Por Jesús Michel Narváez
Confieso que leer o escuchar los mensajes que surgen en las mañaneras de boca del presidente de la República, me cuesta trabajo entenderlos.
La forma desordenada de las ideas, las pausas innecesarias y las palabras inadecuadas para hacerse entender, me llevan a declararme incompetente en descifrar galimatías.
Por ejemplo, ¿qué quiso decir en esta oración?: “Me voy a ir tranquilo si me lo permite la gente (la pausa) y si me lo permite el creador, que yo llegue hasta el 24. Me voy a ir tranquilo porque ya vamos a dejar arreglado todo, soy muy optimista, estamos trabajando para eso”.
Entiendo o trato de hacerlo, que cuando habla de la gente se refiere a la consulta popular que se realizará en el 22 y cuyo objeto es saber si se revoca o no el mandato.
Busco comprender que, cuando habla del creador y lo deja llegar al 24, se infiere que esté vivo.
¿Voy bien o me regreso?
Puedo estar equivocado y cuando se refiere a la gente es que en el 24 le pidan que se quede otros ¡seis años!, aunque la Constitución no lo permita y difícilmente podrá reformarla en los siguientes tres años en la materia. Y lo del creador, creo que no tiene otra interpretación y que solamente se le podría añadir que lo deje llegar en condiciones de “seguir sirviendo al pueblo”.
Habla de que lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir y que “pronto ya no vamos a ser necesarios”.
De nueva cuenta mis interrogaciones. ¿Qué es lo nuevo que no acaba -debió haber dicho termina…- de nacer?
¿Es acaso su transformación?… ¿es algo que fue llevado al hospital para que se le practicara el aborto?
¿Y por lo que se refiere a que lo viejo no acaba -debió decir termina- de morir? Si la metáfora es que vive con respiración artificial, que está en coma, pero no se muere, hay que recordarle que la muerte asistida existe legalmente, aunque le falta un tramo por recorrer.
Decir que ya “no seremos necesarios”, es una oda al egocentrismo. ¿De verdad cree que México morirá, ahora sí, sin remedio por su ausencia política o física?
Y eso de que se retirará tranquilo, no me cuadra. Infiero que la tranquilidad provendrá de su optimismo y no de sus acciones. Porque seguramente pasará a la historia como el hombre que quiso ser lo que no era. Su posición de poseer la “palabra divina” está más allá de la comprensión. La historia lo juzgará y no será como él quiere.
Luego, confirmar que se dedicará a escribir y que ya tiene dos temas: el conservadurismo en México y Trump, me llega a suponer que es un letrado con inteligencia superior a la de Einstein y cuyos cimientos literarios seguirán dándole recursos legales.
Por favor: si usted entendió lo que dijo el presidente y lo que le escribí aquí, dígame como le hizo.
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