A Galope Cabalgan las Masacres en México

Por Nidia Marín

Hace algunas décadas cuando en México se hablaba de asesinatos masivos, decíamos “la masacre del año” y mencionábamos, por ejemplo; la de Tlatelolco, en 1968; “El Halconazo”, en 1971; la de Aguas Blancas, Guerrero, en 1995; y de Acteal, Chiapas, en 1997.

Después, empezamos a hablar de las “masacres mensuales” y así señalamos la de Tlatlaya, Estado de México, en junio de 2014 y la de Ayotzinapa, Guerrero, en septiembre del mismo 2014; la primera masacre de San Fernando en agosto de 2010 (72 migrantes muertos); la segunda masacre de San Fernando (193 asesinados en Tamaulipas) en abril de 2011 y la masacre de Allende, Coahuila con 300 personas muertas.

Y seguimos hablando de matanzas, pero semanales, en las cuales se inscriben otro tanto de asesinados. En febrero de 2020, en Michoacán el día 11 fueron 4 los asesinados en Morelia y 3 en Tarímbaro. Para el día 14 aparecieron 8 más en Huetamo y el día 28 fueron 15 en Aquila y 5 en Salvador Escalante.

Hoy hablamos casi de las diarias. Así sucedió con la masacre de León, Guanajuato el 5 de enero de 2021 con 5 muertos y posteriormente otra en Celaya, mientras en Camargo, Tamaulipas donde fueron ultimados 19 migrantes guatemaltecos se descubrían los cuerpos el 22 de enero de este año 2021.

La violencia no cesa. Por ejemplo, el viernes 26 de febrero en Fresnillo, Zacatecas la carnicería fue contra 13 personas y otras 6 en la comunidad San José, así como 2 más en Río Florido.

Ese mismo mes de exterminio, el pasado, para el día 14 aparecieron 8 cadáveres más en Aquila, Michoacán. También encontraron en Tlajomulco, Jalisco 17 bolsas con restos humanos, evidentemente de otra masacre.

En estos dos meses del presente 2021, los asesinatos masivos han sido la constante en Michoacán, Zacatecas, San Luís Potosí, Colima, Jalisco y Baja California.

El año pasado, en 2020, la entidad que estuvo a la cabeza de los exterminios fue Guanajuato con 20, seguida de Zacatecas con 8, Michoacán con 7, Guerrero con 4 y San Luis Potosí con 4.

Actualmente México está inmerso en la barbarie. Dicen los expertos en estos temas sangrientos que en los casos donde la dosis de violencia es mayor, no sólo en términos de las numerosas vidas que se pierden, sino también en el número de muertos, hay mayor sevicia. Es la masacre donde con mayor fuerza se expresan la barbarie y la crueldad.

Señala el sociólogo alemán Wolfgang Sofsky que a diferencia del combate o de la persecución, donde los objetivos son la victoria o la captura, en la masacre el propósito es la destrucción total, aunque de entrada no tiene ningún propósito más allá de ella misma: es la violencia en estado puro, nada más. Una acción como la masacre apunta a la destrucción total. Esta es la teatralización del exceso.

Y sí, los directores de orquesta de las masacres buscan causar temor o tratar de lograr un objetivo político o social. Para ellos todo se vale, desde mutilar cuerpos, vaciar cargadores (como ocurrió en Jalisco con los 11 trabajadores de la construcción que esperaban su paga) a sabiendas que ya están muertos, es decir la deshumanización hasta el fin.

Eso está sucediendo en México con los otros muertos, los del crimen organizado mientras lastimosamente se escucha la inolvidable y tonta frase: “abrazos, no balazos”, misma que los delincuentes utilizan para asesinar mexicanos o… extranjeros.

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