión ha sido la que ha tenido menos espectadores en el mundo. Por debajo de los 10 millones de personas la vieron en Estados Unidos. Tan solo el año pasado -en la era post pandemia- la cifra de televidentes estaba en 23. 6 millones. Escandaloso el asunto por decir lo menos.
A pesar de lo anterior, no deja de ser uno de los fenómenos globales de la cultura pop más importantes del año. Pero las audiencias más jóvenes no conectan, de plano, con un programa de televisión que dura horas y requiera algo más de atención que un video de Tik Tok. Eso sí, los ganadores se convirtieron esa noche, en tendencias de twitter.
Pero la noche del domingo 25 tuvo varias notas jugosas. Por principio de cuentas, los seguidores de este evento, que los hay y muchos, aunque no prendan la tele pero se unan a el debate se decantaban entre Anthony Hopkins y el desaparecido Chadwick Boseman como ganadores por Mejor actor.
El primero, con El padre (Florian Zeller, 2020) y el segundo con Ma Rainey‘s Black Bottom (George C. Wolfe, 2020). En el momento más anticlimático de la noche, la estatuilla dorada –impecable lugar común-, se le dio a un actor millonario, inglés, medio déspota, con título de Sir para colmo y blanco.
Agregaría: anticlimático, según los tiempos, y lo que le sigue porque nuestro querido Black Panther, no obtuvo su reconocimiento póstumo.
A lo anterior hay que agregar dos asuntos: la ausencia de Hopkins en la ceremonia, les aplicó a los de la Academia su juay the rito. Y otro asunto, el galardón a actuación se dejó al final, lo que hacía pensar que se preparaba un momento emotivo con los familiares de Boseman recibiendo el premio, pero no, no fue el caso. Ni el amado doctor Lecter se lo creyó.
Otro punto a destacar, es el premio a Chloé Zhao, segunda mujer en ser reconocida como Mejor Directora. Se podría decir que es la fuerza de la corrección nuestra de cada día, pero Nomadland, es un filme sensible, poético y portentoso.
Hollywood, llega algo más de siete décadas después al cine neorrealista con una trama que toca a la gente común y actores no profesionales en el elenco. Marca la historia que después de cada pandemia, las artes tienen un esplendor. El filme protagonizado por la ganadora del Oscar como Mejor actriz, Francis McDormand en el papel de Ferm, una mujer hundida en la melancolía que decide emprender un viaje por el oeste de Estados Unidos en una casa rodante, es el gran epílogo de la modernidad no lograda. La crónica de los excluidos del progreso entre comillas, con tintes fordistas.
Lírica y belleza poética se cruzan en este retrato social de dignidad, dolor y esperanza soterrada.
Cabe añadir que la directora, Chloé Zhao es la segunda directora en ganar el Oscar por Mejor dirección, en 2010, la primera fue Katherine Bigelow por The hurt locker en 2010.
Algo más tramposa es la historia de Minari (Lee Isaac Chung, 2020), un regodeo del American way of life, pero desde un terso estilo poético, con personajes dulces y simples que hacen olvidar la fuerte carga de consolidación del sistema económico, con apenas una leve mirada crítica a el sistema de producción. Por cierto, Youn Yuh-yung, como una abuela poco convencional, ganó el Oscar por Mejor Actriz de Reparto.
Otro tema es fundamental dentro de la más reciente entrega del Oscar: Michelle Couttolenc, Carlos Cortés y Jaime Baksht, mexicanos triunfadores en la categoría de Mejor Sonido, dentro del filme Sound of metal y que en su discurso dedicaron el premio a la constancia que deben de tener quienes se dedican al cine al arte para triunfar.
Ligera, velada felicitación, por cierto, de parte de Andrés Manuel López Obrador en “La Mañanera” del día siguiente. Muy claro signo de los tiempos en donde hasta el antes periodista y ahora productor de narco novelas, Epigmenio Ibarra, es considerado intelectual. Si no fuera trágico, sería cómico.
En México, la caída del rating de la transmisión ha sido también escandalosa. El domingo se ha reportado que el programa de más audiencia fue la telenovela Quererlo Todo (Isaac Sada Madero, Televisa, 2021) con 10.5 de rating y en décimo lugar estuvo La Bella y la Bestia, en Azteca 7 con 4.2 de audiencia. La transmisión del Oscar no figura en estos diez primeros lugares dentro de la televisión abierta.
Asunto para lamentarse.