La Corrupción no Acabará, es Cultural e Histórica

Por Alberto F. Mena Mallen

Andrés Manuel López Obrador no cumplirá su promesa de erradicar la corrupción en México, porque no ha logrado disminuir ésta “pandemia” social ni al interior de su gobierno, en los estados y menos en los municipios, o en los partidos políticos y sobre todo entre los mexicanos. Este mal es histórico y cultural y para tener resultados es necesario educar a las personas.

Para lograrlo, quizá deba pasar muchos años más y no tendrá tiempo, a menos de que se reelija –lo que ha negado reiteradamente-, y si gana la mayoría de la Cámara de Diputados en las próximas elecciones del domingo 6 de junio tal vez avance un poquitito, pero solo un tantito.

Fue una excelente frase de campaña que continúa hasta la fecha, luego de un poco más de dos años de gobierno, pero de que no ha avanzado, está a la vista y lo demuestran las noticias “fifís”, los mensajes y memes que se publican casi a diario en las redes sociales, en el sentido de que, sus cercanos, familiares, amigos y compadres siguen tan campantes disfrutando de la impunidad que tal vez sea una de las derrotas, tanto en materia de corrupción como en seguridad pública. A los amigos, un abrazo, a los que no lo son, la indiferencia o el castigo.

“Yo no voy a ser florero —declaró Obrador—; no estoy de adorno, yo traigo un mandato de los mexicanos; quieren los mexicanos que se acabe, que se destierre, la corrupción, la impunidad. Y me canso ganso, vamos a acabar con la corrupción”. (Regreso a la Jaula – Roger Bartra).

Bartra añadió en su libro: “En agosto de 2018, al iniciarse la nueva legislatura, ocurrió un acto espectacular de corrupción política. Lo primero que hicieron los diputados de Morena fue un pacto con el más corrupto de todos los partidos, el Verde, para comprarle cinco de sus diputados y pasarlos al grupo de Morena. Con ello el partido del presidente logró completar la mayoría absoluta. Para comprender cómo se logró esto hay que recordar que, al mismo tiempo, en el Senado, el dirigente del Partido Verde, Manuel Velasco, había solicitado una licencia para regresar a Chiapas y retomar el puesto de gobernador. La petición le fue negada. Pero después de que su partido donó cinco diputados al partido oficial, el Senado convocó a una nueva votación pocas horas después y, con el visto bueno del líder de la fracción de Morena, se aprobó la licencia. El milagro y el senador Manuel Velasco pudo regresar a Chiapas para ser nombrado gobernador había ocurrido sustituto (de él mismo). Seguramente hubo otros pactos ocultos como éste, lo que revelaba que el Congreso seguía inmerso en la vieja cultura priista. El dirigente de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, negó que hubiese habido una transa, y el Partido Verde sostuvo que vendió a sus diputados a cambio del apoyo de Morena a una ley para ayudar a los niños con cáncer. A esto se agregó el hecho de que fraudulentamente Morena obtuvo muchos más diputados que los que permite la Constitución, gracias a que registró sus candidatos con el disfraz de otros partidos. Desgraciadamente, los partidos de oposición dejaron pasar este hecho escandaloso”.

¿Podrá acabar con esta corrupción escondida?

Para terminar con la corrupción, el primer mandatario de México deberá actuar como el presidente de Singapur Lee Kuan Yew, -aunque se atraviesan los derechos humanos, que en México se defienden un día y otro no- que ganaba todas las elecciones y ya llevaba más de veinte años al frente del Gobierno, apeló entonces al recurso supremo, el último argumento, el más contundente de todos, la pena de muerte, para acabar con la corrupción. Se estableció que serían ejecutados los que, al incurrir en ella hubieran ocasionado la muerte de otra persona. O los que desfalcaran los presupuestos para temas especialmente sensibles, como hospitales, escuelas públicas o ayuda alimenticia para los pobres.

Ministros y militares, jueces y policías, que estaban entre los funcionarios más importantes del país cayeron en las garras afiladas del delito. Fueron ahorcados o fusilados, al igual que los particulares que participaron en los mismos hechos. Al Gobierno de Singapur la maldad humana no le daba descanso.

Así, poco a poco, fueron recuperando la tranquilidad y la legalidad de los años anteriores. Hoy, Singapur no es solo la primera economía asiática –más rentable que gigantes como China y Japón–, con una gigantesca inversión extranjera, sino uno de los países más seguros para vivir porque su sistema de justicia es reconocido como uno de los más confiables que existen.

Existe en nuestro país un Comité de Participación Ciudadana nacional y en cada entidad federativa, mismos que se integran por cinco miembros, de los que poco se conoce, particularmente sobre el combate a la corrupción, ya que existen pocos datos de sus actividades. Por ejemplo, el de Guanajuato, se dice que inició con muchas expectativas hace dos años, pero que parece un organismo fantasma.

Los gobiernos de los tres niveles, incluso, participan en el “famoso arte de la corrupción”, ya que no han atacado a la burocracia mal pagada, maltratada, sin incentivos o estímulos, sin capacitación y menos sin tecnología, -que puede ser un aliado contra la corrupción y la transparencia-, ya que la famosa austeridad de la 4T ha disminuido las inversiones para todo ello. Mientras los problemas aumentan, el trabajo se incrementa al crecer la población, los trabajadores del Estado disminuyen y al parecer serán de los olvidados del gobierno, mismos que aumentan en México.

La simplificación administrativa es fundamental para reducir las oportunidades de corrupción. Desde los trámites más simples para obtener una licencia de conducir hasta las habilitaciones de comercios y permisos de construcción pueden simplificarse. ¿Usará a los delatores morenistas para ello?

Bartra se pregunta: “¿Qué sucederá cuando se vea que la corrupción no se detiene, que la violencia desencadenada por el crimen organizado no desciende, que la autosuficiencia alimentaria y energética es una quimera, que la desigualdad no se acaba? Es posible que ello ocurra, pues es evidente que la corrupción también está en las propias filas de Morena, que la amnistía pensada para abatir la violencia es un espejismo, que la pobreza no se liquida si no hay desarrollo económico. La resurrección del viejo esquema priista significa fortalecer todo aquello que era parte sustancial del antiguo régimen autoritario: corrupción, violencia, ineficiencia”.

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